lunes, 13 de octubre de 2008

La ley de la selva


El comercio dentro de la sociedad y entre los países es el intercambio de bienes y servicios que producen los seres humanos. Los dueños de los medios de producción se apropian de las ganancias. Ellos dirigen, como clase, el estado capitalista y se ufanan de ser los impulsores del desarrollo y el bienestar social a través del mercado, al cual se rinde culto como dios infalible.
Dentro de cada país es la competencia entre los más fuertes y los más débiles, los de más vigor físico, los que se alimentan mejor, los que aprendieron a leer y escribir, los que fueron a las escuelas, los que acumulan más experiencia, más relaciones sociales, más recursos, y los que carecen de esas ventajas dentro de la sociedad.
Entre países, los que tienen mejor clima, más tierra cultivable, más agua, más recursos naturales en el espacio en que les tocó vivir cuando no existen más territorios que conquistar, los que dominan las tecnologías, los que poseen más desarrollo y manejan infinitos recursos mediáticos, y los que, por el contrario, no disfrutan ninguna de estas prerrogativas. Son las diferencias a veces abismales entre las que se califican como naciones ricas o pobres.
Es la ley de la selva.
Las diferencias entre las etnias no existen en cuanto se refiere a las facultades mentales del ser humano. Es algo más que probado científicamente. La sociedad actual no fue la forma natural en que evolucionó la vida humana; ha sido una creación del hombre ya mentalmente desarrollado, sin la cual no se puede concebir su propia existencia. Lo que se plantea es, por tanto, si el ser humano podrá sobrevivir al privilegio de poseer una inteligencia creadora.
El sistema capitalista desarrollado, cuyo máximo exponente es el país de naturaleza privilegiada adonde el hombre blanco europeo llevó sus ideas, sus sueños y sus ambiciones, se encuentra hoy en plena crisis. No es la habitual cada cierto número de años, ni siquiera la traumática de los años treinta, sino la peor de todas desde que el mundo siguió ese modelo de crecimiento y desarrollo.
La actual crisis del sistema capitalista desarrollado se produce cuando el imperio está próximo a cambiar de jefatura en las elecciones que tendrán lugar dentro de veinticinco días; era lo único que faltaba por ver.
Los candidatos de los dos partidos que deciden en esas elecciones, tratan de persuadir a los desconcertados votantes muchos de los cuales no se han preocupado nunca por votar― de que ellos, como aspirantes a la Presidencia, son capaces de garantizar el bienestar y el consumismo de lo que califican como un pueblo de capas medias, sin el menor propósito de verdaderos cambios en lo que consideran el más perfecto sistema económico que ha conocido el mundo; un mundo que, por supuesto, en la mentalidad de cada uno de ellos, es menos importante que la felicidad de trescientos y tantos millones de habitantes de una población que no llega al cinco por ciento de los habitantes del planeta. La suerte del otro noventa y cinco por ciento de los seres humanos, la guerra y la paz, la atmósfera respirable o no, dependerá en gran parte de las decisiones del jefe institucional del imperio, si es que ese cargo constitucional tiene o no poder real en la época de las armas nucleares y los escudos espaciales manejados por computadoras en circunstancias tales que los segundos son decisivos y los principios éticos tienen cada vez menos vigencia. No puede, sin embargo, ignorarse el papel más o menos nefasto que corresponde a un presidente de ese país.
En Estados Unidos existe un profundo racismo, y la mente de millones de blancos no se reconcilia con la idea de que una persona negra con la esposa y los niños ocupen la Casa Blanca, que se llama así: Blanca.
De puro milagro el candidato demócrata no ha sufrido la suerte de Martin Luther King, Malcolm X y otros, que albergaron sueños de igualdad y justicia en década recientes. Tiene además el hábito de mirar al adversario con serenidad y reírse de los aprietos dialécticos de un oponente que mira hacia el vacío.
Por otro lado, el candidato republicano, que cultiva su fama de hombre belicoso, fue uno de los peores alumnos de su curso en West Point. No sabía nada de Matemáticas, según confiesa, y es de suponer que mucho menos de las complicadas ciencias económicas.
Sin duda, su adversario lo supera en inteligencia y serenidad.
Lo que más abunda en McCain son los años, y su salud no es en lo absoluto segura.
Menciono estos datos para señalar la eventual posibilidad ―si algo ocurriera con la salud del candidato republicano, si lo eligen― de que la señora del rifle e inexperta ex gobernadora de Alaska fuese Presidenta de Estados Unidos. Se observa que no sabe nada de nada.
Meditando sobre la deuda pública actual de Estados Unidos que el presidente Bush descarga sobre las nuevas generaciones en ese país ―10,3 millones de millones―, se me ocurrió calcular el tiempo que tardaría un hombre para contar la deuda que aquél prácticamente ha duplicado en ocho años.
Suponiendo ocho horas de trabajo neto diario sin perder un segundo, al ritmo rápido de cien billetes de un dólar por minuto, 300 días de trabajo al año, un hombre tardaría 715 mil años para contar esa suma.
No encontré otra forma gráfica de imaginarme el volumen de esa suma de dinero que se menciona casi diariamente en estos días.
El gobierno de Estados Unidos, para evitar un pánico generalizado, declara que garantizará depósitos de ahorristas que no rebasen los 250 mil dólares; administrará bancos y cifras de dinero que Lenin, con ábacos, no habría imaginado contabilizar.
Podemos preguntarnos ahora qué aporte hará la administración Bush al socialismo. Pero no nos hagamos ilusiones. Cuando el funcionamiento de los bancos se normalice, los imperialistas se las devolverán a las empresas privadas, como hizo algún que otro país en este hemisferio. El pueblo paga siempre las cuentas.
El capitalismo tiende a reproducirse en cualquier sistema social, porque parte del egoísmo y los instintos del hombre.
A la sociedad humana no le queda otra alternativa que superar esa contradicción, porque de otra forma no podría sobrevivir.
En este momento, el mar de dinero que les lanzan a las finanzas mundiales los bancos centrales de los países capitalistas desarrollados está golpeando fuertemente a las bolsas de los países que tratan de superar el subdesarrollo económico y acuden a esas instituciones. Cuba no posee bolsa de valores. Sin duda surgirán formas de financiamiento más racionales, más socialistas.
La crisis actual y las brutales medidas del gobierno de Estados Unidos para salvarse traerán más inflación, más devaluación de las monedas nacionales, más pérdidas dolorosas de los mercados, menores precios para las mercancías de exportación, más intercambio desigual. Pero traerán también a los pueblos más conocimiento de la verdad, más conciencia, más rebeldía y más revoluciones.
Veremos ahora cómo se desarrolla la crisis y qué ocurre en Estados Unidos dentro de veinticinco días.


