sábado, 31 de octubre de 2009

Noticias relevantes

En días recientes ocurrieron en nuestro país importantes acontecimientos.

El 28 de octubre, a las 7 y 30 de la mañana, se conmemoró el 50 Aniversario de la desaparición física de Camilo Cienfuegos. El triste suceso ocurrió un atardecer tempestuoso cuando viajaba en avioneta de Camagüey a la capital, por el norte de Cuba.

En Yaguajay había librado su último combate victorioso contra la tiranía a fines de diciembre de 1958. Allí se inauguró un mausoleo, donde yacen los restos de los caídos durante la guerra en el Frente Norte de Las Villas o después del 1º de Enero de 1959 y yacerán los de aquellos de su Columna Invasora o los que se unieron a ella en el centro del país y que aún viven. Alguien lo llamó el Héroe de Yaguajay y perduró ese título. Era todavía más: el Héroe de la Columna Invasora Antonio Maceo. El audaz comandante, en el avance de su columna ligera, iba destinado a Pinar del Río, y hasta sus montañas habría llegado si no se le indicara desde la Sierra Maestra detenerse, y luchar junto al Che y bajo sus órdenes, en el centro del país. No era necesario arriesgarlo en esa misión, que constituía una interpretación incorrecta de las circunstancias históricas. El 2 de enero inició con el Che la marcha histórica hacia la capital. ¡Cuánto se podría investigar y reflexionar sobre eso!

Por decisión del Partido y el Gobierno, desde este 50 Aniversario, su silueta de acero ilumina, junto a la del Guerrillero Heroico, el fondo de la Plaza de la Revolución, montando guardia ante la estatua de Nuestro Héroe Nacional José Martí.

También el 28 de octubre, a las 9 de la mañana, quiso el azar que se iniciara el debate sobre la resolución presentada por Cuba contra el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos a nuestra Patria. Se escucharon palabras emotivas de los representantes de numerosos países del Tercer Mundo, que dejaron constancia de su aprecio por el país indoblegable y solidario que durante medio siglo se ha enfrentado al imperio despiadado y genocida que se erigió en la vecindad de nuestra isla. Gran número de países vieron en la resistencia de Cuba una lucha por su propio derecho a la soberanía.

La obra discreta y solidaria de nuestro pueblo desde los primeros años de la Revolución, y su heroica resistencia frente al cruel bloqueo de Estados Unidos, no era olvidada por la abrumadora mayoría de los 192 Estados soberanos del mundo.

Los argumentos irrebatibles de nuestro canciller, Bruno Rodríguez, resonaban como martillazos en aquella sala ubicada en el corazón de Nueva York y muy próxima a Wall Street.

Por primera vez, en muchos años de debates, todos los Estados que integran las Naciones Unidas participaron en la discusión del espinoso y comprometedor tema.

Hasta los aliados europeos de la OTAN y los miembros de la comunidad europea, desarrollados, consumistas y ricos, se sintieron en la necesidad de expresar su inconformidad con el bloqueo económico a Cuba. La réplica de nuestro Canciller al discurso justificativo y plañidero de la representación de Estados Unidos fue contundente.

Cuando el Presidente de la Asamblea procedió a la votación, de los 192 Estados, solo tres delegaciones votaron contra el proyecto de Cuba: Estados Unidos; su aliada en el holocausto palestino, Israel, y la isla de Palau. Un abogado norteamericano con ciudadanía israelí que representa a Palau, un territorio en el Océano Pacífico de 450 kilómetros cuadrados que estuvo bajo la administración yanki por casi 50 años, votó por Estados Unidos en la ONU. Dos Estados se abstuvieron y 187 condenaron el bloqueo.

Estos hechos, sin embargo, por puro azar, no fueron los dos únicos importantes para los cubanos ese día. En horas de la tarde finalizaba la visita a nuestra Patria de la doctora Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), acompañada de Mirta Roses, Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Ambas representan los dos más importantes organismos internacionales que asumen la responsabilidad por esa vital tarea. El pasado martes 27 tuve el honor de compartir con ellas.

Dado el hecho de que el tema de la epidemia de gripe A H1N1 es de gran interés para todos los pueblos, especialmente los del Tercer Mundo —que son los que más han sufrido las consecuencias de la explotación y el saqueo—, les solicité un encuentro dentro de su apretado programa.

A pesar de la preocupación y los esfuerzos de nuestro Ministerio de Salud Pública, y sus programas de información a nuestros ciudadanos, pensé en la conveniencia de profundizar en el tema de la epidemia.

La salud pública fue una de las causas que hicieron necesaria una revolución en Cuba. No pretendo exponer los avances obtenidos, que nos ubican como el país con más médicos per cápita en el mundo —un ejemplo de lo que puede hacerse por otros pueblos—, a pesar de ser una nación bloqueada y agredida por el poderoso imperio durante medio siglo. Nuestra Patria no solo fue víctima del robo despiadado de cerebros, sino también objetivo de las agresiones biológicas del gobierno de Estados Unidos, que no se limitó al empleo de virus y bacterias contra plantas y animales, sino que los utilizó contra la propia población. El dengue afectó a más de 300 mil personas, y el serotipo número 2 lo introdujeron en Cuba y el hemisferio cuando aún no estaba presente como epidemia en ningún otro país.

