¿Por qué dije un día en una reflexión que Bush autorizó u ordenó mi muerte?
Esta frase puede parecer ambigua e imprecisa. Tal vez fuera más exacto, aunque más confuso todavía, decir que la autorizó y la ordenó. Me explico de inmediato:
De inmediato proseguí:
"Los autores del proyecto conocen bien que algo más de la mitad de los norteamericanos, todavía confundidos y no suficientemente informados sobre el complejo problema, creen que tal solución es la que más conviene a los intereses de seguridad y paz del país. El candidato republicano con esa posición extrema, opuesta a cualquier propuesta más sensata y razonable por parte de su oponente, sería presentado ante el electorado como el hombre fuerte, previsor y duro que Estados Unidos necesita frente a todo peligro imaginario o real. Esa es la buena nueva que obsequiaron a todos los habitantes del planeta desde Filadelfia".
Muy lejos estaba entonces de presenciar la ocupación de Afganistán y los planes para desatar una guerra en Iraq.
Continué denunciando en aquel discurso el programa de Bush para América Latina:
"¿Qué ofrece en particular para América Latina y el Caribe el flamante programa? Hay una frase que lo dice todo: 'El próximo siglo estadounidense debe incluir a toda América Latina.' Esa simple línea no significa otra cosa que la proclamación del derecho de posesión sobre América Latina y el Caribe.
"De inmediato se añade: 'En coordinación con el Congreso, (el Presidente) trabajará con democracias claves de la región... y sobre todo México.' Llama la atención la frase 'y sobre todo México', país al que arrebataron ya la mitad de su territorio en una guerra expansionista e injustificable. Es evidente la clara idea de implementar primero la anexión económica y la subordinación política total de ese país a Estados Unidos, y hacer lo mismo más adelante con el resto de los países de nuestra región, imponiéndoles un Tratado de Libre Comercio fundamentalmente favorable a los intereses norteamericanos, del que no escaparía ni un pequeño islote del Caribe. Desde luego: libre circulación de capitales y mercancías, ¡nunca de personas!"
"Como es de suponer, en el leonino programa de Filadelfia, según los cables, a Cuba le correspondió una parte sustancial del apartado sobre Latinoamérica: 'Nuestras relaciones económicas y políticas cambiarán cuando el régimen cubano libere a todos los prisioneros políticos, legalice las protestas pacíficas, permita la oposición política, la libre expresión, y se comprometa a elecciones democráticas.' Para los autores de este demagógico engendro, libertad y democracia es lo que se practica en un sistema caduco y corrupto en que solo el dinero decide y elige, y en el que un candidato a la presidencia llega a serlo, de forma relampagueante, como heredero de un trono vacante."
"Otro cable informa: 'El programa, aparte del apoyo activo a los enemigos de la Revolución, incluye la transmisión de programas informativos desde Estados Unidos hacia el país caribeño.' Es decir, se proponen continuar con la inmundicia que propalan las estaciones subversivas contra Cuba desde territorio de Estados Unidos; continuará el ultraje de seguir usando en las emisiones oficiales del gobierno de Estados Unidos el nombre glorioso y sagrado para nuestro pueblo de José Martí."
"En conferencia de prensa, legisladores estadounidenses de origen cubano chillaron eufóricos: 'Este es un lenguaje sin precedentes. Nunca antes el Partido Republicano había hecho un compromiso tan amplio.'"
"Para culminar la montaña de basura contenida en la plataforma republicana, se afirma finalmente: 'Los republicanos creen que los Estados Unidos deben adherirse a los principios establecidos por la Ley de Ajuste Cubano de 1966, la cual reconoce los derechos de los refugiados cubanos que escapan de la tiranía comunista.'"
"Del prestigio de la política imperial no quedará ni polvo. Denunciaremos y demoleremos sistemáticamente, una a una, su hipocresía y sus mentiras. Es evidente que no tienen siquiera idea de la clase de pueblo que se ha forjado en estos cuarenta años de Revolución.
"Nuestro mensaje llegará a todos los rincones de la Tierra, y nuestra lucha será ejemplo. El mundo, cada vez más y más ingobernable, luchará hasta que el hegemonismo y el avasallamiento de los pueblos sean totalmente insostenibles.
"Ninguno de los jefes del imperio que resulte electo debe ignorar que Cuba exige el cese total de la Ley asesina de Ajuste Cubano y de las criminales legislaciones que llevan los tristemente célebres nombres de Torricelli y Helms-Burton, del bloqueo genocida y la guerra económica; que sus autores, promotores y ejecutores son reos del delito de genocidio, definido y sancionado por los tratados internacionales suscritos por Estados Unidos y Cuba."
