sábado, 29 de noviembre de 2008

El G-20, El G-21 y El G-192

Como si no existiesen suficientes causas para enloquecer, la proliferación de siglas con motivo de la crisis se multiplica de tal modo, que nadie acaba de entenderlas. La primera fue la del G-20, grupo selecto que en Washington pretendió representar a todos; la segunda, el grupo también selecto de APEC que se reunió en Lima; ahí estaban presentes el país más rico, Estados Unidos, en el número uno, con un PIB per cápita de 45 mil dólares por año, y el que ocupa alrededor del número 100, la República Popular China, con 2 483, el mayor inversor en Bonos del Tesoro de aquel país.

El G-192 es como el presidente Leonel Fernández, de la República Dominicana, que no está en ninguno de los dos, denomina a tal grupo, aludiendo a la cifra de miembros de las Naciones Unidas en una conferencia económica con la participación de Joseph Stiglitz, Premio Nóbel de esa ciencia.

George Soros, gran magnate de origen húngaro y ciudadano norteamericano inmensamente rico, escuchaba entre otras importantes personalidades.

Es tarea de ajedrecistas desentrañar los argumentos de tan diversos intereses nacionales y empresariales de los grupos G-20 y G-21.

Lo real es que, si un país del Tercer Mundo suscribe a la vez acuerdos de libre comercio con ocho o diez países desarrollados o emergentes, entre los cuales algunos se caracterizan por ser productores tradicionales de mercancías abundantes y atractivas a bajo costo o productos industriales sofisticados, como Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur, etcétera, la naciente industria de un país en desarrollo tendrá que competir con los sofisticados productos que salen de la industria de los más desarrollados o de las manos laboriosas de sus poderosos socios, uno de los cuales maneja a su antojo las finanzas mundiales. Les correspondería sólo el papel de productores de materias primas baratas requeridas de grandes inversiones que serán en todo caso propiedad extranjera con plenas garantías contra veleidades nacionalizadoras. No les quedaría más que las manos extendidas esperando el piadoso apoyo al desarrollo, y una eterna deuda a pagar con el sudor de sus hijos. ¿No es acaso lo mismo que ha ocurrido hasta hoy?

Por ello no vacilo en solidarizarme con la posición de Chávez, cuando afirma que no está de acuerdo con la receta de Lima. Sobran razones. Observemos el desarrollo de los acontecimientos, exigiendo derechos sin ponernos de rodillas.


Fidel Castro Ruz

Noviembre 23 de 2008

7 y 30 p.m.

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STELLA CALLONI

u libro La operación Cóndor denuncia una serie de atroces crímenes cometidos recientemente por Estados Unidos contra los pueblos de América Latina y constituye un texto clásico para comprender lo que significa el imperialismo yanqui. Es la denuncia más objetiva y detalladamente documentada que hasta hoy he leído, insuperable en su estilo y elocuencia. Impresiona la lista de eminentes figuras, militares y civiles, vilmente asesinadas dentro o fuera de sus respectivos países, entre ellas prestigiosas personalidades, religiosos como el arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, los generales chilenos Schneider y Prats, presidentes de otros países, así como la conspiración en Chile, que concluyó con la muerte de Salvador Allende y el establecimiento de un gobierno fascista. Hubo presidentes de Estados Unidos directamente involucrados, como Nixon, Reagan y Bush padre. En nuestro país Stella es conocida por esa obra.

En días recientes, lo que llamó de nuevo mi atención sobre la autora argentina fue la ponencia presentada en la Conferencia Internacional “Revolución e Intervención en América Latina” que tuvo lugar en Caracas, de la que envió una copia a Cuba.

Nos habla de la invasión silenciosa en todos los frentes: el arma de la desinformación, la recolonización de América Latina, “el patio trasero” como la “reserva estratégica” del imperio, la contrainsurgencia operativa, los golpes “suaves”, la intoxicación informática, agrupaciones de izquierda actuando junto a sectores golpistas de extrema derecha; el poderoso enemigo que ataca deliberadamente el alma de los pueblos, su cultura y su identidad; avanzadas coloniales y colonialismos tardíos.

Nos recuerda que la brutal invasión de Panamá, el 20 de diciembre de 1989, estuvo precedida por una campaña desinformativa que, en este caso, logró penetrar en sectores progresistas y de izquierda; la manipulación informática sobre las razones que adujo Estados Unidos para invadir el pequeño país de poco más de dos millones de habitantes ―dividido en dos por un enclave colonial que la potencia hegemónica mantenía desde principios del siglo pasado―, increíble y burda, aún es imposible entender cómo paralizó América Latina. Hasta hoy ―nos dijo― se ignora que allí murieron miles de personas. “Panamá fue la Guernica de América.”

Después añade que las Naciones Unidas desempeñaron “una presencia de papel en todos estos conflictos”.

Al Qaeda, nacido de las propias entrañas del imperio, es un típico ejemplo de un enemigo que el poder hegemónico ubica a su antojo donde lo necesita para justificar luego sus acciones, como a lo largo de su historia fabricó enemigos y atentados destinados a favorecer sus planes de dominación. El pretexto de la Seguridad Nacional de Estados Unidos para justificar sus crímenes fue trazado mucho antes de los atentados que desplomaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

Así por el estilo continúa esgrimiendo argumentos y pruebas irrefutables. Lo escribe en no menos de 20 páginas de apretada síntesis. Expresa sincera admiración por los procesos revolucionarios de Cuba y Venezuela, por su lucha valerosa en las proximidades de la metrópoli neocolonial.

Para comprender el sentido de esa lucha, baste recordar algunas de las frases pronunciadas por George W. Bush, presidente al que restan sólo 58 días para concluir su actual mandato como jefe del imperio.

En medio de la crisis que azota al mundo, declaró en la reunión cumbre de la APEC que tiene lugar en Lima:

“Por más de una década el mercado libre probó ser una vía eficaz.

“El crecimiento económico en esta región podría ser ilimitado y es algo que concierne a los pueblos libres. Todo país que sea honesto con su pueblo, contará con el apoyo de Estados Unidos.

“Nuestros socios pueden estar seguros de que la agenda compasiva de Estados Unidos se mantendrá.

“Seguiremos inspirando al mundo.

“Que Dios los bendiga.”

Hay que ser incurablemente cínico para hacer tales afirmaciones. Mientras eso se proclamaba en Lima, de Estados Unidos llegaban noticias sobre la gravedad de la crisis y el creciente número de desempleados. Las empresas de las industrias automotrices reclaman con urgencia una parte de los 700 mil millones de dólares destinados a afrontar la crisis más fuerte desatada en decenas de años. Aseguran que la quiebra de una sola de las grandes empresas del sector originaría el despido de dos millones y medio de trabajadores. Son cifras siderales de dinero y de afectados en el país que pretende seguir inspirando al mercado.

Las elecciones de hoy en Venezuela son complejas por la situación creada con las lluvias, el número de colegios, la elevada cifra de votantes inscritos por cada uno de ellos, el empleo de los recursos mediáticos y el abundante dinero que la oligarquía y el imperialismo emplean para confundir a los votantes, pero el gobierno bolivariano actúa con dignidad, se preocupa por los daños que ocasionan las lluvias excesivas, y combate con la firmeza y decisión que inspiran las causas justas.

Cualquiera que fuese el resultado de los comicios para elegir las autoridades locales y regionales, no será fácil apagar la llama encendida de la Revolución.

Creemos mucho más en las verdades de Calloni que en las cínicas mentiras de Bush.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 23 de 2008

Hora: 11 y 36 a.m.

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Dimitri A. Medvedev

Lo había observado durante las numerosas actividades que como Presidente de la Federación Rusa ha realizado durante las últimas semanas, a partir de la agudización de la crisis financiera que azota al mundo. La Federación Rusa es uno de los más poderosos Estados de la comunidad internacional a pesar de la desintegración de la URSS.

En sus intervenciones, el Presidente ruso se caracteriza por la precisión, claridad y brevedad de sus palabras. No hay tema que eluda, ni pregunta que deje sin responder. Posee conocimientos amplios. Persuade a los oyentes. Quienes discrepan lo respetan.

Expresó sus deseos de conversar conmigo durante su visita. Fue para mí un honor, y tuve la seguridad de que sería un encuentro agradable.

Los últimos meses han sido de sorprendentes cambios y situaciones nuevas. Los yanquis lanzaron sus acciones ilegales sobre Osetia del Sur y Abjazia, dos países que no tienen nada que ver con Georgia, armada hasta los dientes por los Estados Unidos, que alentaron y prepararon a los hombres y suministraron las armas para atacar a las fuerzas rusas que legalmente estaban allí para evitar los derramamientos de sangre que se estaban produciendo, un hecho reconocido por la comunidad internacional y pendiente de solución. De la aventurera guerra de Iraq se movían, como refuerzo de los atacantes, dos mil mercenarios georgianos al servicio de la infame guerra de conquista yanqui en busca de petróleo.