Omitiendo otros muchos datos, en aras de la brevedad, baste recordar a los efectos de esta reflexión que el dengue se transmite a través del mosquito, pero la gripe A H1N1 se expande mucho más fácil y directamente a través de las vías respiratorias.

Nuestra población debe conocer que, al finalizar la Primera Guerra Mundial, una epidemia de gripe mató a decenas de millones de personas en una etapa en que la población del planeta apenas rebasaba los 1 500 millones de habitantes. Los recursos científicos y técnicos de la humanidad eran mucho menores que los de hoy.

Esta realidad no nos debe inducir a un exceso de confianza. Cuando surgen epidemias de esa índole se requiere de recursos que las prevén o combaten, como ocurrió con la fiebre amarilla, la poliomielitis, el tétanos y otras, como las vacunas que desde hace años protegen a los niños y a la población en general de numerosas enfermedades sumamente dañinas.

Hoy existen además otros tipos de vacunas, en especial las que protegen a la población contra los virus gripales y se aplican a los casos de mayor riesgo por causas pasajeras o permanentes.

Nuestros ciudadanos deben tener presente que las vacunas contra determinados virus son más difíciles debido a las mutaciones genéticas de los mismos, como los asociados a la gripe A H1N1 y otros.

Los países más desarrollados y ricos cuentan con laboratorios bastante sofisticados y costosos. La propia Cuba, a pesar del subdesarrollo y el bloqueo yanki, fue capaz de crear algunos laboratorios para la producción de vacunas y medicamentos.

En la esfera internacional se ha producido un temor lógico con la mencionada gripe, por su capacidad de diseminación y sus efectos en determinadas personas más vulnerables. Aparte de los aspectos relacionados con la cooperación internacional de nuestros médicos —que le han aportado a Cuba gran autoridad moral y prestigio—, deseaba analizar con la Directora General de la OMS el tema de la epidemia A H1N1. Ella me reiteró que la dificultad con las vacunas se debe a que los laboratorios capaces de producirlas en Europa, Estados Unidos y Canadá están obteniendo mucho menos volumen de vacunas que las necesarias; la demanda en los países desarrollados era grande y las primeras vacunas disponibles para los demás países no estarían listas hasta fines de año, y sus precios tienden a crecer considerablemente. Entre los países a priorizar ella ha incluido a Cuba por su cooperación internacional y su capacidad de aplicar inmediatamente las vacunas a personas priorizadas a través de su red hospitalaria.

La doctora Chan conoce que, dondequiera que se encuentren, los médicos cubanos cooperarán en la rápida aplicación de las vacunas.

Son noticias obviamente positivas para nuestro pueblo. Sin embargo, debemos tener presente determinadas circunstancias.

Las primeras vacunas tardarán en llegar varias semanas o tal vez dos o tres meses.

Para la OMS su inquietud mayor es que la capacidad mutante del virus de la epidemia sobrepase rápidamente el efecto de las vacunas y sea necesario iniciar de nuevo la búsqueda de otra vacuna eficaz. Ello, a mi juicio, determina la importancia de una red adecuada de servicios médicos como la que existe en nuestro país, y la orientación sistemática de una población que cuenta con altos niveles de educación para que coopere con las medidas pertinentes.

La falta de servicios médicos adecuados en muchos países, incluido Estados Unidos, donde casi 50 millones de personas no reciben atención médica, eleva considerablemente el número de posibles víctimas. En ese país se ha declarado la Emergencia Sanitaria. Hace dos días escuchaba la noticia de que la Gripe A H1N1 entre noviembre y marzo podría ocasionar 90 mil muertes en Estados Unidos, ya que los meses de frío favorecen el desarrollo de la epidemia. Ojalá tales cálculos resulten equivocados y el daño sea menor. Con una población que supera por lo menos 27 veces la población de Cuba, sería equivalente a más de 3 mil fallecidos en nuestro país, y a muchos millones de personas en el mundo, a pesar de los avances de la ciencia.

Los síntomas iniciales del A H1N1 surgieron en México desde el primer trimestre del presente año y casi, simultáneamente, en Estados Unidos y Canadá. De estos se trasladó a España, uno de los primeros países de Europa adonde se extendió la epidemia.

Cuando el Presidente actual de Estados Unidos levantó las restricciones a los cubanoamericanos para los viajes a Cuba, en gran número de Estados de esa nación ya se había extendido la epidemia. De esta forma resultó que los cuatro países que más generan turismo o viajes a nuestro país por otras causas, eran aquellos en los que, en mayor grado, se había extendido la epidemia en el mundo.

Los primeros casos portadores del virus fueron viajeros procedentes del exterior. Las personas contagiadas en nuestro país eran relativamente pocas, durante meses no se produjo un solo fallecimiento. Pero a medida que el virus se extendió a todas las provincias, principalmente aquellas con un mayor número de familiares residentes en Estados Unidos, se hizo necesario adquirir nuevos equipos de análisis para el Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí", y multiplicar el esfuerzo a la vez que se luchaba contra el dengue.

Se produjo así el extraño caso de que Estados Unidos, por un lado, autorizó los viajes del mayor número de personas portadores del virus y, por otro, prohíbe la adquisición de equipos y medicamentos para combatir la epidemia. No pienso, desde luego, que esa haya sido la intención del gobierno de Estados Unidos, pero es la realidad que resulta del absurdo y vergonzoso bloqueo impuesto a nuestro pueblo.