"No deben olvidar que, aun sin haberse establecido demandas de indemnización por daño moral, que pueden ser cuantiosas, el gobierno de Estados Unidos adeuda ya más de 300 mil millones de dólares al pueblo cubano por daños humanos ocasionados con su invasión mercenaria de Playa Girón, su guerra sucia y otros muchos crímenes."
"Tampoco deben hacerse ilusiones sobre la posición de Cuba si algún día las relaciones de Estados Unidos con nuestro país llegasen a ser tan normales como las que hoy existen con otros países socialistas como China y Vietnam. No guardaremos silencio ante ningún crimen, agresión o injusticia que se cometa contra los pueblos. Nuestra batalla de ideas no cesará mientras exista el sistema imperialista, hegemónico y unipolar, convertido en azote para la humanidad y amenaza mortal para la supervivencia de nuestra especie.
"Es creciente el número de millones de norteamericanos que toman conciencia de los horrores del orden económico y político impuesto al mundo."
"La Revolución Cubana no solo confía en la integridad moral y la cultura patriótica y revolucionaria de su pueblo y en el instinto de conservación de la especie humana, amenazada en su propia supervivencia; cree y confía también en el idealismo tradicional del pueblo norteamericano, al que solo pueden conducir a guerras injustas y agresiones bochornosas sobre la base de groseros engaños. Cuando la demagogia y la mentira hayan sido derrotadas, el mundo tendrá en los propios ciudadanos de Estados Unidos excelentes aliados, como sucedió a raíz de aquella repugnante guerra que costó la vida de millones de vietnamitas y de más de 50 mil jóvenes norteamericanos, o como acaba de suceder con su noble apoyo a un niño y a una familia cubana, víctimas de brutal crimen por parte de una banda de malhechores que, habiéndose acogido a la hospitalidad de ese país, arrastrados por el odio y la frustración, terminaron pisoteando y quemando la bandera de Estados Unidos.
"Los cambios en la política del gobierno de Estados Unidos con relación a Cuba tienen que ser unilaterales, porque el bloqueo y la guerra económica contra Cuba por parte de los que dirigen ese país son unilaterales."
"Desde aquí, desde esta provincia donde el Titán de Bronce culminó en Mantua su colosal hazaña de la invasión, que iniciara en los Mangos de Baraguá, les respondemos: ¡Necios! ¿No comprenden que Cuba es inexpugnable, que su Revolución es indestructible, que su pueblo no se rendirá ni se doblegará jamás? ¿No se percatan de que las raíces de nuestro patriotismo y nuestro internacionalismo están tan arraigadas en nuestras mentes y nuestros corazones como los imponentes mogotes pinareños de roca ígnea lo están en las entrañas volcánicas de esta parte de una isla que se llama Cuba, rodeada hoy por la aureola de haber resistido invicta casi 42 años de bloqueo y agresión por parte de la potencia más poderosa que ha existido jamás?
"Nos defiende la fuerza de nuestro prestigio y nuestro ejemplo, el acero indestructible de la justicia de nuestra causa, el fuego inapagable de nuestra verdad y nuestra moral, la doble e inexpugnable trinchera de piedra y de ideas que hemos erigido.
"Por ello, señor Bush, si llega a convertirse en jefe de lo que ya no es ni puede llamarse república sino imperio, con espíritu de sincero adversario le sugiero que recapacite, deje a un lado la euforia y las calenturas de su Convención, y no corra el riesgo de convertirse en el décimo Presidente que pasa de largo contemplando con amargura estéril e innecesaria una Revolución en Cuba que no se doblega ni se rinde ni puede ser destruida.
"Sé muy bien lo que usted en momentos de irreflexión ha dicho a sus íntimos e indiscretos amiguitos de la mafia cubano-americana: que el problema de Cuba usted lo puede resolver muy fácilmente, en clara referencia a los métodos de la época siniestra en que la Agencia Central de Inteligencia era utilizada directamente en planes de asesinato contra los dirigentes de nuestro país. Por no compartir esa concepción tan estrecha del papel de los individuos en la historia, lo exhorto a no olvidar que por cada uno de los jefes revolucionarios que usted decidiera eliminar por esa vía, hay en Cuba millones de hombres y mujeres capaces de ocupar su puesto, y todos juntos son muchos más que los que usted pueda eliminar y los que su inmenso poder político, económico y militar pueda vencer."
Pienso que esta larga reflexión es un argumento más a lo expuesto en el Manifiesto para el pueblo de Cuba.
Fidel Castro Ruz
24 de junio del 2007
6:15 p.m.