lunes, 7 de enero de 2008

Mensaje de Fidel a la Asamblea Nacional del Poder Popular

Querido compañero Alarcón:

Te ruego que al iniciar la sesión de la mañana, leas el siguiente mensaje a la Asamblea Nacional.

Un fuerte abrazo

Fidel Castro Ruz

Diciembre 27 de 2007
8 y 40 p.m.

Compañeros de la Asamblea Nacional:

Es muy duro el trabajo de ustedes. Frente a las necesidades acumuladas y crecientes que nuestra sociedad heredó de la neocolonia yanqui el 1 de enero de 1959, muchos soñábamos crear un país con justicia plena e independencia total. En la ardua y desigual lucha, llegó un momento en que nos quedamos solos.

Es legítimo nuestro orgullo cuando estamos próximos a cumplir 50 años del triunfo, porque hemos resistido durante casi medio siglo al imperio más poderoso que se ha creado en la historia. En la Proclama que suscribí el 31 de julio de 2006, ninguno de ustedes vio jamás acto alguno de nepotismo ni usurpación de las funciones del Parlamento. En ese año difícil y a la vez prometedor de la Revolución, la unidad del pueblo, el Partido y el Estado eran requisito esencial para seguir adelante y enfrentar la amenaza declarada de una intervención militar enemiga por parte de Estados Unidos.

En la visita que el pasado 25 de diciembre realizó el compañero Raúl a varios distritos del Municipio que me hizo el honor de postularme como candidato al Parlamento, se percató de que todos los miembros del grupo numeroso de la candidatura de la población que abarcaba el distrito que en el pasado se había hecho famoso por su combatividad, aunque de muy baja escolaridad, eran graduados de alto nivel, lo cual le emocionó profundamente, como él mismo narró a nuestra televisión.

Los cuadros del Partido, el Estado, el Gobierno y las organizaciones de masas se enfrentan a nuevos problemas, en su trato con el pueblo inteligente, observador y culto, que detesta trabas burocráticas y explicaciones mecánicas. En el fondo cada ciudadano libra su propia batalla contra la tendencia innata del ser humano a seguir el instinto de supervivencia, una ley natural que rige la vida.

Todos nacemos signados por ese instinto que la ciencia define como algo elemental. Chocar con él es bueno porque nos lleva a la dialéctica y a la lucha constante y desinteresada; nos hace más martianos y verdaderamente comunistas.

Lo que más ha destacado la Prensa Internacional sobre Cuba en días pasados, fue la frase en que expresé el 17 de este mes en carta al Director de la Mesa Redonda de la televisión cubana, que no soy una persona aferrada al poder. Puedo añadir que lo fui un tiempo por exceso de juventud y escasez de conciencia, cuando sin preceptor alguno iba saliendo de mi ignorancia política y me convertí en socialista utópico. Era una etapa en que creía conocer lo que debía hacerse y deseaba poder hacerlo. ¿Qué me hizo cambiar?: la propia vida, a medida que profundizaba en el pensamiento de Martí y de los clásicos del socialismo. Mientras más luchaba más me identificaba con tales objetivos y mucho antes del triunfo pensaba ya que mi deber era luchar por éstos o morir en el combate.

Por otro lado, nos acechan grandes peligros que amenazan la especie humana. Es algo que se hizo cada vez más evidente para mí desde que por primera vez previne en Río de Janeiro que una especie estaba en riesgo de desaparecer como consecuencia de la destrucción de sus condiciones naturales de vida hace más de 15 años, en junio de 1992. Últimamente, día por día es cada vez mayor el número de los que comprenden este riesgo real. Un libro reciente de Joseph Stiglitz, que fue vicepresidente del Banco Mundial y asesor económico principal del presidente Clinton hasta el año 2001, premio Nobel y Bestseller en Estados Unidos, aporta datos actuales sobre el tema que son irrebatibles. Denuncia que Estados Unidos, país que no suscribió el convenio de Kyoto, es el mayor emisor de gases de invernadero, lanzando cada año al espacio seis mil millones de toneladas de dióxido de carbono que trastornan la atmósfera, sin la cual es imposible la vida. A esto se añade la condición de ser el mayor exportador de gases de efecto invernadero.