Con los equipos de otras procedencias estamos en condiciones de conocer, con absoluta precisión, el total de afectados por la epidemia y el número de personas cuyo fallecimiento se relacione con la presencia del virus que la origina.

Afortunadamente, además de los servicios y el personal médico bien capacitado de nuestro país, en el mercado internacional existe un medicamento antiviral eficaz, especialmente si se aplica a las personas con inconfundibles síntomas de posibles portadores del virus y a quienes directamente los atienden.

Disponemos de ese antiviral y, adicionalmente, de la materia prima necesaria para continuar produciendo una cifra similar a la disponible, y se realizará cuanto esfuerzo sea necesario para contar con las dosis indispensables.

Aunque en muchos países, por falta de redes de servicios y personal médico, se deje de ofrecer a los organismos internacionales la información pertinente sobre la epidemia, conocemos el firme propósito de nuestro gobierno de comunicar con toda precisión, a esos organismos, el número de casos y los fallecimientos asociados a la epidemia, como hemos hecho siempre con los datos de la salud pública de Cuba.

Nuestro país, por su parte, cuenta afortunadamente con una amplia red de servicios de salud; la posibilidad de atención inmediata de las personas afectadas es real, y dispone del número suficiente y la calidad de sus médicos, muchos de los cuales han cumplido honrosas e inolvidables misiones internacionalistas.

Fidel Castro Ruz
Octubre 30 de 2009
2 y 52 p.m.

 

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martes, 27 de octubre de 2009

Carta de Fidel a Evo: “Me complace felicitarte especialmente en este 50 aniversario de tu vida”

Querido Evo:

La Revolución Cubana triunfó el 1 de Enero de 1959. El 26 de octubre de ese mismo año naciste tú.

Desde entonces hemos resistido a lo largo de medio siglo las agresiones de la más poderosa potencia imperialista de la historia.

Durante ese mismo tiempo viniste al mundo en cuna muy pobre, estudiaste en humildes escuelas, cultivaste tu preclara inteligencia, luchaste sin cesar y hoy diriges un país que fue parte de la admirable cultura aymara-quechua de tus antepasados.

Me complace felicitarte especialmente en este 50 aniversario de tu vida. Hoy es una fecha alentadora para todos los pueblos de Nuestra América.


Fidel Castro Ruz
Octubre 26 de 2009

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martes, 20 de octubre de 2009

El ALBA y Copenhague

En los actos festivos de la Séptima Reunión Cumbre del ALBA, que tuvo lugar en la histórica región boliviana de Cochabamba, se pudo observar cuán rica es la cultura de los pueblos latinoamericanos y cuántas simpatías despiertan en los niños, jóvenes y adultos de todas las edades los cantos, bailes, trajes y rostros expresivos de los seres humanos de todas las etnias, colores y matices: indígenas, negros, blancos y mestizos. Allí se expresaban milenios de historia humana y la rica cultura, que explican la decisión con que los líderes de varios pueblos del Caribe, Centro y Suramérica convocaron esa Cumbre.

La reunión constituyó un gran éxito. Su sede fue Bolivia. En días recientes escribí sobre las excelentes perspectivas de ese país, heredero de la cultura aymara-quechua. Un pequeño grupo de pueblos del área están empeñados en demostrar que un mundo mejor es posible. El ALBA —creada por la República Bolivariana de Venezuela y Cuba, inspiradas en las ideas de Bolívar y Martí, como un ejemplo sin precedentes de solidaridad revolucionaria— ha demostrado cuánto puede hacerse en apenas cinco años de cooperación pacífica. Esta comenzó poco después del triunfo político y democrático de Hugo Chávez. El imperialismo lo subestimó; de forma burda intentó derrocarlo y eliminarlo. Por haber sido Venezuela el mayor productor petrolero del mundo durante largo trecho en el siglo XX y una propiedad virtual de las multinacionales yankis, el camino emprendido era particularmente difícil.

El poderoso adversario contaba con el neoliberalismo y el ALCA, dos instrumentos de dominación con los cuales aplastó siempre toda resistencia en el hemisferio después de la Revolución en Cuba.

Indigna pensar la forma burda y despectiva con que el gobierno de Estados Unidos impuso el gobierno del millonario Pedro Carmona e intentó eliminar al presidente electo Hugo Chávez cuando la URSS había desaparecido y la República Popular China estaba a pocos años de constituir la potencia económica y comercial que es hoy, gracias al crecimiento de más del 10% durante dos décadas. El pueblo de Venezuela, como el de Cuba, resistió la brutal embestida. Los sandinistas se recuperaron, y la lucha por la soberanía, la independencia y el socialismo cobró fuerzas en Bolivia y Ecuador. Honduras, que se había incorporado al ALBA, fue víctima de un brutal golpe de Estado, inspirado por el embajador yanki e impulsado desde la base militar de Estados Unidos en Palmerola.

Hoy somos cuatro los países latinoamericanos que hemos eliminado radicalmente el analfabetismo: Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua; el quinto, Ecuador, avanza aceleradamente hacia ese objetivo. Los planes de salud integral marchan en los cinco países a un ritmo como nunca tuvo lugar en pueblos del Tercer Mundo. Los programas de desarrollo económico con justicia social se han convertido en proyectos de los cinco Estados, que cuentan ya con reconocido prestigio en el mundo por su valiente posición frente al poder económico, militar y mediático del imperio. Al ALBA se suman tres países caribeños de origen negro y habla inglesa, que luchan decididamente por su desarrollo.

