Los clásicos del béisbol y el fútbol llenan los stadiums y entusiasman a las masas en todo el mundo. Por supuesto que todos nos consideramos expertos en la materia —yo entre ellos— y discutimos acaloradamente con cualquiera.
Sin embargo, cuando se trata de la economía, en la que tienen lugar eventos que son decisivos para el mundo, se cuentan con los dedos de la mano los que se interesan sobre el tema. Busqué en nuestra prensa el evento y no aparece una palabra sobre la reunión del G-20 que dentro de dos días se iniciará en Londres.
Ayer, en el noticiero vespertino de la televisión, se le mencionó para enfatizar en las medidas espectaculares de seguridad que adoptan las autoridades británicas. Nos contaron que Obama llevará 200 hombres de sus servicios secretos, expertos en protección. De paso nos contaron cosas del sofisticado Boeing cuatrimotor que los transporta, con 80 canales de televisión, casi 100 líneas telefónicas y el equipo con las claves para ordenar el disparo de los proyectiles nucleares, siempre listos para despegar. También supimos del helicóptero especialmente diseñado para transportarlo por aire a la sala de reuniones y el invulnerable auto tanque imperforable en que se moverá por tierra. Constituyen últimos avances de la ciencia y la tecnología militar puestos a su disposición.
Del significado de la Cumbre ni una palabra. No se trata de una crítica a nuestros medios de información, es sencillamente nuestra forma de actuar frente al tema económico internacional. En el resto de los países ocurre exactamente igual. Sin embargo, de los acuerdos que se adopten en esa Cumbre de las grandes potencias económicas dependerá el destino más próximo de miles de millones de personas modestas que viven de su trabajo.
Haciendo uso de las informaciones que ofrecen las agencias cablegráficas internacionales, las revistas especializadas, los discursos y las entrevistas de los jefes de Estado y dirigentes de los organismos de Naciones Unidas, trataré de seguir el curso de la reunión, en la que estarán presentes las grandes contradicciones económicas e ideológicas que caracterizan el complejo mundo de hoy, sumido en una profunda crisis.
En una declaración al programa de la BBCI, Kevin Rudd, Primer Ministro de Australia, del Partido Laborista, declaró que los jefes de Estado y de Gobierno de los países del G-20 no aprobarán un plan de estímulo fiscal en la Cumbre de Londres. Señaló que en la Cumbre anterior ya se habían aprobado 1.5 millones de millones de euros, y que ahora correspondería al Fondo Monetario Internacional (FMI) decidir qué apoyo adicional necesitaría la economía.
El gobierno del Reino Unido desmintió el contenido de un borrador del comunicado que supuestamente emitirían los líderes del G-20, filtrado por la revista alemana "Der Spiegel".
Un portavoz de Gordon Brown señaló que el documento era viejo y que correspondía al anterior G-20.
El Banco de Inglaterra declaró que la economía británica no estaba en condiciones de endeudarse más.
Los líderes del grupo G-20 afirman, según otro cable, que el apoyo al sector financiero, el aumento del gasto público y el financiamiento extra al FMI sacarán a la economía mundial de la recesión para principios del 2010, indicó el borrador de un comunicado publicado el domingo por el Financial Times.
"Estamos dispuestos a asegurar que esta crisis no se repita."
El presidente Dimitri Medvédev declaró a la BBC que, como uno de los países más fuertemente orientados a la exportación, Rusia ha sufrido bastante por la crisis financiera actual. Dijo que los líderes del G-20 tienen que alcanzar un acuerdo en la Cumbre "porque el futuro de nuestros países y nuestros pueblos depende de nuestro acuerdo, de nuestra determinación para introducir cambios fundamentales en la arquitectura financiera mundial.
Los jefes de Estado y de Gobierno de las 20 mayores economías del mundo prepararon un borrador de declaración para la Cumbre donde se comprometen a combatir el proteccionismo y completar las negociaciones para el comercio internacional.
Fuentes oficiales declararon al Financial Times que el texto del comunicado no deberá cambiar antes de la Cumbre. "Una crisis global requiere soluciones globales", dice el borrador. Los dirigentes del G-20 están decididos a asegurar que esta crisis no se repita y buscan "una economía abierta, sobre principios de mercado, con controles eficaces e instituciones globales fuertes."
El jefe de la cancillería británica dijo que Londres y Washington no presionarán a los gobernantes del G-20 para anunciar promesas de gastos específicos. Le restó importancia al distanciamiento entre los países que apoyan mayor estímulo, como Gran Bretaña y Estados Unidos y los que instan a ser prudentes, como Francia y Alemania.
El presidente Obama, a su vez, declaró ayer 30 de marzo a ese mismo órgano británico de prensa, que hizo un llamado a la unidad del Grupo de los Veinte. Aseguró que los líderes mundiales saben que deben "enviar un mensaje fuerte de unidad" por el bien de la economía global. Restó importancia a la división entre Estados Unidos y los países de Europa continental, en particular a la oposición de Alemania y Francia de introducir mayores estímulos fiscales. Aceptó, sin embargo, que "le han dado la espalda en su propio país para incrementar el gasto como una medida para reactivar la economía mundial, lo que hará difícil ofrecer más estímulos económicos en este momento."
"En todos los países hay una tensión entre los pasos necesarios para reactivar la economía y el hecho de que algunos de estos pasos cuestan mucho dinero y los contribuyentes se muestran escépticos para gastar más."
"Si los votantes perciben que es una calle en un solo sentido y que solo estamos poniendo más dinero en las instituciones para evitar la catástrofe, va a ser difícil convencerlos de intervenir más."
Más de 180 países del mundo no estarán presentes en la reunión de Londres. No en balde se afirma que allí solo estarán los representantes de las 20 mayores economías del mundo. Sin embargo, entre éstas hay contradicciones profundas, tanto dentro de los propios países occidentales como entre éstos y los emergentes, que libran la batalla contra la crisis financiera a favor de su derecho al desarrollo.
Una síntesis no es un análisis. Se trata simplemente de transmitir a mis compatriotas la esencia de los debates del G-20 en Londres, y siempre con el temor de ser extenso y aburrido.
Fidel Castro Ruz
Marzo 31 de 2009
1 y 29 p.m.
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