La voz serena, pero firme de Medvedev, recién electo presidente de la Federación Rusa, se hizo sentir con fuerza.

Otro cambio importante fue la elección del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de piel negra, cansado de la carnicería implantada en Iraq por Bush, y sobre todo disgustado con la forma errática con que este enfrentaba y agudizaba la crisis financiera, cada vez más grave y potencialmente más peligrosa para la economía de ese país y del mundo.

Los hechos tenían lugar simultáneamente con las elecciones generales en Paraguay y el Referendo en Ecuador, ambos de gran trascendencia; las elecciones regionales en Nicaragua, y de modo especial en Venezuela, que configuraban un cuadro de creciente desacato al hegemonismo asfixiante del imperio. Coincidentes con tales acontecimientos, se celebraron reuniones en Washington y Lima de los miembros del G-20 y G-21. Los Presidentes de Rusia y de China, dos baluartes insoslayables del escenario mundial, estaban presentes en ambas reuniones junto a los líderes de decenas de Estados de los cinco continentes que participaron y con muchos de los cuales intercambiaron.

Al regresar de Perú después de su visita a Brasil, Medvedev viajó a Venezuela, donde coincidió con la reunión del ALBA en Caracas, con cuyos representantes de alto nivel se reunió para satisfacción de todos.

A su vez, un destacamento naval ruso arribaba a ese hermano país. No es difícil comprender la importancia de la presencia en tales actividades del ilustre visitante con el que me reuní en la mañana de hoy viernes.

Para mí era de sumo interés conocer sus impresiones acerca de los acontecimientos señalados.

La reunión duró esta vez sólo una hora y 15 minutos. Llegó acompañado por Ricardo Cabrisas, vicepresidente del gobierno cubano responsabilizado con las negociaciones de Cuba con Rusia, China y Venezuela, los tres pilares más importantes de nuestro intercambio comercial en estos momentos, que el poderoso imperio no ha podido bloquear.

No dejé de abordar con él un solo punto esencial, desde nuestras posiciones, respecto a Estados Unidos, donde no cabe la idea de que aceptemos la política de garrote y zanahoria ni de que renunciemos a la devolución de hasta el último metro cuadrado del territorio de Guantánamo ocupado por la fuerza en nuestro país.

Le reiteré nuestra política paciente y pacífica, pero sin descuidar nunca nuestra capacidad defensiva frente a un potencial agresor. Ningún país comprendería mejor esta política que Rusia, constantemente amenazada por el mismo adversario de la paz.

De igual o mayor importancia todavía fue la expresión de nuestras ideas sobre los graves problemas inmediatos en campos cruciales que hoy enfrentan los pueblos, en su búsqueda de un mundo multipolar que garantice el desarrollo sostenido y pacífico.

La agenda parece extensa, y sin embargo ambos intercambiamos sobre estos temas, una buena prueba de que todavía, a pesar de su complejidad, los problemas del mundo pueden ser abordados antes de que se vuelvan inmanejables.

Para mí el encuentro constituyó un gran estímulo. Quedé con un alto concepto sobre la capacidad intelectual de Medvedev, que ya había imaginado en él. Es el más joven entre los más importantes jefes de Estado del mundo, el que a su vez abarca el más extenso territorio.

¡Con cuánta emoción escuchábamos en todas partes el himno ruso, bajo cuyas notas el pueblo heroico de Rusia derramó la sangre de muchos millones de hombres y mujeres, sin cuyo sacrificio no se habría obtenido la victoria sobre el nazi-fascismo!

Fidel Castro Ruz
28 de noviembre de 2008
7 y 23 p.m.

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martes, 25 de noviembre de 2008

Transparencia total

¿Quién lo duda? Observadores de todas partes y todos los pelajes asistieron a los comicios de Venezuela el 23 de noviembre. Transmitieron sus despachos con absoluta libertad. La oligarquía gritaba estruendosamente lanzando al mundo la grosera calumnia de que la prolongación del cierre de los puntos de votación, que les daba a los ciudadanos la oportunidad de votar, era con el propósito de cometer el fraude, a pesar de que el Consejo Nacional Electoral lo había acordado y anunciado previamente.

Si Estados Unidos adopta tal medida para facilitar la elección indirecta del Presidente de ese país que funge como modelo de los oligarcas venezolanos, es absolutamente correcto; pero en Venezuela no, aunque no se trate siquiera de la elección de su Presidente, que es directa, igual que la de los demás cargos ejecutivos.

La abyecta sumisión al imperio, la fuga de divisas por incontables miles de millones de dólares que escapan cada año, mantener la pobreza, el analfabetismo y el desempleo por encima del 20 por ciento, es para ellos lo único honorable y limpio.

No me atrevería a emitir opinión alguna con relación a otro país de este hemisferio, si olvidara que somos hermanos y que Martí, quien luchó y murió por Cuba y por Nuestra América, dijo un día ante la estatua del Libertador Simón Bolívar: “Déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo.”

En el seno de ese pueblo hermano laboran 40 mil compatriotas altamente calificados que están dispuestos a dar su vida por el pueblo de Bolívar y junto a él corren por igual los riesgos de cualquier zarpazo imperialista.

No soy un opinante intruso en el país del ALBA.

Venezuela puede convertirse en un modelo de desarrollo socialista a partir de los recursos que las transnacionales extraían de su rica naturaleza y del sudor de sus trabajadores manuales e intelectuales. Ningún poder extranjero determinará su futuro. El pueblo es dueño de su destino y marcha en pro de los más altos niveles de educación, cultura, salud y pleno empleo. Es un ejemplo a seguir por otros pueblos hermanos de este hemisferio sin ponerse de rodillas: no desea marchar a remolque de un imperio que los saquea. Venezuela reclama con razón y dignidad, de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que diseñe una nueva estructura financiera internacional. Cuba la apoya en ese empeño.

Cuando se observan las noticias internacionales, parecería que la URSS se desintegró ayer. Como diría Stella Calloni, hoy lunes el aparato de terror mediático se desató. Después de la bruma, sin embargo, emergerá de nuevo la verdad.

Las elecciones de ayer constituyeron un gran salto cualitativo para el proceso revolucionario bolivariano en muchos aspectos que se pueden medir; no como dice el aparato de desinformación masiva: “Castro opina que la Revolución en Venezuela seguirá adelante a pesar de las elecciones.” ¡No!, precisamente por el análisis de los datos fundamentales que reflejan los boletines del Consejo Nacional Electoral, veo con toda claridad la gran victoria obtenida.

Hubo datos precisos, victoria inobjetable de los candidatos a gobernadores en 17 de los 22 estados, todos pertenecientes al Partido Socialista Unido de Venezuela; mayor asistencia que nunca, 1,5 millones de votos más que los obtenidos por los candidatos de la oposición que aspiraron a ese cargo; 264 alcaldías de las 328 que tuvieron elecciones. No existe un partido de oposición; existe una suma de opositores con media docena de partidos, y transparencia total. Por eso dije y reitero que la llama de la Revolución será muy difícil de apagar en Venezuela.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 24 de 2008

6 y 35 p.m.

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jueves, 20 de noviembre de 2008

El encuentro con Hu Jintao

 

Quise hablar poco, pero él me obligó a extenderme más; hice algunas preguntas y fundamentalmente lo escuché.

Sus palabras narraron las proezas del pueblo chino en los últimos 10 meses. Grandes y extemporáneas nevadas, un terremoto que devastó áreas de superficie equivalentes a tres veces la de Cuba y la crisis económica internacional más grave desde la Gran Depresión de los años 30 han golpeado a la inmensa nación de 1 300 millones de habitantes.

Por mi mente pasaba el inmenso esfuerzo del pueblo chino, de sus obreros, sus campesinos, sus trabajadores manuales e intelectuales; el tradicional espíritu de sacrificio y la cultura milenaria de ese país miles de años antes de la etapa colonial impuesta por Occidente, donde emergieron con su poder y sus riquezas las actuales potencias del Grupo G-7 que hoy hegemonizan la economía mundial.

¡Qué colosal tarea en estos tiempos de globalización caía sobre ese dirigente que tuvo el gesto de visitar nuestra bloqueada, agredida y amenazada patria! ¿No somos acaso un país terrorista entre otros 60 o más que pueden ser atacados preventiva y sorpresivamente? ¡Eso dijo hace ya más de seis años el demencial jefe del imperio, que se reunió en Washington hace solo cinco días con el G-20!