De por sí, esto constituye un gran mérito político, si en el mundo de hoy tal hecho fuese el único gran problema de la historia del hombre.

El sistema económico y político que en una breve etapa histórica ha conducido a la existencia de más de mil millones de hambrientos, y de otros muchos cientos de millones cuyas vidas apenas rebasan la mitad del promedio del que disfrutan los de los países privilegiados y ricos, era hasta este momento el principal problema de la humanidad.

En la Cumbre del ALBA se planteó con gran fuerza un nuevo problema de extrema gravedad: el cambio climático. En ningún otro momento de la historia humana se presentó un peligro de tal magnitud.

Mientras Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega se despedían de la población en las calles de Cochabamba ayer domingo, ese día, de acuerdo con informaciones divulgadas por BBC Mundo, Gordon Brown presidía en Londres una reunión del Foro de las Grandes Economías del mundo, integrado en su mayoría por los países capitalistas de mayor desarrollo, máximos responsables de las emisiones de dióxido de carbono, gas que origina el efecto invernadero.

La importancia de las palabras de Brown es que no las pronuncia un representante del ALBA o uno de los 150 países emergentes o subdesarrollados del planeta, sino de Gran Bretaña, donde se inició el desarrollo industrial y uno de los que más dióxido de carbono ha inyectado a la atmósfera. El Primer Ministro británico advirtió que si no se alcanza en la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague un acuerdo, las consecuencias serán "desastrosas".

Inundaciones, sequías y olas de calor letales son algunas de las consecuencias "catastróficas", afirmó por su parte el grupo ecológico Fondo Mundial para la Naturaleza, refiriéndose a lo señalado por Brown. "El cambio climático quedará fuera de control en los próximos 5 a 10 años si no se recortan drásticamente las emisiones de CO2. No habrá un plan B si fracasa Copenhague."

La misma fuente noticiosa afirma que: "El especialista de la BBC, James Landale, explicó que no todo está saliendo como se esperaba."

Newsweek publicó que: "Parece cada día más improbable que los Estados se comprometan a algo en Copenhague."

El presidente de la reunión, Gordon Brown, declaró —según informó el importante órgano norteamericano de prensa— que "si no se alcanza un acuerdo, sin dudas el daño de las emisiones descontroladas no podrá ser reparado con un acuerdo futuro". A continuación enumeró conflictos como "emigración descontrolada y 1 800 millones de personas con escasez de agua".

En realidad, como informó la delegación cubana en Bangkok, Estados Unidos estaba al frente de los países industrializados que más se opusieron a la reducción necesaria de las emisiones.

Una nueva Cumbre del ALBA ha sido convocada en la reunión de Cochabamba. De ese modo, el cronograma será: 6 de diciembre, elecciones en Bolivia; 13 de diciembre, reunión del ALBA en La Habana; 16 de diciembre, participación en la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague. Allí estará el pequeño grupo de países del ALBA. Ya no es cuestión de "Patria o Muerte"; realmente y sin exageración, es una cuestión de "Vida o Muerte" para la especie humana.

El sistema capitalista no solo nos oprime y saquea. Los países industrializados más ricos desean imponer al resto del mundo el peso principal de la lucha contra el cambio climático. ¿A quién van a engañar con eso? En Copenhague, el ALBA y los países del Tercer Mundo estarán luchando por la supervivencia de la especie.


Fidel Castro Ruz
Octubre 19 de 2009
6 y 05 p.m.

 

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viernes, 16 de octubre de 2009

Un premio Nobel para Evo

Si a Obama se le otorgó el Premio por ganar las elecciones en una sociedad racista, a pesar de ser afroamericano, Evo lo merece por ganarlas en su país, a pesar de ser indígena, y cumplir además lo prometido.

Por primera vez en ambos países uno u otro de su etnia alcanza la Presidencia.

En más de una ocasión advertí que Obama era un hombre inteligente, educado en un sistema social y político en el cual cree. Aspira a extender los servicios de salud a casi 50 millones de norteamericanos, a sacar la economía de la profunda crisis que padece y a mejorar la imagen de Estados Unidos, deteriorada por las guerras genocidas y las torturas. No concibe, ni desea ni puede cambiar el sistema político y económico de su país.

El Premio Nobel de la Paz ha sido concedido a tres Presidentes de Estados Unidos, a un ex presidente y a un candidato a Presidente.

El primero fue Theodore Roosevelt, electo en 1901, el de los Rough Riders (jinetes duros), que desembarcó en Cuba sus jinetes, pero sin caballos, a raíz de la intervención de Estados Unidos en 1898 para impedir la independencia de nuestra patria.

El segundo fue Thomas Woodrow Wilson, que introdujo a Estados Unidos en la primera guerra por el reparto del mundo. En el Tratado de Versalles impuso tan severas condiciones a la vencida Alemania, que sentó las bases para el nacimiento del fascismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

El tercero ha sido Barack Obama.

Carter fue el ex presidente a quien varios años después de cumplir su mandato le asignaron el Premio Nobel. Sin dudas, uno de los pocos Presidentes de ese país incapaz de ordenar el asesinato de un adversario, como hicieron otros; devolvió el Canal a Panamá, creó la Oficina de Intereses en La Habana, evitó caer en grandes déficit presupuestarios y despil-farrar el dinero en beneficio del complejo militar industrial, como hizo Reagan.