Pocas personas conocen estos datos. El propio sistema económico que impuso el derroche insostenible de energía, impide que ese libro de Stiglitz se divulgue: su magnífica edición se limita a unos pocos miles para garantizar las ganancias. Es una exigencia del mercado sin el cual la empresa editora no podría existir.

Hoy se conoce que la vida en la Tierra ha sido protegida por la capa de ozono, ubicada en el anillo exterior entre 15 y 50 kilómetros de altura en la zona conocida como estratosfera, que sirve de escudo al planeta contra las radiaciones solares que pueden ser dañinas. Hay gases de efecto invernadero que tienen más poder de calentamiento que el dióxido de carbono y amplían el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida, que cada primavera pierde hasta el 70 por ciento de su volumen, un fenómeno que viene produciéndose progresivamente, causado por el hombre. Para que se tenga una idea clara basta señalar que el carbono promedio per cápita que emite el mundo es de 4.37 toneladas métricas. En el caso de Estados Unidos el promedio es de 20.14, casi cinco veces más. En África es de 1.17, en Asia y Oceanía 2.87.

La capa de ozono, en resumen protege de las radiaciones ultravioletas y calóricas que afectan el sistema inmunológico, la vista, la piel y la vida de los seres humanos. En condiciones extremas, si es destruida por el hombre esa capa, afectaría toda forma de vida en el planeta.

Otros problemas ajenos a nuestra patria o cualquier otra en condiciones similares nos amenazan. Una contrarrevolución victoriosa sería horrible, peor que la tragedia que sufrió Indonesia. Sukarno, derrocado en 1967, fue un líder nacionalista que desde posiciones leales a Indonesia dirigió las guerrillas que lucharon contra los japoneses.

El General Suharto, que lo derrocó, fue entrenado por los ocupantes japoneses. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Holanda, aliada de Estados Unidos, restableció su dominio sobre aquel lejano, extenso y poblado territorio. Suharto maniobró. Tomó en sus manos las banderas del imperialismo Yanki. Llevó a cabo un atroz genocidio. Hoy se conoce que cumpliendo instrucciones de la CIA, no sólo mató a cientos de miles, sino que encarceló un millón de comunistas y los privó de toda propiedad y derechos a ellos y sus descendientes; amasó una fortuna familiar de 40 mil millones de dólares que al valor actual de esa moneda sería equivalente a cientos de miles de millones, por la entrega de los recursos naturales y el sudor de los indonesios. Occidente pagó. El tejano Lindon Jhonson, sucesor de Kennedy, era el presidente de Estados Unidos.

Las noticias que llegaron hoy sobre lo ocurrido en Pakistán es otro ejemplo de los peligros que amenazan a la especie: el conflicto interno, en un país que posee armas nucleares. Ello es consecuencia de las políticas aventureras y las guerras para apoderarse de los recursos naturales del mundo, desatadas por Estados Unidos.

Ese país, envuelto en un conflicto que no desató, fue amenazado con ser llevado a la edad de piedra.

Las circunstancias especiales que rodean a Pakistán influyeron de inmediato en los precios del petróleo y las acciones de las bolsas de valores. Ningún país o región del mundo puede librarse de las consecuencias. Hay que estar preparados para todo.

Ni un solo día de mi vida dejé de aprender algo.

Martí nos enseñó que "toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz". He dicho y repetido muchas veces aquella verdadera cátedra de ética contenida en sólo 11 palabras.

Los Cinco Héroes cubanos prisioneros del imperio son paradigmas a imitar por las nuevas generaciones.

Afortunadamente las conductas ejemplares siempre se multiplican en la conciencia de los pueblos, mientras exista nuestra especie.

Estoy seguro de que muchos jóvenes cubanos, en su lucha contra el Gigante de las Siete Leguas, harían lo mismo. Todo puede ser comprado con dinero menos el alma de un pueblo que jamás se puso de rodillas.

Leí el discurso breve y concreto elaborado por Raúl, que me envió previamente. Es necesario seguir marchando sin detenerse un minuto. Levantaré mi mano junto a la de ustedes para apoyarlo.