China es el único país de ese grupo que puede regular a través del Estado un elevado índice de crecimiento, al ritmo que se propone, no menor al 8 por ciento en el año 2009. La idea que lanzó el último Congreso del Partido fue la de cuadruplicar el Producto Interno Bruto per cápita entre el 2000 y el 2020, medido en valores constantes del 2007, año en que tuvo lugar el Congreso. De eso me habló en detalles. Alcanzaría por tanto el equivalente a no menos de cuatro mil dólares per cápita por año al final de ese período, en condiciones de paz. Pienso que no puede ni debe olvidarse que China es un país emergente, cuyo ingreso per cápita, con mucho menor población cuando triunfó la revolución, no alcanzaba los 400 dólares al año por habitante y fue totalmente aislada por el imperialismo. Compárese con los 20 mil per cápita o una cifra mucho mayor que disfrutan en la actualidad los países capitalistas desarrollados, como Japón, europeos occidentales, Estados Unidos y Canadá. Varios de estos superan los 40 mil dólares per cápita al año, aunque su distribución es sumamente desigual en la sociedad.

Empleando 586 mil millones de sus reservas en divisas convertibles, que se aproximan a los dos millones de millones de dólares, acumuladas a base de sudor y sacrificio, puede enfrentar la actual crisis y seguir avanzando. ¿Existe algún otro país con esa solidez?

El presidente de China, secretario general del Partido y presidente de las Comisiones Militares Centrales del Partido y el Gobierno, Hu Jintao, es un líder consciente de su autoridad y sabe ejercerla a plenitud.

La delegación presidida por él firmó con Cuba doce proyectos de acuerdos para un modesto desarrollo económico, en una zona del planeta donde la totalidad del pequeño territorio de la isla puede ser azotada por huracanes de creciente intensidad, una prueba de que el clima realmente está cambiando. El área afectada por el terremoto en China no rebasaba el 4 por ciento de la superficie de aquel gran Estado multinacional.

Hay circunstancias en que el tamaño del territorio de un país independiente, su ubicación geográfica y el número de sus habitantes desempeñan importante papel.

¿Estaría Estados Unidos, que roba en todas partes inteligencias ya formadas, en condiciones de aplicar una Ley de Ajuste para los ciudadanos chinos similar a la que aplica a Cuba? Es absolutamente obvio que no. ¿Podría aplicarla a toda América Latina? Desde luego que tampoco.

Mientras tanto, nuestra maravillosa, contaminada y única nave espacial prosigue sus vueltas sobre su eje imaginario, como repite uno de los más escuchados programas de la televisión venezolana.

No todos los días un pequeño Estado tiene el privilegio de recibir a un dirigente de la personalidad y el prestigio de Hu Jintao. Ahora continuará viaje hacia Lima. Allí habrá otra gran reunión. De nuevo estará presente Bush, esta vez con 7 días menos de mandato.

Se afirma que en Washington, con solo 20 líderes de los países asistentes, las medidas de seguridad propias y las demandadas del anfitrión contra cualquier intento de eliminarlos físicamente, cambió las costumbres y la vida habitual de la ciudad. ¿Cómo será en la gran urbe de Lima? La ciudad sin duda alguna será tomada por los cuerpos armados; moverse será una tarea complicada, pues en ella, además, estarán presentes los agentes bien entrenados de órganos supranacionales de Estados Unidos, cuyos intereses y planes se conocerían muchos años después de transcurridos los períodos presidenciales de los jefes eventuales del imperio.

Le expresé muy sintéticamente algunas apreciaciones de nuestro país sobre el hábito del vecino del Norte, que pretende imponernos sus ideas, su modo de pensar y sus intereses a través de sus flotas, repletas de armas nucleares y bombarderos de ataque; nuestra apreciación de la solidaridad de Venezuela con Cuba desde los momentos más críticos del período especial, y el duro golpe de los desastres naturales. Que el presidente Chávez, gran admirador de China, ha sido el más firme defensor del socialismo como el único sistema capaz de llevar la justicia a los pueblos de América Latina.

En Beijing se guarda un agradable recuerdo del líder bolivariano.

El presidente Hu Jintao reiteró su deseo de seguir desarrollando las relaciones con Cuba, un país hacia el que siente gran respeto.

El intercambio se produjo durante una hora y 38 minutos. Fue cálido, amistoso, modesto, e hizo patentes sus sentimientos de afecto. Lo vi joven, saludable y fuerte. Deseamos a nuestro ilustre y fraternal amigo el mayor éxito en su tarea. ¡Gracias por su estimulante visita y el honor de interesarse por un encuentro personal conmigo!

Fidel Castro Ruz
Noviembre 19 de 2008
1 y 12 p.m
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lunes, 17 de noviembre de 2008

El parto de los montes

Bush se mostraba feliz con tener a Lula a su diestra en la cena del
viernes. A Hu Jintao, al que respeta por el enorme mercado de su país,
la capacidad de producir bienes de consumo a bajo precio y el caudal
de sus reservas en dólares y bonos de Estados Unidos, lo sentó a su
izquierda.

Medvédev, a quien ofende con la amenaza de ubicar los radares y la
cohetería estratégica nuclear no lejos de Moscú, fue ubicado en un
asiento distante del anfitrión de la Casa Blanca.

El rey de Arabia Saudita, un país que producirá en un futuro próximo
15 millones de toneladas de petróleo ligero a precios altamente
competitivos, quedó también a su izquierda, al lado de Hu.

Su más fiel aliado en Europa, Gordon Brown, Primer Ministro del Reino
Unido, no aparecía cerca de él en las imágenes.

Nicolás Sarkozy, descontento con la arquitectura actual del orden
financiero, quedó distante de él, con el rostro amargado.

Al Presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero,
víctima del resentimiento personal de Bush y asistente al cónclave de
Washington, ni siquiera lo vi en las imágenes televisadas de la cena.

De esa forma fueron ubicados los asistentes al banquete.

Cualquiera hubiera pensado que al día siguiente se produciría el
debate de fondo sobre el peliagudo tema.

Temprano en la mañana del sábado, las agencias informaban sobre el
programa que tendría lugar en el National Building Museum de
Washington. Cada segundo estaba programado. Se analizarían la actual
crisis y las medidas a tomar. Se iniciaría a las 11 y 30 hora local.
Primero, sesión gráfica: "fotos de familia", como las llamó Bush;
veinte minutos después, la primera plenaria, seguida de una segunda a
la mitad del día. Todo rigurosamente programado, hasta los nobles
servicios sanitarios.

Los discursos y análisis durarían aproximadamente tres horas y 30
minutos. A las 3 y 25, hora local, almuerzo. De inmediato, a las 5 y
5, declaración final. Una hora después, a las 6 y 5, Bush marcharía a
descansar, cenar y dormir plácidamente en Camp David.

El día transcurría, para los que seguían el evento, con la impaciencia
por conocer cómo en tan breve tiempo se abordarían los problemas del
planeta y de la especie humana. Estaba anunciada una declaración
final.

El hecho real es que la declaración final de la Cumbre se elaboró por
asesores económicos preseleccionados, bastante afines al pensamiento
neoliberal, mientras Bush en sus pronunciamientos pre y pos cumbre
reclamaba más poder y más dinero para el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y otras instituciones mundiales que
están bajo riguroso control de Estados Unidos y sus más cercanos
aliados. Ese país había decidido inyectar 700 mil millones de dólares
para salvar a sus bancos y empresas transnacionales. Europa ofrecía
una cifra igual o mayor. Japón, su más firme pilar en Asia, ha
prometido una contribución de 100 mil millones de dólares. Esperan de
la República Popular China, que desarrolla crecientes y convenientes
vínculos comerciales con los países de América Latina, otra
contribución de 100 mil millones procedentes de sus reservas.

¿De dónde saldrían tantos dólares, euros y libras esterlinas como no
fuera endeudando seriamente a las nuevas generaciones? ¿Cómo se puede
construir el edificio de la economía mundial sobre billetes de papel,
que es en lo inmediato lo que realmente se pone en circulación, cuando
el país que los emite sufre un enorme déficit fiscal? ¿Valdría la pena
tanto viaje por aire hacia un punto del planeta llamado Washington
para reunirse con un Presidente al que le quedan sólo 60 días de
gobierno, y suscribir un documento que ya estaba diseñado de antemano
para ser aprobado en el Washington Museum? ¿Tendría razón la prensa
radial, televisiva y escrita de Estados Unidos al no concederle
atención especial a ese viejo rejuego imperialista en la cacareada
reunión?

Lo increíble es la propia declaración final, aprobada por consenso de
los participantes en el cónclave. Es obvio que constituye una
aceptación plena de las exigencias de Bush, antes y durante la cumbre.
A varios de los países participantes no les quedaba otra alternativa
que aprobarla; en su lucha desesperada por el desarrollo, no deseaban
aislarse de los más ricos y poderosos, así como de sus instituciones
financieras, que constituyen mayoría en el seno del Grupo G-20.

Bush habló con verdadera euforia, usando palabras demagógicas, leyó
frases que retratan la declaración final:

"La primera decisión que tuve que tomar —dijo— fue quiénes venían a la
reunión. Decidí que teníamos que tener a las naciones del Grupo de los
20, en lugar de solamente el Grupo de los Ocho o el Grupo de los
Trece.