El candidato fue Al Gore cuando era ya vicepresidente, el político norteamericano que más conocía sobre las terribles consecuencias del cambio climático. Fue víctima del fraude electoral cuando era candidato a Presidente y despojado de la victoria, por W. Bush.

Las opiniones sobre el otorgamiento de este Premio han estado muy divididas. Muchos parten de conceptos éticos o reflejan contradicciones evidentes en la sorpresiva decisión.

Habrían preferido ese Premio como fruto de una tarea realizada. No siempre el Premio Nobel de la Paz se entregó a personas merecedoras de esa distinción. A veces lo han recibido personas resentidas, autosuficientes, o peor aún. Lech Walesa, al conocer la noticia exclamó con desprecio: "¿Quién, Obama? Es demasiado rápido. No ha tenido tiempo para hacer nada ahora".

En nuestra prensa y en CubaDebate, compañeros honestos y revolucionarios fueron críticos. Uno de ellos señaló: "En la misma semana en que se ha concedido a Obama el Premio Nobel de la Paz, el Senado de Estados Unidos aprobó el presupuesto militar más grande de la historia: 626 mil millones de dólares." En el Noticiero de Televisión, otro periodista comentó: "¿Qué ha hecho Obama para alcanzar tal distinción?" Otros preguntaron: "¿Y la guerra de Afganistán y el incremento de los bombardeos?" Son puntos de vista basados en realidades.

Desde Roma, el cineasta Michael Moore pronunció una frase lapidaria: "Felicitaciones, presidente Obama por el Premio Nobel de la Paz; ahora por favor, gáneselo".

Estoy seguro de que Obama estará de acuerdo con la frase de Moore. Posee suficiente inteligencia para comprender las circunstancias que rodean el caso. Sabe que ese Premio no lo ha ganado todavía. Ese día por la mañana declaró: "No tengo la impresión de que merezca estar en la compañía de tantas personalidades transformadoras que han sido homenajeadas con este Premio."

Se afirma que son cinco los miembros del famoso comité que asigna el Premio Nobel de la Paz, miembros todos del Parlamento sueco. Un vocero afirmó que fue por unanimidad. Cabe una pregunta, ¿consultaron o no al galardonado? ¿Puede tomarse una decisión de esa índole sin advertir antes a la persona premiada? Este no puede ser juzgado moralmente de igual forma si conocía o no previamente la asignación del Premio. Lo mismo cabe afirmar de los que decidieron asignárselo.

Tal vez sea necesario crear el Premio Nobel de la Transparencia.

Bolivia cuenta con importantes yacimientos de gas y petróleo y posee además las mayores reservas conocidas de litio, mineral de gran necesidad en nuestra época para el almacenamiento y uso de la energía.

Evo Morales, campesino indígena muy pobre, transitó por los parajes de Los Andes, junto a su padre, antes de cumplir seis años, pastoreando llamas de un grupo indígena. Las conducían caminando durante 15 días hasta el mercado donde las vendían para adquirir los alimentos de la comunidad. Respondiendo a una pregunta mía sobre aquella singular experiencia, Evo me contó que entonces "se hospedaba en el hotel mil estrellas", una bella forma de referirse al cielo despejado de la cordillera donde en ocasiones se ubican los telescopios.

En aquellos duros años de su infancia, la alternativa de los campesinos en la comunidad donde nació, era el corte de caña de azúcar en la provincia argentina de Jujuy, en la que a veces se refugiaba una parte de la comunidad aymara durante la zafra.

No muy lejos de La Higuera, donde el Che herido y desarmado fue asesinado el 9 de octubre de 1967, Evo, que había nacido el 26 de ese mismo mes en 1959, no había cumplido todavía 8 años. Aprendió a leer y a escribir en español, caminando hasta una escuelita pública a cinco kilómetros de la choza donde en una rústica habitación vivían sus hermanos y sus padres.

Durante su azarosa infancia, dondequiera que había un maestro, allí estaba Evo. De su raza adquirió tres principios éticos: no mentir, no robar, no ser débil.

A los 13 años su padre lo autorizó a mudarse para San Pedro de Oruro a estudiar el bachillerato. Uno de sus biógrafos cuenta que era mejor en Geografía, Historia y Filosofía que en Física y Matemáticas. Lo más importante es que Evo, para costear sus estudios, se levantaba a las dos de la madrugada a trabajar como panadero, constructor u otra actividad física. Asistía a clases por la tarde. Sus compañeros lo admiraban y ayudaban. Desde la primaria aprendió a tocar instrumentos de viento y fue trompetista de una prestigiosa banda de Oruro.

Siendo adolescente todavía, había organizado el equipo de fútbol de su comunidad, del que fue su capitán.

El acceso a la universidad no estaba a su alcance de indio aymara y pobre.

Después de su último año de bachillerato, cumplió el servicio militar y regresó a su comunidad, ubicada en la altura de la cordillera. La pobreza y los desastres naturales obligaron a su familia a emigrar hacia la zona subtropical de El Chapare, donde aquella logró obtener un pequeño lote de tierra. El padre muere en 1983 cuando él tenía 23 años. Trabajó duramente la tierra, pero era un luchador nato, organizó a todos los trabajadores, creó sindicatos y llenó con ellos vacíos que el Estado no atendía.