Fidel Castro Ruz
Octubre 11 de 2008
6 y 15 p.m.

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La verdad en batalla y el libro de Martín Blandino (Segunda Parte)

La intensidad de las acciones del reducido grupo de pilotos de los MiG-21 la expresa así el autor:
"Por mucha discreción que se exija a quienes integran los Estados Mayores y las dotaciones de los puestos de mando, siempre se filtra algo de una acción de guerra que ya dura más de ocho días y ha mantenido en máxima tensión a cientos de hombres y mujeres a ambos lados del océano.
"Cómo ocultar, por ejemplo, el ruido atronador de 239 despegues de aviones de combate a reacción e igual cifra de aterrizajes —más de 50 diarios—, aunque tan alta cifra de misiones haya sido cumplida por solo nueve pilotos, que han permanecido en el aire un promedio de dos horas y media cada uno de los días de combate, incluido uno que ha cumplido casi cuatro misiones diariamente, lo que significa haber volado durante 3 horas y 45 minutos en una tras otra de esas tensas jornadas."
"Qué método puede garantizar que permanezca oculto el desplazamiento de los miles de hombres que integran las columnas blindadas de refuerzo. Cómo lograr que resulte invisible la marcha de los alrededor de 200 carros que componen cada una de ellas, incluidos tanques, artillería y transportadores blindados, a lo largo de cientos de kilómetros hacia Munhango, Tempué, Luena y otros lugares, desde Huambo, Menongue y otros puntos de la extensa geografía angolana."
La columna blindada de Huambo, que se dirigía a Cangamba, y recibió posteriormente, al cesar el cerco, instrucciones de girar hacia la izquierda en dirección a Luena, informa por radio al mando "que están sin combustible". Como el libro revela, "se le indica a esta y a la de Menongue que no se muevan del lugar donde se encuentran y tomen las medidas de seguridad hasta que sean reabastecidas. Se adopta la decisión de que los helicópteros les lleven ese importante suministro. Como siempre, se dificulta mucho localizar la columna. Las naves llevan un buen rato volando sin encontrar el menor vestigio. Por fin se ubica el lugar por medio de unas sábanas extendidas sobre los árboles."
El coronel Calvo comunica: "Salen 6 helicópteros de Luena hacia Munhango, unos 25 kilómetros al sur de Luena, a llevar 42 bidones de gasolina, más o menos unos 10 mil litros, para la columna de Sotomayor. En el aterrizaje, se rompen las palas del H-08. También posteriormente parten hacia la región de Tempué a localizar la columna de Suárez, llevarle documentos y sacar a tres heridos que tienen."
La columna blindada de Suárez, que había partido de Menongue hacia Cangamba, se encontraba a gran distancia de Luena, de donde salen los helicópteros que llevaban el combustible. Es un viaje largo, dada la extensión de Angola, cuya superficie compacta abarca aproximadamente casi once veces la de Cuba. Era el territorio donde el asesor soviético, aconsejaba lanzar una ofensiva con la brigada de asalto cubana, dando lugar a la contradicción surgida.
"Minutos después de la medianoche, cuando ya es sábado 13 de agosto en Luanda, se comunica a Cuba el cabal cumplimiento de la orden de evacuar hasta el último internacionalista cubano de Cangamba. El alto mando de las FAR ratifica la decisión de que la columna de Huambo continúe su marcha hacia Luena, y que la de Menongue regrese a esa ciudad" (importante baluarte del Frente Sur).
"Coronel Calvo:
"También es mi cumpleaños y recibo temprano un beso que me envía mi familia —por telepatía—. En horas de la tarde, me regalan una botella de vino y otra de ron, festejamos el cumpleaños del Comandante (era el mismo día) y de paso el mío también".
El autor continúa explicando:
"Pero para los pilotos y los integrantes de las columnas blindadas, aún están lejos de concluir las acciones. Dos helicópteros despegan cargados con 14 bidones de gasolina, unos 2 800 litros, destinados a la columna de Menongue, que ya inició la marcha de regreso a esa ciudad. Una vez cumplido ese primer vuelo, ponen rumbo hacia el aeropuerto de Menongue para desde allí continuar abasteciendo de combustible. También otros cuatro Mi-8 despegan de Luena con rumbo a Munhango, cargados con otros 5 600 litros de gasolina. Su misión es reabastecer a la columna de Huambo, que ahora se dirige a reforzar a las tropas que defienden la ciudad de Luena.
"Sobran razones para todas estas medidas, pues la inquietud sigue presente en el mando cubano. Las autoridades angolanas, al parecer, han decidido, al menos por ahora, no evacuar a sus tropas de Cangamba, y el riesgo de que el enemigo ataque nuevamente sigue presente, tanto a la aldea como a las columnas que aún se desplazan por peligrosos itinerarios."
En la descripción detallada de los sucesos de Cangamba, partiendo de los testimonios y documentos, bajo el epígrafe "La apreciación se confirma", el autor nos lleva a las horas más tensas de aquellos días:
"Aún falta para la salida del sol en Angola. Es domingo 14 de agosto. En Luanda el reloj marca las 04:45 horas, y los combatientes de guardia en el Centro de Comunicaciones de la jefatura de la Misión Militar cubana permanecen sumidos en el sopor que acompaña el amanecer de quienes han pasado la noche en vela. La entrada de un mensaje procedente de La Habana, donde todavía son las 23:45 horas del día anterior, disipa rápidamente la modorra de los ocupantes del local atestado de medios técnicos.
"Paulatinamente, el texto cifrado va haciéndose inteligible. Su contenido está dirigido al general de división Leopoldo Cintra Frías y contiene precisas instrucciones del Comandante en Jefe: ‘Estar preparados para brindar apoyo aéreo a las FAPLA en Cangamba’. Si los angolanos deciden por fin retirarse, ayudarlos con los helicópteros. Fidel alerta que el enemigo sufrió grandes pérdidas, pero no hay que confiarse: ‘Hemos cumplido nuestro deber y actuado y aconsejado lo correcto’."
Al amanecer de ese domingo, 8 aviones de bombardeo sudafricanos hicieron caer sus mortíferas cargas sobre las posiciones que habían estado ocupando las fuerzas angolanas y cubanas en Cangamba. De nuevo se producía la intervención directa del régimen del apartheid en Angola. Los yanquis y sus aliados sudafricanos no se resignaban a la desastrosa derrota. Los MiG 21 y los radares más cercanos estaban a 400 kilómetros.
"Coronel N’gongo (Jefe Adjunto del Estado Mayor de las FAPLA):
"Una vez derrotados los fantoches, los sudafricanos se ven obligados a intervenir directamente en el combate. Es así como las fuerzas racistas sudafricanas, con cuatro aviones tipo Canberra y cuatro aviones tipo Impala MK-2 destruyen completamente la población de Cangamba."
"Teniente coronel Henry:
"¼ nosotros ganamos la batalla en Cangamba, los pilotos teníamos previsto incluso hacer un desfile aéreo con todos los hierros, pasar con los aviones por allí, y Fidel dice: ‘¼ no quiero a nadie allí, ni cubanos ni FAPLA’. Tengo que reconocer que cumplimos por disciplina, por confianza en el Comandante en Jefe, pero realmente en ese momento no entendíamos¼ "
"Coronel Escalante:
"¼ es verdad que el Comandante en Jefe, o es mago o tiene una bola de cristal¼ Manda a evacuar Cangamba urgente y poco después una escuadrilla de Impalas y otra de Canberras ¡le han metido una clase de bombardeo a aquello! Él prevé que los sudafricanos, precisamente teniendo en cuenta la derrota que ha sufrido la UNITA, van a bombardear allí. Nosotros en la Misión decimos: ¡Coño, la verdad es que el Comandante en Jefe ha tomado una clase de decisión!"
