sábado, 25 de septiembre de 2010

Lo que jamás podrá olvidarse

El pasado martes, 21 de septiembre, me reuní a las 9 a.m. con más de 600 pasajeros del Crucero por la Paz (Peace Boat), casi todos de nacionalidad japonesa, entre ellos una sobreviviente del asesinato masivo en la ciudad de Hiroshima, que tenía dos años cuando ocurrió el hecho.
La televisión nacional de Cuba transmitió el encuentro, pero la traducción en la sala del Palacio de las Convenciones no era simultánea y las voces de las compañeras que realizaron esa difícil tarea se superponían a mis palabras. Decidí, por ello, escribir una Reflexión sobre el tema.
Aproveché la oportunidad para reducir la extensión de lo que expresé, y ordenar mejor las ideas trasmitidas con absoluta fidelidad al contenido de las mismas.
Las palabras de las demás personas que participaron, las trasladé íntegramente.
A pesar de mis esfuerzos, la Reflexión resultó extensa, ya que el encuentro duró dos horas y media, por lo que decidí dividirla en tres partes, que serán publicadas en días sucesivos.
El encuentro comenzó con las palabras de Kenia Serrano, Presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos:
Buenos días.
El pasado 3 de septiembre el señor director de la Organización no Gubernamental Cruceros por la Paz, el señor Yoshioka Tatsuya, envió a nuestro Comandante en Jefe una carta solicitándole que recibiese a los directivos del crucero y a la sobreviviente de Hiroshima y Nagasaki que viene en él; el Comandante aceptó, y también, con placer, invitó a otra amplia representación de los pasajeros a este encuentro.
Estamos asistiendo a ese encuentro hoy, 21 de septiembre, declarado por las Naciones Unidas Día Mundial de la Paz, por supuesto que con la presencia, para nosotros memorable, de nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (Aplausos).


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