Las condiciones para una revolución social en Bolivia se habían ido creando en los últimos 50 años. El 9 de abril de 1952, antes del inicio de nuestra lucha armada, estalló la revolución en ese país con el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Víctor Paz Estenssoro. Los mineros revolucionarios derrotaron a las fuerzas represivas y el MNR tomó el poder.

Los objetivos revolucionarios en Bolivia estaban lejos de cumplirse. En 1956, según personas bien informadas, el proceso comenzó a decaer. El 1º de Enero de 1959 triunfa la Revolución en Cuba. Tres años después, en enero de 1962, nuestra Patria fue expulsada de la OEA. Bolivia se abstuvo. Más tarde todos los gobiernos, con excepción de México, rompieron relaciones con Cuba.

Las divisiones del movimiento revolucionario internacional se hicieron sentir en Bolivia. Hacían falta todavía más de 40 años de bloqueo a Cuba, el neoliberalismo y sus desastrosas consecuencias, la Revolución Bolivariana en Venezuela y el ALBA; hacían falta, sobre todo, Evo y el MAS en Bolivia.

Sería largo sintetizar en unas hojas su rica historia.

Solo diré que Evo fue capaz de vencer las terribles y calumniosas campañas del imperialismo, sus golpes de Estado e injerencia en los asuntos internos, defender la soberanía de Bolivia y el derecho de su pueblo milenario al respeto de sus costumbres. "Coca no es cocaína", le espetó al más grande productor de marihuana y el mayor consumidor de drogas en el mundo, cuyo mercado ha sostenido al crimen organizado que cuesta miles de vidas al año en México. Dos de los países donde están las tropas yanquis y sus bases militares son los más grandes productores de drogas del planeta.

En la trampa mortal del comercio de drogas no caen Bolivia, Venezuela y Ecuador, países revolucionarios que, igual que Cuba, son miembros del ALBA, saben lo que pueden y deben hacer para llevar la salud, la educación y el bienestar a sus pueblos. No necesitan tropas extranjeras para combatir el narcotráfico.

Bolivia lleva adelante un programa de sueño bajo la dirección de un Presidente aymara que cuenta con el apoyo de su pueblo.

En menos de tres años erradicó el analfabetismo: 824 mil 101 bolivianos aprendieron a leer y escribir; 24 mil 699 lo hicieron además en aymara y 13 mil 599 en quechua; es el tercer país libre de analfabetismo, después de Cuba y Venezuela.

Presta atención médica gratuita a millones de personas que nunca la habían recibido; es uno de los siete países del mundo que en los últimos cinco años ha reducido más la mortalidad infantil, con posibilidad de cumplir las Metas del Milenio antes de 2015, y en una proporción similar las muertes maternas; ha operado de la vista 454 mil 161 personas, de ellas 75 mil 974 brasileños, argentinos, peruanos y paraguayos.

Un ambicioso programa social ha sido establecido en Bolivia: todos los niños de las escuelas públicas del primero a octavo grados, reciben una donación anual para sufragar el material escolar que beneficia a casi dos millones de alumnos.

Más de 700 mil personas mayores de 60 años reciben un bono equivalente a unos 342 dólares anuales.

Todas las mujeres embarazadas y niños menores de dos años reciben una ayuda de aproximadamente 257 dólares.

Bolivia, uno de los tres países más pobres del hemisferio, ha puesto bajo control del Estado los principales recursos energéticos y minerales del país, respetando y compensando cada uno de los intereses afectados. Marcha con cuidado porque no desea retroceder un paso. Sus reservas en divisas han ido creciendo. Evo dispone de no menos de tres veces más que las que disponía al inicio de su gobierno. Es de los países que mejor uso hace de la colaboración externa y defiende con firmeza el medio ambiente.

En brevísimo tiempo ha logrado establecer el Padrón Electoral Biométrico y se han registrado aproximadamente 4,7 millones de electores, casi un millón más que el último padrón electoral, que en enero del 2009 alcanzaba 3,8 millones.

El 6 de diciembre habrá elecciones. Con seguridad el apoyo del pueblo a su Presidente se incrementará. Nada ha podido detener su creciente prestigio y popularidad.

¿Por qué no se le otorga el Premio Nobel de la Paz?

Comprendo su gran desventaja: no se trata de un Presidente de Estados Unidos.

Fidel Castro Ruz
Octubre 15 de 2009
4 y 25 p.m.

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jueves, 8 de octubre de 2009

La Historia no puede ser ignorada

El pasado primero de octubre se conmemoró el 60º Aniversario de la República Popular China.

Ese día histórico de 1949, Mao Zedong, como líder del Partido Comunista de China, presidió en la Plaza de Tiananmen el primer desfile del Ejército Popular y del pueblo de China. Los soldados victoriosos portaban las armas arrebatadas en combate a invasores, oligarcas y traidores a su patria.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, una de las potencias que menos pérdidas materiales sufrió en la contienda, monopolizaba el arma nuclear, más del 80% del oro del mundo y disfrutaba de un considerable desarrollo industrial y agrícola.

La Revolución victoriosa en un país inmenso como China, en el año 1949 alimentó la esperanza de gran número de países colonizados, muchos de los cuales no tardarían en sacudir el yugo impuesto.