Fidel Castro Ruz
Diciembre 27 de 2007
8 y 35 p.m.
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Mensaje de Fidel al pueblo de Cuba

QUERIDOS COMPATRIOTAS:

Dentro de unas horas se cumplirá un aniversario más de aquel bello amanecer, hace 49 años, en que triunfó nuestra Revolución.

Sobre los restos de la tiranía proyanqui seguimos el largo y empinado camino. Gracias al pueblo noble y abnegado de Cuba, a sus obreros y demás trabajadores manuales e intelectuales, sus campesinos y estudiantes, hombres y mujeres, niños, ancianos y ciudadanos de todas las edades, alfabetizados o analfabetos, Cuba fue entonces por primera vez dueña de su destino.

Si tengo el raro privilegio de dirigirme de nuevo a ustedes es porque vieron en este compatriota una persona que siempre les dijo la verdad.

No es mérito ser honrado sino deber sagrado.

En el transcurso de la madrugada habrá quedado atrás el Año 49 de la Revolución y entraremos de lleno en el año 50, que simbolizará el medio siglo de resistencia heroica.

Proclamemos al mundo con orgullo este récord que nos hace acreedores al más justo de los reclamos: que se respete el derecho a la vida y a la sana alegría de nuestra Patria.

Por ese derecho lucharemos hasta la muerte. Para los cubanos, hace más de un siglo, Martí lo proclamó: "¡Patria es humanidad!"

Fidel Castro Ruz

Diciembre 31 de 2007

6 y 10 p.m.
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Mensaje de Fidel a Chávez

Chávez:

Te felicito por la seriedad y profundidad de tus palabras. Hablaste con claridad, precisión y brevedad. Me gustó el tono y la forma en que combinaste los datos escritos con reflexiones oportunas sobre los temas. La prensa internacional está siendo en general objetiva. Todos los cables incluyen aspectos positivos. La agencia AP, que es sin dudas la más utilizada por los medios internacionales de prensa, contiene numerosos puntos planteados por ti y le añade palabras importantes de Raúl.

En síntesis, has estado brillante y no sólo en las palabras iniciales sino también durante la reunión.

Richard tiene allí los cables. Le he pedido que te incluya completo el de la AP para que puedas leerlo antes de que se reinicien las sesiones.

Te ruego felicites de mi parte a todos los participantes que han intervenido por la claridad y sinceridad de sus planteamientos.

Hago extensiva mi fraternal solidaridad con los allí reunidos.

Fidel

Diciembre 21 de 2007

2:20 p.m
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Mensaje de Fidel a la Mesa Redonda

La Habana, 17 de diciembre de 2007

Querido Randy:

Escuché íntegramente sin perder un solo segundo la Mesa Redonda del jueves 13. Las noticias sobre la Conferencia de Bali, apuntadas por Rogelio Polanco, director de Juventud Rebelde, confirman la importancia de los acuerdos internacionales y la necesidad de tomarlos muy en serio.

En aquella pequeña isla de Indonesia se reunieron numerosos Jefes de Gobierno de países del llamado Tercer Mundo, que luchan por su desarrollo y reclaman un trato equitativo, recursos financieros y transferencias de tecnología a los representantes de las naciones industrializadas también allí representadas.

El Secretario General de Naciones Unidas, ante la tenaz obstrucción de Estados Unidos en el seno de las 190 representaciones allí reunidas, y después de doce días de negociación, afirmó el viernes 14, hora de Cuba, cuando ya era sábado en Bali, que la especie humana podía desaparecer como consecuencia del cambio climático. Después se marchó hacia Timor Oriental.

Aquella declaración convirtió la conferencia en una olla de grillos. Al décimo segundo día de estériles esfuerzos persuasivos, la representante yanqui Paula Dobriansky, tras un suspiro profundo, declaró: "nos unimos al consenso." Es obvio que Estados Unidos maniobró para sortear su aislamiento, aunque no cambió en absoluto las sombrías intenciones del imperio.