"Pero una vez que se toma la decisión de tener al Grupo de los 20, la
pregunta fundamental es con cuántas naciones de seis diferentes
continentes, que representan a diferentes etapas de desarrollo
económico, es posible alcanzar acuerdos que sean sustanciales, y me
complace informarles que la respuesta a esa pregunta es que lo
logramos."

"Estados Unidos ha tomado algunas medidas extraordinarias. Ustedes,
que han seguido mi carrera, saben, yo soy un partidario del libre
mercado, y si uno no toma medidas decisivas, es posible que nuestro
país se suma en una depresión más terrible que la Gran Depresión."

"Recién empezamos a trabajar con el fondo de 700 mil millones de
dólares que está comenzando a liberar dinero a los bancos."

"De manera que todos entendemos la necesidad de promover políticas
económicas a favor del crecimiento."

"La transparencia es muy importante para que los inversionistas y los
reguladores puedan saber exactamente qué está pasando."

El texto del resto de lo que dijo Bush es por el estilo.

La declaración final de la Cumbre, que requiere por su extensión media
hora para leerlo en público, se define a sí misma en un grupo de
párrafos seleccionados:

"Nosotros, los líderes del Grupo de los 20, hemos celebrado una
reunión inicial en Washington el 15 de noviembre entre serios desafíos
para la economía y los mercados financieros mundiales "

" debemos poner las bases para una reforma que nos ayude a asegurarnos
de que una crisis global como esta no volverá a ocurrir. Nuestro
trabajo debe estar guiado por los principios del mercado, el régimen
de libre comercio e inversión¼ "

" los actores del mercado buscaron rentabilidades más altas sin una
evaluación adecuada de los riesgos y fracasaron "

"Las autoridades, reguladores y supervisores de algunos países
desarrollados no apreciaron ni advirtieron adecuadamente de los
riesgos que se creaban en los mercados financieros¼ "

"¼ las políticas macroeconómicas insuficientes e inconsistentemente
coordinadas, e inadecuadas reformas estructurales, condujeron a un
insostenible resultado macroeconómico global."

"Muchas economías emergentes, que han ayudado a sostener la economía
mundial, cada vez más sufren el impacto del frenazo mundial."

"Subrayamos el importante papel del FMI en la respuesta a la crisis,
saludamos el nuevo mecanismo de liquidez a corto plazo y urgimos a la
continua revisión de sus instrumentos para asegurar la flexibilidad.

"Animaremos al Banco Mundial y a otros bancos multilaterales de
desarrollo a usar su plena capacidad en apoyo de su agenda de ayuda¼ "

"Nos aseguraremos de que el FMI, el Banco Mundial y los otros bancos
multilaterales de desarrollo tengan los recursos suficientes para
continuar desempeñando su papel en la resolución de la crisis."

"Ejercitaremos una fuerte vigilancia sobre las agencias de crédito,
con el desarrollo de un código de conducta internacional."

"Nos comprometemos a proteger la integridad de los mercados
financieros del mundo, reforzando la protección del inversor y el
consumidor."

"Estamos comprometidos a avanzar en la reforma de las instituciones de
Bretton Woods, de forma que puedan reflejar los cambios en la economía
mundial para incrementar su legitimidad y efectividad."

"Nos reuniremos de nuevo el 30 de abril de 2009 para revisar la puesta
en marcha de los principios y decisiones tomadas hoy."

"Admitimos que estas reformas sólo tendrán éxito si se basan en un
compromiso con los principios del libre mercado, incluyendo el imperio
de la ley, respeto a la propiedad privada, inversión y comercio libre,
mercados competitivos y eficientes y sistemas financieros regulados
efectivamente."

"Nos abstendremos de imponer barreras a la inversión y al comercio de
bienes y servicios."

"Somos conscientes del impacto de la actual crisis en los países en
desarrollo, particularmente en los más vulnerables.

"Mientras avanzamos, estamos seguros de que mediante la colaboración,
la cooperación y el multilateralismo superaremos los desafíos que
tenemos ante nosotros y lograremos restablecer la estabilidad y la
prosperidad en la economía mundial."

Lenguaje tecnocrático, inaccesible para las masas.

Pleitesía al imperio, que no recibe crítica alguna a sus métodos abusivos.

Loas al FMI, Banco Mundial y las organizaciones multilaterales de
créditos, engendradores de deudas, gastos burocráticos fabulosos e
inversiones encaminadas al suministro de materias primas a las grandes
transnacionales, que son además responsables de la crisis.

Así por el estilo, hasta el último párrafo. Es aburrida, plagada de
lugares comunes. No dice absolutamente nada. Fue suscrita por Bush,
campeón del neoliberalismo, responsable de matanzas y guerras
genocidas, que ha invertido en sus aventuras sangrientas todo el
dinero que habría sido suficiente para cambiar la faz económica del
mundo.

En el documento no se dice una palabra de lo absurdo de la política de
convertir los alimentos en combustible que propugna Estados Unidos,
del intercambio desigual de que somos víctimas los pueblos del Tercer
Mundo, ni sobre la estéril carrera armamentista, la producción y
comercio de armas, la ruptura del equilibrio ecológico, y las
gravísimas amenazas a la paz que ponen al mundo al borde del
exterminio.

Sólo una frasecita perdida en el largo documento menciona la necesidad
de "afrontar el cambio climático", cuatro palabras.

Por la declaración se verá cómo los países presentes en el cónclave
demandan reunirse de nuevo en abril de 2009, en el Reino Unido, Japón
o cualquier otro país que cuente con los requisitos adecuados —nadie
sabe cuál—, para analizar la situación de las finanzas mundiales, con
el sueño de que las crisis cíclicas nunca vuelvan a repetirse con sus
dramáticas consecuencias.

Ahora les corresponderá a los teóricos de izquierda y de derecha
opinar fría o acaloradamente sobre el documento.

Desde mi punto de vista, no fueron rozados ni con el pétalo de una
flor los privilegios del imperio. Si se dispone de la paciencia
necesaria para leerlo desde el principio hasta el final, podrá
apreciarse cómo se trata simplemente de una apelación piadosa a la
ética del país más poderoso del planeta, tecnológica y militarmente,
en la época de la globalización de la economía, como quienes ruegan al
lobo que no se devore a la Caperucita Roja.

Fidel Castro Ruz
Noviembre 16 de 2008
4 y 12 p.m.
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domingo, 16 de noviembre de 2008