Lenin había previsto la fase imperialista del capitalismo desarrollado y el papel que correspondería en la historia del mundo a la lucha de los países colonizados. El triunfo de la Revolución China confirmaba aquella previsión.

La República Popular de Corea fue creada en el año 1948. En la primera conmemoración de la victoria china estaban presentes los representantes de la URSS, que aportó más de 20 millones de vidas a la batalla contra el fascismo; los de la República Popular de Corea, que había sido ocupada por Japón, y los combatientes vietnamitas que, después de luchar contra los japoneses, se enfrentaban heroicamente al intento francés de colonizar nuevamente Viet Nam con apoyo de Estados Unidos.

Nadie había imaginado entonces que menos de cuatro años después de aquella memorable fecha, sin ningún otro vínculo que el de las ideas, en la lejana Cuba se produciría el ataque al Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953, y apenas nueve años después de la liberación de China triunfaría la Revolución Cubana a 90 millas de la metrópoli imperialista.

Es a la luz de estos acontecimientos que observé con particular interés la conmemoración del 60º Aniversario de la Revolución China. Se conoce de nuestra amistad con ese país de milenaria cultura, la más antigua de las civilizaciones conocidas por el hombre.

En el siglo XIX, decenas de miles de ciudadanos chinos fueron enviados a nuestro país como semi esclavos, engañados por los mercaderes ingleses. Muchos de ellos se incorporaron al Ejército Libertador y lucharon por nuestra independencia. Nuestros vínculos con China parten, sin embargo, de las ideas marxistas que inspiraron a la Revolución Cubana y fueron capaces de atravesar las pruebas difíciles de la división entre los dos grandes Estados socialistas, que tanto daño ocasionó al movimiento revolucionario mundial.

En los días difíciles de la desaparición de la URSS, tanto China, como Viet Nam, Laos y Corea mantuvieron sus relaciones fraternales y solidarias con Cuba. Eran los únicos cuatro países que junto a Cuba mantuvieron en alto las banderas del socialismo en los días oscuros en que Estados Unidos, la OTAN, el Fondo Monetario y el Banco Mundial imponían el neoliberalismo y el saqueo del mundo.

La historia no puede ser ignorada. A pesar de la enorme contribución del pueblo de China y la estrategia política y militar de Mao en la lucha contra el fascismo japonés, Estados Unidos ignoró y aisló al gobierno del país más habitado del planeta y lo privó del derecho a participar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; interpuso su escuadra para impedir la liberación de Taiwán, una isla que pertenece a China; apoyó y suministró los restos de un ejército cuyo jefe había traicionado todos los acuerdos suscritos en la lucha contra los invasores japoneses en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Taiwán recibió y recibe todavía el más moderno armamento de la industria bélica norteamericana.

Estados Unidos no solo privó a China de sus legítimos derechos: intervino en el conflicto interno de Corea, envió sus fuerzas que al frente de una coalición militar avanzaron desafiantes hacia las proximidades de los puntos vitales de ese gran país, y amenazó con emplear las armas nucleares contra China, cuyo pueblo tanto contribuyó a la derrota del Japón.

El Partido y el pueblo heroico de China no vacilaron ante las groseras amenazas. Cientos de miles de combatientes voluntarios chinos en enérgico contraataque, hicieron retroceder a las fuerzas yankis hasta los límites actuales de las dos Coreas. Cientos de miles de valerosos luchadores internacionalistas chinos y un número igual de patriotas coreanos murieron o fueron heridos en aquella sangrienta guerra. Más tarde el imperio yanki mató a millones de vietnamitas.

El 1º de octubre de 1949, al proclamarse la República Popular, China no poseía armas nucleares ni la avanzada tecnología militar que hoy dispone, con las cuales no amenaza a ningún otro país.

¿Qué diría ahora Occidente? La gran prensa de Estados Unidos fue, en general, hostil. Sus principales órganos escritos titulaban sus editoriales con frases como: “…poco interés por la ideología”, “…un espectáculo de poder”, “China comunista celebra los 60 años con Show Militar.”

Sin embargo, no fue posible ignorar la lucha. A través de todos los medios se reiteraba la idea de que era una demostración de poderío. Las noticias sobre todo se centraban en las imágenes del desfile militar.

No ocultaban su admiración por la amplia divulgación del desfile que la televisión china ofreció a la opinión pública internacional.

No pasó inadvertido, sino más bien fue motivo de asombro el hecho de que China presentara 52 nuevos tipos de armamentos, entre ellos la última generación de carros de combate, vehículos anfibios, radares, aviones de exploración y equipos sofisticados de comunicación.

Los medios de prensa resaltaban la presencia de los cohetes intercontinentales DF-31, capaces de golpear con cabezas nucleares blancos situados a 10 mil kilómetros de distancia, así como los cohetes de alcance medio y las defensas anticoheteriles.

Los 151 aviones caza, los bombarderos pesados, medios modernos de observación aérea y helicópteros sorprendieron a los ávidos buscadores de noticias y técnicos militares. “El ejército chino posee ahora la mayoría de las armas sofisticadas que forman parte de los arsenales de los países occidentales”, fue una declaración del Ministro de Defensa chino que la prensa occidental destacó.

Los 500 vehículos blindados y las 60 carrozas civiles que desfilaron frente al mausoleo causaron un profundo impacto.