"General de división Leopoldo Cintra Frías:
"A veces uno piensa que el Jefe es adivino. Si llegan a estar los cubanos allí, nos hubiéramos enfrascado otra vez en un combate aún más prolongado y en peores condiciones para nosotros, porque el abastecimiento se hubiera hecho todavía más difícil."
Estas opiniones eran emitidas en un momento en que las tensiones se relajaban, tras los días inciertos y dramáticos de la batalla, pero ninguno de aquellos jefes dejó de cumplir con absoluta disciplina, eficiencia y seriedad, las instrucciones recibidas. Es totalmente cierto que en los momentos difíciles, si no hay confianza en los que dirigen, nada marcha.
Amels Escalante, que es también investigador sagaz y profundo, 20 años más tarde, describió con absoluto rigor la batalla del Jigüe, donde 45 años antes, en el mes de julio de 1958, alrededor de 120 hombres, casi todos reclutas de la escuela de Minas del Frío bajo el mando de diez o doce jefes veteranos de nuestra guerra en la Sierra Maestra, combatiendo durante diez días ocasionaron al ejército enemigo y sus refuerzos tres bajas por cada combatiente que participó en la acción y ocuparon cientos de armas. Amels había logrado, con el mismo método de Jorge Martín Blandino, más detalles que yo del desarrollo de aquella batalla.
En su libro Cangamba, Martín Blandino ilustra con detalles:
"Entre el 18 y el 23 de agosto de 1983, tan solo unos días después de la evacuación de los asesores cubanos de Cangamba, parten hacia Angola desde los puertos de Santiago de Cuba, Matanzas y Mariel, los buques Donato Mármol, Ignacio Agramonte y Pepito Tey. Se repite así, en otras circunstancias, la proeza de 1975. En las bodegas de estas naves mercantes, ocultos a los medios de inteligencia del enemigo, viajan hacia el país africano tres batallones de tanques y uno de infantería motorizada. A ese primer paso le siguen pronto muchos otros en el plano militar, político y diplomático, hasta situar a las FAPLA y al contingente internacionalista cubano en condiciones de derrotar la nueva escalada del agresor extranjero y sus aliados del patio.
"Todo ello ocurre, además, en momentos en que Cuba enfrenta la posibilidad de una agresión militar directa en gran escala por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos, cuando el país está inmerso en el gigantesco esfuerzo que significa instrumentar la concepción de la guerra de todo el pueblo, ante las constantes amenazas de la administración norteamericana de Ronald Reagan¼ "
¿Cómo se precipitaron los acontecimientos que expone el investigador?
Desde Cuba vimos bastante rápidamente por elemental lógica las intenciones del enemigo, a medida que se desarrollaban los combates, e íbamos adoptando las medidas pertinentes de respuesta. La primera de todas, cuando llegaron noticias del cerco a la 32 brigada y sus asesores, fue decidir el rápido regreso a Angola del Jefe de la Misión Militar, general de división Leopoldo Cintra Frías, veterano de la Sierra Maestra, consagrado simpatizante de las FAPLA, que había viajado a Cuba en ese momento. "Hay que rescatar a toda costa aquellas fuerzas", fue la orden que recibió.
La Brigada de Desembarco y Asalto (así se llamaba entonces) fue enviada por aire al país sistemáticamente agredido por Sudáfrica.
Ya expresé que durante años habíamos estado sufriendo las consecuencias de la impunidad que gozaba el régimen fascista del apartheid, que había sido derrotado en su agresión a la República Popular de Angola. Expliqué igualmente a la Dirección soviética las razones y los puntos de vista sostenidos por Cuba.

Fidel Castro Ruz
Octubre 12 de 2008
5 y 23 p.m.

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