La Paz en Colombia....Introducción

Es un tema sobre el que prometí escribir. No era fácil hacerlo.Otros asuntos han ocupado mi tiempo. Ahora cumplo la promesa. ¿Fue objetivo y justo mi análisis sobre Marulanda y el Partido Comunista de Colombia en las Reflexiones publicadas el pasado 5 de julio de 2008? Nadie puede asegurar nunca que sus puntos de vista carecen de subjetivismo; siempre se puede correr el riesgo de parecer injusto. Quien afirma algo, debe estar dispuesto a demostrar lo que dice y por qué lo dice.
Mi desacuerdo con la concepción de Marulanda se fundamenta en la experiencia vivida, no como teórico sino como político que enfrentó y debió resolver problemas muy parecidos como ciudadano y como guerrillero, solo que los suyos fueron más complejos y difíciles.
Sería incorrecta la idea de que en Colombia y en Cuba se partía de las mismas circunstancias. En común compartíamos la ausencia inicial de una ideología evolucionaria —ya que nadie nace con ella— y de un programa para llevar a la realidad más tarde la construcción del socialismo. No cuestiono en lo más mínimo su honradez ni la del Partido Comunista de Colombia; por el contrario, merecen respeto, porque fueron revolucionarios, luchadores antiimperialistas, a cuya causa entregaron decenas de años de lucha.
Lo explicaré.
Cuando asesinaron al prestigioso líder popular Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, Pedro Antonio Marín, campesino pobre que después adoptó el nombre de Manuel Marulanda en honor a un colombiano que murió en la guerra de Corea, se incorporó al movimiento guerrillero liberal. Solo tenía 18 años.
Los testimonios sobre su vida son escasos, pero suficientes para satisfacer la curiosidad de un lector que desee información para aproximarse a los hechos referidos. He tratado de hurgar en diversas fuentes. Quien más sistemáticamente habló del famoso guerrillero fue el historiador colombiano Arturo Alape, cuyo rigor como investigador pude comprobar por mis relaciones con él. Es difícil que se le hubiera escapado un detalle. En varias oportunidades se reunió con Marulanda y las fuerzas guerrilleras. Durante meses convivió con ellas para escrutar los móviles y objetivos de su dura lucha. Puedo valorar correctamente la información que suministra.
Pero no es la única fuente, están los testimonios de Jacobo Arenas, intelectual y dirigente comunista enviado por su partido para atender al sector campesino, componente indispensable para la revolución en Colombia. El Partido Comunista de ese hermano país, como los otros de América Latina, grandes o pequeños, fueron miembros disciplinados de la Internacional mientras existió formalmente. Seguían la línea
del Partido Comunista de la URSS. En los años de la Guerra Fría continuaron siendo reprimidos por sus ideas. Los medios de publicidad imperialistas y oligárquicos se ensañaron con ellos. El surgimiento de la Revolución en Cuba, sin vínculo alguno con la URSS pero basada en las enseñanzas del marxismo-leninismo, suscitó sentimientos contradictorios pero no antagónicos. En nuestra patria fueron superados y la unidad se abrió paso, aunque no sin contradicciones ni sectarismos, entre los militantes y simpatizantes del antiguo partido con educación política avanzada y sectores de la
pequeña burguesía radicalizados, pero permeados por el fantasma del anticomunismo. Las victorias del Ejército Rebelde, como primeramente se calificó a las fuerzas guerrilleras, fueron el factor decisivo en la fase ulterior de la Revolución. Tal explicación es ineludible para comprender la esencia de las relaciones de Cuba con los revolucionarios de América Latina. Los que organizamos el movimiento que intentó tomar el poder el 26 de julio de 1953 teníamos una idea clara de nuestros objetivos,
y de ello quedó constancia. Los combatientes procedían de los sectores humildes de nuestro pueblo y ninguno objetaba nuestros propósitos; el antiguo partido fue nuestro amigo, incluso antes de aquel intento. Todos los que lucharon contra la tiranía vertieron finalmente sus aguas en un solo río.
De la singular experiencia vivida en la pequeña Isla a 90 millas de Estados Unidos, con una base militar impuesta en su propio territorio, nacieron nuestros puntos de vista con relación a la América Latina. No teníamos, sin embargo, derecho a inmiscuirnos en los asuntos internos de cualquier otro país como no fuese con el inevitable impacto de los acontecimientos. Infortunadamente, fueron los gobiernos
de los demás países —con excepción de México, todavía bajo la influencia de su revolución social de principios de siglo y el brillante papel patriótico y antiimperialista de Lázaro Cárdenas— los que, presionados por Estados Unidos, rompieron normas morales y principios legales y se sumaron a la agresión contra Cuba.
Explotaron la existencia de Cuba revolucionaria para obtener migajas del mperialismo. Si alguno ofrecía resistencia era derrocado sin pena ni gloria.
Estados Unidos organizó bandas armadas y grupos terroristassuministrados por aire y mar que pusieron bombas, incendiaron instalaciones sociales y económicas, incluidos teatros, círculos infantiles, fábricas, plantaciones de caña, almacenes, grandes tiendas y otros objetivos, segando vidas o mutilando a cubanos en su traicionera
acción. Incluso, algunos maestros y jóvenes alfabetizadores fueron torturados y asesinados. No lo afirma simplemente quien esto escribe; consta en los documentos desclasificados de la CIA. Un hecho relevante, notorio, conocido por todos, es que el 15 de abril de 1961 aviones de combate e instalaciones de nuestra Fuerza Aérea
fueron atacados por aviones que llevaban insignias cubanas; dos días después, fuerzas mercenarias escoltadas por la Armada de guerra yanqui —incluido un portaaviones— y la Infantería de Marina, desembarcaron por la Bahía de Cochinos. ¿Qué hicieron los gobiernos de los países de América, con la excepción de México? Apoyar a Estados Unidos en su guerra genocida contra el pueblo cubano.
Más tarde la CIA lanzó virus y bacterias contra nuestra población y nuestras plantaciones. ¿Qué hicieron los gobiernos de los países hermanos?

El gobierno de Estados Unidos puso al mundo al borde de la guerra nuclear, porque se negaba a renunciar a la idea de atacar directamente a Cuba con sus poderosas fuerzas militares, lo que habría costado una incalculable cifra de vidas y destrucción, pues, como es sabido, el pueblo cubano resistiría hasta la última gota de sangre.
Cuando la República Dominicana fue invadida en abril de 1965,los gobiernos de América Latina también apoyaron a los agresores. No hace falta añadir más para comprender que durante décadas esa fue la conducta de las tiranías militares que torturaron, asesinaron y desaparecieron a cientos de miles de personas en este
hemisferio en complicidad con el imperio que las promovió.Desde muy temprano, en acto masivo, el pueblo de Cuba envió su mensaje, en la Primera y la Segunda Declaración de La Habana, a los pueblos hermanos de América Latina. A partir de esa realidad es que se puede explicar el interés con que seguíamos el desarrollo de
los acontecimientos políticos en cualquier país de Nuestra América. He revisado numerosas notas, informes y documentos relacionados con el tema colombiano, entre ellos relatos de las conversaciones sostenidas con personalidades que visitaron a Cuba y con las que intercambiamos extensamente sobre la paz en Colombia.
En 1950, cuando una guerrilla comunista hizo contacto con él, Marulanda, que procedía de un grupo gaitanista liberal integrado en parte por familiares suyos, había evolucionado hacia posiciones cercanas a los comunistas; les critica a estos sus excesivos actos de formalismo militar y determinadas tendencias sectarias en sus concepciones.
Nuestra idea de la guerrilla como embrión en desarrollo de una fuerza capaz de tomar el poder, no partía solo de la experiencia cubana sino también de la de otros países en América Latina. En cualquiera de ellos suponía la lucha por los pobres con independencia de sus niveles de educación, que en todas partes, como clases
explotadas —obrera o campesina, o jornaleros modestos e incluso
soldados—, era muy baja. En Centroamérica, región que fue víctima de las intervenciones de filibusteros o soldados de Estados Unidos en diversas épocas,
casi todos los países estaban gobernados por sangrientas dictaduras al triunfo de la Revolución Cubana. Sin excepción, eran cómplices e instrumentos del imperialismo contra Cuba.
Los grupos revolucionarios, en su lucha, estaban divididos en Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Más tarde o más temprano los militantes comunistas se sumaron a la lucha armada de los campesinos y la pequeña burguesía revolucionaria. En todos, con sus peculiares e ineludibles características siempre presentes, surgieron tendencias aferradas al concepto de lucha excesivamente prolongada.El esfuerzo de Cuba se onsagró a la búsqueda de la unidad. Constan las actas y fotos de los momentos históricos en que esta se logró. Hubo guerrilleros que perdieron años planeando triunfos para las calendas griegas. Se trataba de una concepción que no cabía en nuestras mentes. Es igualmente cierto que los eternos pregoneros del capitalismo, manejados por los órganos de Inteligencia yanqui, sembraron ideas extremistas en la mente de algunos revolucionarios.
Centroamérica fue escenario de un choque de ideas. Recuerdo que en los años de Carter, Bob Pastor, un representante suyo que realizó numerosas visitas a nuestro país, más de una vez al reunirse conmigo exclamó de forma que parecía ingenua: “¿Y por qué tú insistes tanto en unidad, unidad, unidad?” Yo reía por dentro, al observar
la reacción alérgica de aquel joven funcionario norteamericano contra la unidad de los latinoamericanos. Carter, sin embargo, era un inusual presidente de Estados Unidos con principios éticos, que partía de su fe religiosa y no planeó asesinar a Castro. Por eso siempre lo traté con respeto. Bajo su gobierno, Torrijos alcanzó la soberanía sobre el Canal, evitando una matanza que después Bush padre perpetró.
La historia de Centroamérica requeriría un libro que tal vez alguien escriba un día. Triunfó la Revolución en Nicaragua, que significó una esperanza. Reagan le impuso la guerra sucia, que costó miles de vidas a ese país; hizo estallar en el viejo continente el gasoducto de Siberia en complicidad con la Thatcher y el resto de la
OTAN; puso en crisis irrecuperable a la URSS y liquidó el campo socialista. Se creaba una situación enteramente nueva.

Hace muy poco escuchaba a Tarek William, destacado poeta venezolano y hoy gobernador de Anzoátegui, el estado petrolero más rico de Venezuela, que a una de sus obras sociales le puso el nombre de Roque Dalton, poeta prestigioso y revolucionario, miembro del ERP [Ejército Revolucionario del Pueblo], extrañamente asesinado
en El Salvador. Con dolor expresó el nombre del presunto asesino. “Me duele mucho” —exclamó— “cuando los yanquis lo envían aquí para decirnos cómo debemos hacer las cosas en Venezuela”. Realmente desconocía el bochornoso hecho que le imputa Tarek.
Había conocido al personaje cuando era militante y jefe del ERP, una destacada organización revolucionaria, combativa y resuelta, con magníficos combatientes del pueblo. Las alusiones a la muerte de Roque Dalton parecían simples calumnias. Dediqué, personalmente, decenas de horas en transmitirle experiencias, ideas, tácticas y principios de la guerra. No dudó en aplicarlas. Las unidades del ERP luchaban contra batallones salvadoreños entrenados en Estados Unidos con las más avanzadas técnicas que habían desarrollado.
Les insistía: no ejecuten a los prisioneros, no rematen a los heridos, superen esa práctica torpe y estéril, porque así jamás se rendirá uno de ellos. Debo añadir que las armas con que combatían los revolucionarios salvadoreños eran las ocupadas en Saigón, cedidas a Cuba por Vietnam después de la victoria. Como se verá en el capítulo IX, militantes revolucionarios integrados en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) llevaron a cabo proezas sin precedentes en las luchas de liberación de América Latina, si se tiene en cuenta el número de hombres y el volumen de fuego de las armas modernas.
Desaparecidos la URSS y el campo socialista, derrotada electoralmente la Revolución Nicaragüense por la sangría de la guerra sucia impuesta por Washington, llegó la hora de tomar decisiones a otros movimientos en Centroamérica. Pidieron mi opinión.
“Eso sólo lo pueden decidir ustedes”, fue la respuesta, “sólo sé lo que Cuba haría”. Añado esta vez que el mencionado jefe del ERP recibió beca en Oxford, estudió Ciencias Políticas y Económicas.

