martes, 3 de julio de 2007

Entrevista a Juana Vera García, la traductora de Fidel

Desde la primera vez que tuve el privilegio de trabajar con el Comandante en Jefe, siempre ha sido para mí un desafío. Yo no he dejado de ponerme nerviosa nunca al realizar mi trabajo junto a él”.
Esta es la confesión inicial que nos hace Juana Vera García —Juanita— al referirse, con la modestia que la marca, a su importante quehacer como traductora e intérprete oficial del Jefe de la Revolución cubana, labor a la que se ha consagrado fielmente.

Juanita, aunque nació el 24 de noviembre de 1953, se declara hija de la Revolución y está convencida que le debe todo.
Vino al mundo en la capital de la Isla, pero desde los dos años se crió en Vereda Nueva, entre Caimito y San Antonio de los Baños, en la actual provincia de La Habana.
Igual que el ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, no se esconde para decir que viene de labradores, ni reniega de su origen humilde como hija de los campesinos Miguel, marianense, y Josefa, pinareña.
El nombre de su padre comunista aparecía en las listas de las personas que la Guardia Rural iba a ahorcar como regalo del Día de los Reyes Magos, el 6 de enero de 1959, pero, según ella, aludiendo a la canción popular de Carlos Puebla, “llegó el Comandante y mandó a parar”.
Juanita es la primera graduada universitaria de su familia. Luego de estudiar varios años Periodismo y en la Profesoral de Inglés del Instituto Pedagógico Enrique José Varona, se graduó como traductora e intérprete en Lengua Inglesa en la Escuela de Filología de la Universidad de La Habana en 1980, pero inició los estudios de ese idioma en cumplimiento de una tarea de la Juventud desde los 14 años.
Está casada con el doctor en Ciencias Físicas Matemáticas Gerardo Rodríguez Fuentes, investigador titular de la Universidad de La Habana, segundo secretario del Partido allí y padre de sus dos hijos, Abel, de 20, estudiante de Ingeniería Informática; y Nerea Amalia, de 18, de Instructores de Arte.
Fue esponsable de país en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), traductora e intérprete, intérprete de conferencias en ese organismo y actualmente es funcionaria y especialista del Departamento de Estados Unidos del MINREX.
Considera entre sus profesores favoritos en el Pedagógico a las doctoras María Dolores Ortiz, en Literatura General, y Ada Jones, en Inglés.

¿Tu momento más difícil como traductora e intérprete de Fidel?
Todos. Difícil para mí es traducirle al Comandante cada uno de sus discursos. Puede parecer que no es así cuando estoy tan inspirada haciéndolo en público. Alguien pudiera pensar: "¡Mira qué tranquila está ella!", pero no; de tranquilidad, nada.
“Es difícil porque tengo que trasladar el pensamiento de un ser muy superior, ideas de una trascendencia que no puedo calcular. Es un desafío, por tratarse de un estadista de unos conocimientos tan vastos, con un dominio tan profundo de tantos temas. Cualquiera no se puede imaginar la hondura de sus reflexiones.
“El Comandante se interesa realmente por todos los asuntos y no se conforma con el barniz. Él siempre quiere indagar y aprender más sobre los tópicos y problemas que aborda. Hubiera sido uno de los filósofos más grandes y famosos de la antigüedad de haber nacido en esa remota época del mundo”.
¿La experiencia que más recuerdas?
En casi tres décadas he tenido muchas. Creo que fue la guerra de Angola. Durante quince años nuestras tropas estuvieron allí, turnándose y por esa tierra pasaron miles de militares y civiles y a lo largo de ese período tenso y duro tuve muchas horas de trabajo con el Comandante, en Cuba y en el extranjero.
“Yo pude ver cómo el Jefe dirigió esa guerra, cómo sufrió cada una de nuestras bajas; cómo estaba pendiente desde lo que comían nuestros soldados, hasta dónde estaban las tropas desplegadas.
“Seguía al pie de la letra lo que había que hacer, el próximo movimiento para que nuestras tropas pudieran actuar con eficacia, pero con el mínimo de bajas posibles. Esa es una historia desconocida."
¿Por qué eres su traductora e intérprete de Inglés?
Quise ser profesora de Español, me gustaba más como lengua. Me gustan la Gramática Comparada, la Redacción y la Composición. Cuando terminé el Pedagógico, no pude hacer el servicio social porque mi papá enfermó y murió y tuve que empezar a trabajar.
“Yo soy la traductora e intérprete de Fidel por un proceso de selección natural. Hay muchos más preparados que yo en el idioma y también más cultos, por su cuna, porque estudiaron Historia del Arte, por ejemplo, y conocen más lenguas. Yo trabajé por primera vez con el Comandante cuando tenía 18 años, en junio de 1972, estando con Angela Davis, en la despedida de la delegación Cubana al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Acompañarla y ser su traductora eran dos trabajos que hacía como responsable de país por el ICAP”.
¿Y cómo se enlaza esto con Fidel?
En eso llegó el Comandante y no había un traductor para él. Quien le traducía inglés y francés era ‘Felo’, agregado de Protocolo del MINREX. Todavía no había un equipo de traductores. En esa época comenzó a traducirle también Juan Ortega, Juanito, pero él tenía sus limitaciones físicas y se requería mucha movilidad y rapidez.
“Empiezo a traducirle en 1972, pero esporádicamente. Éramos un grupo pequeño y al final quedamos Juanito y yo, él para las cosas públicas, por su voz tan bonita y vigorosa y yo en las otras actividades. Fidel participaba en muchas y yo tuve el privilegio de ser muy joven y no tenía más compromisos que estudiar y trabajar, un afán de superarme muy grande, mientras que otros compañeros, muy preparados y capaces carecían del tiempo necesario para eso. Y en 1975 se creó el Equipo A, de traductores: dos de inglés; uno de francés, uno de portugués, uno de árabe y otro de ruso”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muchisimas gracias! Muy interesante. Soy traductora y Juanita es una de mis heroínas!