Enero 8 de 2008
Querido Randy:
Leí en la prensa que hoy dedicarás la Mesa Redonda al escape de Bush hacia la zona de sus guerras de conquista. De puro milagro los barcos escoltas del portaaviones nuclear Harry S. Truman no dispararon contra los barcos iraníes en el Estrecho de Ormuz, que custodian sus costas.
Yo, por mi parte, no olvido que un día como hoy tuve el privilegio de ser recibido por el pueblo de la Capital hace 49 años. Tampoco olvido el acto en la antigua sede del mando militar en Columbia. Recuerdo a Camilo y las palomas que esa tarde iluminaron el escenario de quienes soñábamos con el disfrute pacífico de los derechos conquistados. No lo mencioné en la Reflexión publicada hoy. Tampoco nuestras elecciones democráticas, que tendrán lugar el 20 de enero, en las que seleccionar candidato no exige esfuerzo. Soy decidido partidario del voto unido. Fue lo que nos permitió evitar las tendencias a copiar lo que venía de los países del antiguo campo socialista, entre ellas el retrato de un candidato único, tan solitario como a la vez tan solidario con Cuba. Respeto mucho aquel primer intento de construir el socialismo gracias al cual pudimos continuar el camino escogido.
Podía mencionar también que hoy se lanzaba por una de las empresas editoras más importantes de Estados Unidos la primera edición en inglés del libro Cien Horas con Fidel.
Tenía muy presente "que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz".
Por ello, invertí el tiempo, ya que hace días no publico nada, en escribir sobre la profesora Elena Pedraza, a la que tanto debe uno de los más importantes servicios del país: la rehabilitación curativa y preventiva. Se trata de un verdadero ejemplo de comunista, a la que rendir tributo un 8 de enero fue muy apropiado.
Cuando me acordé de ti y del programa era ya bastante tarde, por lo que te escribo velozmente con la esperanza de que llegue a tiempo.
Si puedes, te ruego emplees unos segundos en leerla.
Un abrazo,
Fidel Castro Ruz