Por lo que contó el Gobernador de Anzoátegui, ahora es asesor yanqui sobre el arte de gobernar revolucionariamente. El pueblo de Cuba soportó la desaparición de la URSS sin rendirse y se dispuso a luchar hasta las últimas consecuencias, para
que —como dijo Rubén Martínez Villena— sus hijos no tengan que mendigar de rodillas lo que sus padres conquistaron de pie. Del material reunido y analizado salió un pequeño libro. Sus capítulos pudieron reducirse a partes aproximadamente iguales,
aunque algunos son más extensos y otros más breves. No deseábamos que la forma prevaleciera sobre el contenido. Se incluyen textos que son ineludibles para comprender los problemas. Uso el método de seleccionar ideas básicas, tal como constan en los documentos.
Disponer de los elementos de juicio requeridos es un deber de los que realmente luchan por un mundo mejor y más justo.
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sábado, 15 de noviembre de 2008

La reunión de Washington

 Algunos de los gobiernos que nos apoyan, a juzgar por declaraciones recientes, no dejan de incluir en las mismas que lo hacen para facilitar la transición en Cuba. ¿Transición hacia dónde? Hacia el capitalismo, único sistema en el que religiosamente creen. Ni una sola palabra expresan para reconocer el mérito de un pueblo que, sometido a casi medio siglo de crueles sanciones económicas y agresiones, defendió una causa revolucionaria que, unida a su moral y patriotismo, le dio fuerzas para resistir.

También olvidan que, después de las vidas ofrendadas y tanto sacrificio defendiendo la soberanía y la justicia, no se le puede ofrecer a Cuba en la otra orilla el capitalismo.

Le hacen guiños a Estados Unidos, soñando que los ayudará a resolver sus propios problemas económicos inyectándoles sumas fabulosas de monedas de papel a sus tambaleantes economías, que sostienen el intercambio desigual y abusivo con los países emergentes.

Sólo de esta forma pueden garantizarse las ganancias multimillonarias de Wall Street y los bancos de Estados Unidos. Los recursos naturales no renovables del planeta y la ecología ni siquiera se mencionan. No se demanda el cese de la carrera armamentista y la prohibición del uso posible y probable de armas de exterminio masivo.

Ninguno de los que participarán en la reunión, convocada precipitadamente por el actual Presidente de Estados Unidos, ha dicho una palabra sobre la ausencia de más de 150 Estados con iguales o peores problemas, que no tendrán derecho a decir una palabra sobre el orden financiero internacional, como propuso el Presidente pro tempore de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel D'Escoto, entre ellos la mayor parte de los países de América Latina, el Caribe, África, Asia y Oceanía.

Mañana se inicia la reunión del G-20 en Washington. Bush está de plácemes. Proclama que de la reunión espera un nuevo orden financiero internacional. Las instituciones creadas por Bretton Woods deben ser más transparentes, responsables y efectivas. Es lo único que admitiría. Para señalar la prosperidad de Cuba en el pasado, habló de que una vez estuvo sembrada de campos de caña de azúcar. No dijo, por cierto, que se cortaba a mano y el imperio nos arrebató la cuota establecida durante más de medio siglo, cuando la palabra socialismo no se había pronunciado todavía en nuestro país, aunque sí las de ¡Patria o Muerte!

Muchos sueñan que, con un simple cambio de mando en la jefatura del imperio, este sería más tolerante y menos belicoso. El desprecio por su actual gobernante conduce a ilusiones del probable cambio del sistema.

No se conoce todavía el pensamiento más íntimo del ciudadano que tomará el timón sobre el tema. Sería sumamente ingenuo creer que las buenas intenciones de una persona inteligente podrían cambiar lo que siglos de intereses y egoísmo han creado. La historia humana demuestra otra cosa.

Observemos con atención lo que dice cada cual en esa importante reunión financiera. Las noticias lloverán. Estaremos todos un poco mejor informados.
 
 
 

Fidel Castro Ruz
Noviembre 14 de 2008
5 y 35 p.m.




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lunes, 10 de noviembre de 2008

El tercer huracán

Puede debilitarse, pero ya comenzó a llover en casi todo el territorio nacional. Las aguas caen sobre las áreas agrícolas saturadas de humedad por las recientes lluvias, y las presas con alto nivel de embalse como consecuencia de los huracanes Gustav y Ike, verterán sus aguas sobre valles y campos cultivados, como ocurrió a fines de agosto y principios de septiembre. Este ha sido bautizado con el engañoso nombre de Paloma.

Muchos cultivos cuyos frutos se esperaban pronto, incontables horas de trabajo humano, el combustible, las semillas, los fertilizantes, los herbicidas y el trabajo de los equipos empleados para producir alimentos con urgencia, volverán a perderse.

En muchos sitios donde las familias esperaban y recibían materiales para las viviendas, y aplaudían con admiración a los obreros que restablecían el fluido eléctrico, tan vital para muchos servicios, otra vez volverán a vivir en parte la misma experiencia.

De nuevo la destrucción de carreteras, caminos y otras obras se repetirá en varias provincias del país.

El último parte del Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología confirma el curso inexorable del fenómeno. No debemos, sin embargo, desanimarnos por la adversidad. Paloma no tiene el colosal diámetro de Gustav.

Cada hecho de este carácter debe servir para educar a nuestro pueblo sobre las consecuencias del cambio de clima y el desequilibrio ecológico, entre los muchos problemas que enfrenta la humanidad.

Los cálculos iniciales de los estragos económicos de los dos huracanes anteriores quedaron por debajo de la realidad. Estos ascendieron a más de 8 mil millones en lugar de los 5 mil anunciados inicialmente. Ahora se producirán daños adicionales.

Los cuadros que enfrentan resueltamente y sin descanso los problemas podrán demandar de sus compatriotas, con más énfasis todavía, la necesidad de consagrarse al trabajo productivo y los servicios como respuesta adecuada a las circunstancias adversas.

De nuevo sería necesaria la conducta digna si el jefe del imperio, que ha sido el máximo impulsor del bloqueo genocida contra nuestra patria, ofreciera otra vez piadosa ayuda. Con seguridad será rechazada. Que cese el bloqueo contra Cuba es lo que demanda nuestro pueblo, y ahora más que nunca, cuando es el reclamo unánime de la comunidad internacional en medio de la crisis financiera que azota a todos los países del planeta, desarrollados o por desarrollar.

Hay quienes todavía sueñan con poner de rodillas a Cuba esgrimiendo el criminal bloqueo como instrumento de la política exterior de Estados Unidos contra nuestra patria. Si ese país vuelve a caer en tal error, podría permanecer otro medio siglo aplicando esa política inútil con relación a Cuba, en caso de que el imperio fuese capaz de durar tanto tiempo.


Fidel Castro Ruz

Noviembre 7 de 2008

8 y 24 p.m.




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martes, 4 de noviembre de 2008

Las elecciones del 4 de noviembre

Mañana será un día de gran importancia. La opinión mundial estará atenta de lo que en Estados Unidos ocurra con las elecciones. Se trata de la nación más poderosa del planeta. Con menos del 5 por ciento de la población del mundo succiona cada año enormes cantidades de petróleo y gas, minerales, materias primas, bienes de consumo y productos sofisticados procedentes del exterior; muchos de ellos, en especial los combustibles y los extraídos de las minas, que no son renovables.

Es el mayor productor y exportador de armas. El complejo militar industrial cuenta, además, con un insaciable mercado en el propio país. Sus fuerzas aéreas y navales se concentran en decenas de bases militares ubicadas en el territorio de otras naciones. Los cohetes estratégicos de Estados Unidos, portadores de cabezas nucleares, pueden alcanzar con total precisión cualquier punto del mundo.

Muchas de las mejores inteligencias del planeta son sustraídas de sus países de origen y puestas al servicio del sistema. Es un imperio parasitario y saqueador.