Vino el gran espectáculo: Canadá y Japón se adhirieron de inmediato a Estados Unidos, frente al resto de los países que demandaban compromisos serios sobre la emisión de gases que originan el cambio climático. Todo se había previsto con antelación entre los aliados de la OTAN y el poderoso imperio, que en una maniobra de engaño accedió a negociar durante el año 2008 en Hawai, territorio norteamericano, un nuevo proyecto de convenio, que sería presentado y aprobado en la Conferencia de Copenhague, Dinamarca, el año 2009, que sustituiría al de Kyoto, al caducar éste en 2012.

A Europa en la teatral solución le reservaron el papel de salvadora del mundo. Hablaron Brown, la Merkel y otros líderes de países europeos pidiendo gratitud internacional. Excelente regalo de Navidad y Año Nuevo. Ninguno de los panegiristas mencionó las decenas de millones de personas pobres que siguen muriendo de enfermedades y hambre cada año dadas las complejas realidades actuales, cual si viviéramos en el mejor de los mundos.

El Grupo de los 77, que comprende 132 países que luchan por desarrollarse, había logrado consenso para demandar de los países industrializados una reducción de los gases que originan el cambio climático, para el año 2020, del 20 al 40% por debajo del nivel alcanzado en 1990, y del 60 al 70% en el año 2050, lo cual es técnicamente posible. Demandaban además la asignación de fondos suficientes para la transferencia de tecnología al Tercer Mundo.

No olvidar que esos gases dan lugar a las olas de calor, la desertificación, el derretimiento de glaciares y el aumento del nivel de los mares, que podrían cubrir países enteros o gran parte de ellos. Las naciones industrializadas comparten con Estados Unidos la idea de convertir los alimentos en combustible para los autos lujosos y otros derroches de las sociedades de consumo.

Lo que afirmo quedó demostrado cuando el propio sábado 15 de diciembre se hizo público a las 10 y 06, hora de Washington, que el Presidente de los Estados Unidos había solicitado al Senado, y éste había aprobado, 696 mil millones de dólares para el presupuesto militar del año fiscal 2008, entre ellos 189 mil millones destinados a las guerras de Irak y Afganistán.

Experimenté un sano orgullo al recordar la forma digna y serena con que respondí las hirientes propuestas que me hizo en 1998 el entonces primer ministro de Canadá Jean Chrétien. No albergo ilusiones.

Mi más profunda convicción es que las respuestas a los problemas actuales de la sociedad cubana, que posee un promedio educacional cercano a 12 grados, casi un millón de graduados universitarios y la posibilidad real de estudio para sus ciudadanos sin discriminación alguna, requieren más variantes de respuesta para cada problema concreto que las contenidas en un tablero de ajedrez. Ni un solo detalle se puede ignorar, y no se trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria ha de prevalecer sobre sus instintos.

Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor proviene de la época excepcional que me tocó vivir.

Pienso como Niemeyer que hay que ser consecuente hasta el final.
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Mensaje de Fidel a Niemeyer

La Habana, 10 de octubre de 2007

«Año 49 de la Revolución»

Querido Niemeyer:

Tus palabras de introducción a "El Ser y la Vida" me recuerdan a Martí cuando escribió "El Ismaelillo" para niños y adolescentes. Te apoyo plenamente en tu ardua batalla por estimular el hábito de leer. Dices que sin la lectura el joven sale de la escuela sin conocer la vida.

Leer es una coraza contra todo tipo de manipulación. Moviliza las conciencias, nuestro principal instrumento de lucha frente al poder devastador de las armas modernas que posee el imperio; desarrolla la mente y fortalece la inteligencia, del mismo modo que caminar fortalece los músculos de las piernas; estimula el sentido crítico y es un antídoto contra los instintos egoístas del ser humano.

Nuestra lucha contra el analfabetismo fue apenas el punto de partida para que no se perdiera ningún talento y para que no existieran seres humanos excluidos de la posibilidad de conquistar por sí mismos la más plena libertad. No le hemos dicho nunca al pueblo cubano "cree" sino "lee".

Sin cultura no hay libertad ni salvación posible. Como te he escrito antes, sólo una mayor conciencia nos mantendrá firmes en nuestra voluntad de luchar por las ideas más justas y por la supervivencia de la especie humana.

Muchas felicidades por tu cumpleaños. Que muchas personas vivan y disfruten como tú más de 100 años.

Tu amigo

Fidel Castro Ruz
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