Como se conoce, la población negra introducida a través de la esclavitud en el territorio de Estados Unidos a lo largo de siglos, es víctima de una fuerte discriminación racial.

Obama, candidato demócrata, es en parte de origen negro, y en él predominan el color oscuro y otros rasgos físicos de dicha raza. Pudo estudiar en un centro de educación superior donde se graduó con notas brillantes. Es sin duda más inteligente, culto y ecuánime que su adversario republicano.

Analizo las elecciones de mañana cuando el mundo sufre una grave crisis financiera, la peor desde los años 30, entre otras muchas que a lo largo de más de tres cuartos de siglo han afectado seriamente la economía de numerosos países.

Los órganos internacionales de prensa, los analistas y comentaristas políticos, emplean parte del tiempo en el tema. Se considera a Obama como el mejor orador político de Estados Unidos en las últimas décadas. Su compatriota Toni Morrison, Premio Nobel de Literatura del año 1993, la primera de su etnia nacida en Estados Unidos que obtiene ese laureado título, y excelente escritora, lo califica de futuro Presidente y poeta de esa nación.

He observado la lucha entre ambos contendientes. El candidato negro, que tanto asombró al obtener su nominación en la pugna frente a fuertes adversarios, tiene bien articuladas sus ideas y golpea una y otra vez con ellas en la mente de los votantes. No vacila en afirmar que por encima de todo, más que republicanos y demócratas, son estadounidenses, ciudadanos que califica como los más productivos del mundo; que reducirá los impuestos a la clase media, en la que incluye a casi todos; los eliminará a los más pobres, y los elevará a los más ricos. Los ingresos no estarán destinados a salvar a los bancos.

Reitera una y otra vez que los gastos ruinosos de la guerra de Bush en Iraq no deben ser costeados por los contribuyentes norteamericanos. Le pondrá fin y traerá de regreso a los soldados de Estados Unidos. Tal vez tuvo presente que ese país nada tuvo que ver con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Ha costado la sangre de miles de soldados de Estados Unidos, muertos o heridos en los combates, y más de un millón de vidas a esa nación musulmana. Fue una guerra de conquista impuesta por el imperio en busca de petróleo.

Ante la crisis financiera desatada y sus consecuencias, a los ciudadanos norteamericanos les preocupa más en estos instantes la economía que la guerra de Iraq. Los atormenta la preocupación por sus puestos de trabajo, la seguridad de los ahorros depositados en los bancos, los fondos de jubilación; el temor de perder el poder adquisitivo de su dinero y las viviendas donde residen con sus familiares. Desean la seguridad de recibir en cualquier circunstancia los servicios médicos adecuados y la garantía del derecho a que sus hijos reciban educación superior.

Obama es desafiante, pienso que ha corrido y correrá crecientes riesgos en el país donde un extremista puede adquirir por ley un arma sofisticada moderna en cualquier esquina como en la primera mitad del siglo XVIII al Oeste del territorio de Estados Unidos. Apoya su sistema y se apoyará en él. La preocupación por los agobiantes problemas del mundo no ocupan realmente un lugar importante en la mente de Obama, y mucho menos en la del candidato que, como piloto de guerra, descargó decenas de toneladas de bombas sobre la ciudad de Hanoi, a más de 15 mil kilómetros de Washington, sin remordimiento alguno de conciencia.

Cuando el pasado jueves 30 le escribí a Lula, además de lo que conté en la reflexión del 31 de octubre, le expresé textualmente en mi carta: "El racismo y la discriminación existen en la sociedad estadounidense desde que nació, hace más de dos siglos. Negros y latinoamericanos han sido allí siempre discriminados. Sus ciudadanos fueron educados en el consumismo. La humanidad está objetivamente amenazada por sus armas de exterminio masivo."

"Al pueblo de Estados Unidos le preocupa más la economía que la guerra de Iraq. McCain es viejo, belicoso, inculto, poco inteligente y sin salud."

Finalmente le añadí: "Si mis cálculos estuvieran equivocados, el racismo de todas formas se impusiera y el candidato republicano obtuviese la Presidencia, el peligro de guerra se incrementaría y las oportunidades de los pueblos para salir adelante se reducirían. A pesar de todo, hay que luchar y crear conciencia sobre esto, gane quien gane esas elecciones."

Cuando esta opinión que sostengo se publique mañana, nadie tendrá ya tiempo para decir que escribí algo que pueda ser utilizado por alguno de los candidatos en favor de su campaña. Debía ser, y he sido, neutral en la contienda electoral. No es "una injerencia en los asuntos internos de Estados Unidos", como diría el Departamento de Estado, tan respetuoso de la soberanía de los demás países.


Fidel Castro Ruz

Noviembre 3 de 2008

4 y 10 p.m.




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sábado, 1 de noviembre de 2008

El encuentro con Lula

No es la inyección de dinero en sí a los países en desarrollo lo que critico en mi reflexión de ayer, como interpretaron algunos cables.

Al escribir La Peor Variante, me refería a la forma y los objetivos de la inyección. He venido exponiendo la idea de que la crisis financiera es consecuencia de los privilegios concedidos en 1944 en Bretton Woods al capitalismo desarrollado en Estados Unidos, que emergía con un enorme poder militar y económico, próximo a concluir la Segunda Guerra Mundial. El fenómeno se repite con una frecuencia cada vez mayor.

En carta al presidente de Brasil, Lula da Silva, que le envié apenas llegó a Cuba, ya que un encuentro conmigo no estaba programado en su breve visita a nuestro país, le escribí textualmente sobre ese punto:

"Quien sea el gobernante de Estados Unidos después de la actual crisis, necesita sentir una fuerte presión de los pueblos del Tercer Mundo demandando soluciones en las que participen todos y no un grupo de Estados.  Las naciones más ricas necesitan desesperadamente que los pobres consuman, de lo contrario se paralizarían sus centros productores de bienes y servicios. Que utilicen sus computadoras para calcular cuántos millones de millones deben invertir para que las naciones pobres se desarrollen sin destruir la ecología y la vida en nuestro planeta."

Para cualquier lector es obvio que, cuando hablo de invertir, me refiero a un aporte monetario al Tercer Mundo, fundamentalmente como crédito blando, con intereses de casi cero, en aras de un desarrollo racional que no destruya la ecología.

Pude reunirme con Lula, quien solicitó verme a pesar de su ajustado programa, y conversar durante casi dos horas con él. Le expliqué que divulgaría conceptos contenidos en mi carta; no tuvo objeción alguna. La conversación fue, como siempre, amable y respetuosa. Me explicó bastante detalladamente la obra que lleva a cabo en su país. Le di las gracias por el apoyo político y económico de Brasil a Cuba en su lucha, y le recalqué el papel decisivo desempeñado por Venezuela, una nación latinoamericana en desarrollo, y su Presidente, en los días más críticos del período especial y hoy, cuando el bloqueo imperialista se ha recrudecido y nuestro país ha sufrido el azote destructor de dos huracanes.

A pesar de nuestro amplio intercambio, quedó libre hora y media antes de la prevista para la partida.

Por lo que vi en varios cables esta tarde, adoptó una posición valiente con relación a las elecciones de Estados Unidos. Si triunfara McCain, no estaría contando de antemano con el mayor país latinoamericano, Brasil.

El próximo 15 de noviembre tendrá lugar en Washington la reunión convocada por Bush del Grupo del G-20. Apenas se abre un televisor, aparece un jefe de Estado hablando en una reunión de alto nivel. ¿Qué tiempo les quedará a los jefes de Estado para informarse y meditar sobre los complejos problemas que agobian al mundo?

El actual Presidente de Estados Unidos no tiene problema alguno: no los resuelve; los crea. La solución para él es tarea de otros.

Fidel Castro Ruz
Octubre 31 de 2008
5 y 15 p.m.




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La peor variante

Leí hoy que la Reserva Federal de Estados Unidos había creado una nueva línea de créditos para los Bancos Centrales de México, Brasil, Corea del Sur y Singapur.

En la misma declaración informa que ha proporcionado créditos similares a los Bancos Centrales de Australia, Canadá, Dinamarca, Reino Unido, Japón, Nueva Zelanda, Suiza y el Banco Central Europeo.

En virtud de esos acuerdos, proporciona dólares a los Bancos Centrales a cambio de reservas en divisas de esos países, que han sufrido pérdidas considerables debido a la crisis financiera y comercial.

De ese modo se afianza el poder económico de su moneda, privilegio otorgado en Bretton Woods.

El Fondo Monetario Internacional, que es el mismo perro con diferente collar, anuncia la inyección de elevadas sumas a sus clientes de Europa Oriental. A Hungría le inyecta el equivalente a 20 mil millones de euros, gran parte de los cuales son dólares procedentes de Estados Unidos. No cesan las máquinas de imprimir billetes ni el FMI de otorgar sus leoninos préstamos.

Fidel Castro Ruz
Octubre 30 de 2008
8:05 p.m.

Por su parte, ayer el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) declaraba en Ginebra que al ritmo actual de gastos, la humanidad necesitaría los recursos de dos planetas en 2030 para mantener su estilo de vida.

El WWF es una institución seria. No hace falta ser graduado universitario en Matemáticas, Economía o Ciencias Políticas para comprender lo que eso significa. Es la peor variante. El capitalismo desarrollado aspira todavía a seguir saqueando al mundo como si el mundo pudiera soportarlo.



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El Analfabetismo Económico

Chávez habló en Zulia del "camarada Sarkozy", y lo dijo con cierta ironía, pero sin ánimo de herirlo. Por el contrario, más bien quiso reconocer su sinceridad cuando, en su condición de Presidente rotativo de la Comunidad de Países Europeos, habló en Beijing.

Nadie proclamaba lo que todos los líderes europeos conocen y no confiesan: el sistema financiero actual no sirve y hay que cambiarlo. El Presidente venezolano exclamó con franqueza:

"Es imposible refundar el sistema capitalista, sería como un intento de poner a navegar al Titanic después que está en el fondo del Océano."

En la reunión de la Asociación de Naciones Europeas y Asiáticas, en la que participaron 43 países, Sarkozy hizo confesiones notables, según los cables:

"El mundo va mal, afronta una crisis financiera sin precedentes por su magnitud, rapidez, violencia, y sus consecuencias sobre el medio ambiente ponen en cuestión la supervivencia de la humanidad: 900 millones de personas no tienen los medios para alimentarse.

"Los que participamos en esta reunión representamos dos tercios de la población del planeta y la mitad de sus riquezas; la crisis financiera comenzó en Estados Unidos, pero es mundial y la respuesta debe ser mundial."

"El lugar para un niño de 11 años no es la fábrica, sino la escuela."

"Ninguna región del mundo tiene lección que dar a nadie." Una clara alusión a la política de Estados Unidos.

Al final recordó ante las naciones de Asia el pasado colonizador de Europa en ese continente.

Si Granma hubiese suscrito esas palabras, dirían que se trataba de un clisé de la prensa oficial comunista.

La canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo en Beijing que no se podía "prever la entidad y duración de la crisis financiera internacional en curso. Se trata, ni más ni menos, de la creación de una nueva carta constitutiva de las finanzas." Ese mismo día se divulgaron noticias que revelan la incertidumbre general desatada.

En la reunión de Beijing, los 43 países de Europa y Asia acordaron que el FMI debería jugar un papel importante asistiendo a los países gravemente afectados por la crisis, y apoyaron una cumbre interregional en busca de la estabilidad a largo plazo y el desarrollo de la economía del mundo.

El presidente del gobierno español, Rodríguez Zapatero, declaró que "había una crisis de responsabilidad en la que unos pocos se han enriquecido y la mayoría se está empobreciendo", que "los mercados no confían en los mercados". Exhortó a los países a huir del proteccionismo, convencido de que la competencia haría que los mercados financieros jugaran su papel. No ha sido oficialmente invitado a la cumbre en Washington por la actitud rencorosa de Bush, que no le perdona el retiro de las tropas españolas de Iraq.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, apoyó su advertencia sobre el proteccionismo.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se reunía por su parte con eminentes economistas para tratar de evitar que los países en desarrollo sean las principales víctimas de la crisis.

Miguel D'Escoto, ex ministro de Relaciones Exteriores de la Revolución Sandinista y actual presidente de la Asamblea General de la ONU, demandaba que el problema de la crisis financiera no se discutiera en el G-20 entre los países más ricos y un grupo de naciones emergentes, sino en las Naciones Unidas.

Hay disputas acerca del lugar y la reunión donde debe adoptarse un nuevo sistema financiero que ponga fin al caos y la ausencia total de seguridad para los pueblos. Existe gran temor de que los países más ricos del mundo, reunidos con un grupo reducido de países emergentes golpeados por la crisis financiera, aprueben un nuevo Bretton Woods ignorando al resto del mundo. El presidente Bush declaró ayer que "los países que discutirán aquí el mes próximo sobre la crisis global deben también volver a comprometerse con los fundamentos del crecimiento económico a largo plazo: mercados libres, libre empresa y libre comercio."

Los bancos prestaban decenas de dólares por cada dólar depositado por los ahorristas. Multiplicaban el dinero. Respiraban y transpiraban por todos los poros¼ Cualquier contracción los conducía a la ruina o a la absorción por otros bancos. Había que salvarlos, siempre a costa de los contribuyentes. Fabricaban enormes fortunas. Sus privilegiados accionistas mayoritarios podían pagar cualquier suma por cualquier cosa.

Shi Jianxun, profesor de la Universidad de Tongui, Shanghai, declaró en un artículo que publicó en la edición exterior del Diario del Pueblo que "la cruda realidad ha llevado a la gente, en medio del pánico, a darse cuenta de que Estados Unidos ha utilizado la hegemonía del dólar para saquear las riquezas del mundo. Urge cambiar el sistema monetario internacional basado en la posición dominante del dólar."

Con muy pocas palabras explicó el papel esencial de las monedas en las relaciones económicas internacionales. Así venía ocurriendo desde hace siglos entre Asia y Europa: recordemos que el opio fue impuesto a China como moneda. De eso hablé cuando escribí La victoria china.

Ni siquiera plata metálica, con la que pagaban inicialmente los españoles desde su colonia en Filipinas los productos adquiridos en China, deseaban recibir las autoridades de este país, porque se devaluaba progresivamente debido a su abundancia en el llamado Nuevo Mundo recién conquistado por Europa. Hasta vergüenza sienten hoy los gobernantes europeos por las cosas que impusieron a China durante siglos.

Las actuales dificultades en las relaciones de intercambio entre esos dos continentes deben resolverse, según el criterio del economista chino, con euros, libras, yenes y yuanes. No cabe dudas de que la regulación razonable entre esas cuatro monedas ayudaría al desarrollo de relaciones comerciales justas entre Europa, Gran Bretaña, Japón y China.

Estarían incluidos en esa esfera Japón y Alemania —dos países productores de sofisticados equipos de tecnología avanzada tanto para la producción como para los servicios—, y el mayor motor en potencia de la economía del mundo, China, con alrededor de 1 400 millones de habitantes y más de 1,5 millones de millones de dólares en sus reservas de divisas convertibles, que son en su mayoría dólares y bonos del Tesoro de Estados Unidos. Le sigue Japón con casi las mismas cifras de reservas en divisas.

En la actual coyuntura, se incrementa el valor del dólar por la posición dominante de esta moneda impuesta a la economía mundial, justamente señalada y rechazada por el profesor de Shanghai.

Gran número de países del Tercer Mundo, exportadores de productos y materias primas con poco valor agregado, somos importadores de productos de consumo chinos, que suelen tener precios razonables, y equipos de Japón y Alemania, los cuales son cada vez más caros. Aun cuando China ha tratado de que el yuan no se sobrevalúe, como demandan sin cesar los yanquis para proteger sus industrias de la competencia china, el valor del yuan se incrementa y el poder adquisitivo de nuestras exportaciones disminuye. El precio del níquel, nuestro principal producto de exportación, cuyo valor alcanzó más de 50 mil dólares la tonelada no hace mucho, en los últimos días apenas rebasaba los 8 500 dólares por tonelada, es decir, menos del 20 por ciento del precio máximo alcanzado. El del cobre se ha reducido a menos del 50 por ciento; así sucesivamente ocurre con el hierro, aluminio, estaño, zinc y todos los minerales indispensables para un desarrollo sostenido. Los productos de consumo, como café, cacao, azúcar y otros, más allá de todo sentido racional y humano, en más de 40 años apenas incrementaron sus precios. Por eso no hace mucho tiempo yo advertía igualmente que, como consecuencia de una crisis que estaba a las puertas, los mercados se perderían y el poder adquisitivo de nuestros productos se reduciría considerablemente. En esa circunstancia, los países capitalistas desarrollados saben que sus fábricas y servicios se paralizan, y sólo la capacidad de consumo de gran parte de la humanidad ya en los índices de pobreza, o por debajo de estos, podría mantenerlos funcionando.

Ese es el gran dilema que plantea la crisis financiera y el peligro de que los egoísmos sociales y nacionales prevalezcan por encima de los deseos de muchos políticos y estadistas angustiados ante el fenómeno. No tienen la menor confianza en el propio sistema del que surgieron como hombres públicos.

Cuando un pueblo deja atrás el analfabetismo, sabe leer y escribir, y posee un mínimo indispensable de conocimientos para vivir y producir honradamente, le faltaría vencer todavía la peor forma de ignorancia en nuestra época: el analfabetismo económico. Sólo así podríamos saber lo que está ocurriendo en el mundo.

 Fidel Castro Ruz
Octubre 26 de 2008
5 y 15 p.m.



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