La avanzada tecnología era una prueba irrefutable de la capacidad militar desarrollada, que hace unos decenios partió de cero. Lo insuperable era el factor humano. Ningún país occidental desarrollado podría alcanzar el nivel de precisión y organización mostrado por China ese día. Con cierto desdén se habló de oficiales y soldados marchando a 115 pasos de ganso por minuto.

Las distintas fuerzas que por allí desfilaron, hombres o mujeres, lo hicieron con porte y elegancia insuperables. Cualquiera podría negarse a creer que miles de seres humanos fueran capaces de alcanzar una organización tan perfecta. Tanto los que marchaban a pie como los que desfilaban en sus vehículos pasaron delante de la tribuna y saludaban con precisión, orden y marcialidad difíciles de alcanzar.

Si tales cualidades parecían fruto de la disciplina militar y del rigor de las prácticas, más de 150 mil ciudadanos de la enorme colmena humana de civiles, hombres y mujeres jóvenes en su inmensa mayoría, sorprendieron por su capacidad de alcanzar masivamente el nivel de organización y perfección logrado por sus compatriotas armados.

El inicio de la conmemoración, y el saludo a las tropas por el Jefe de Estado y Secretario General del Partido Comunista, fue una ceremonia impresionante. Se pudo apreciar una enorme identificación entre la dirección y el pueblo.

El discurso de Hu Jintao fue breve y preciso. En sólo menos de 10 minutos expresó muchas ideas. Ese día superó a Barack Obama en la capacidad de síntesis. Representa cuando habla a casi cinco veces más población que el Presidente de Estados Unidos. No tiene que cerrar centros de torturas, no está en guerra con ningún otro Estado, no envía sus soldados a más de 10 mil kilómetros de distancia para intervenir y matar con sofisticados medios de guerra, no posee cientos de bases militares en otros países ni poderosas flotas que surcan todos los océanos; no debe millones de millones de dólares, y en medio de una colosal crisis financiera internacional ofrece al mundo la cooperación de un país cuya economía no está en recesión y crece a elevados ritmos.

Ideas esenciales transmitidas por el Presidente de China:

“El día de hoy de hace sesenta años, tras más de cien años de batallas sangrientas libradas desde el inicio de la historia contemporánea, el pueblo chino logró, por fin, la gran victoria de la revolución china y el presidente Mao Zedong proclamó aquí mismo, ante el mundo, la fundación de la República Popular China, lo que permitió al pueblo chino ponerse en pie desde entonces y que la nación china, que tiene una historia de civilización de más de 5.000 años, entrara en una nueva era de desarrollo y progreso.”

“El desarrollo y progreso logrado en los sesenta años de la Nueva China ha mostrado plenamente que sólo el socialismo puede salvar a China y que solamente la reforma y apertura puede permitir el desarrollo de China, del socialismo y del marxismo. El pueblo chino tiene la confianza y la capacidad para construir bien su país y realizar sus debidas contribuciones al mundo.”

“Nos adheriremos firmemente a los principios de reunificación pacífica…”

“…continuaremos trabajando, junto con los diversos pueblos del mundo, para impulsar la noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad y la construcción de un mundo armónico basado en la paz duradera y la prosperidad común.”

“La historia nos ha indicado que el camino de avance nunca es llano, pero que un pueblo unido que toma el destino en sus propias manos vencerá, sin ninguna duda, todas las dificultades, creando continuamente grandes epopeyas históricas.”

Son respuestas lapidarias a la política belicista y amenazante del imperio.

Fidel Castro Ruz
Octubre 6 de 2009
5 y 35 p.m.

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viernes, 2 de octubre de 2009

Un triunfo del Tercer Mundo

Poderosas potencias económicas compitieron por ser sede de las Olimpiadas en el 2016, entre ellas las dos más industrializadas del planeta: Estados Unidos y Japón. Triunfó sin embargo Río de Janeiro, una ciudad de Brasil.

Que no se diga ahora que fue generosidad de las naciones ricas con Brasil, un país del Tercer Mundo.

El triunfo de esa ciudad brasileña es una prueba de la creciente influencia de los países que luchan por su desarrollo. Con seguridad, en los pueblos de América Latina, África y Asia, la elección de Río de Janeiro será recibida con agrado en medio de la crisis económica y la incertidumbre actual con el cambio climático.

Aunque deportes populares como la pelota sean eliminados de las competencias para dar cabida a entretenimientos de burgueses y ricos, los pueblos del Tercer Mundo comparten la alegría de los brasileños y apoyarán a Río de Janeiro como organizador de los Juegos Olímpicos del 2016.

Es un deber presentarse en Copenhague con la misma unidad, y luchar para evitar que el cambio climático y las guerras de conquista prevalezcan sobre la voluntad de paz, el desarrollo y la supervivencia de todos los pueblos del mundo.

Fidel Castro Ruz
Octubre 2 de 2009
2 y 55 p.m.

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Pittsburgh y la Cumbre de Margarita

La declaración final de la Cumbre del G-20 en Pittsburgh, el viernes 25 de septiembre, parece irreal. Veamos los puntos principales de su contenido:

“Nos reunimos en medio de la transición crítica de la crisis a la recuperación para dejar atrás una era de irresponsabilidad y adoptar un conjunto de políticas, regulaciones y reformas que se ajusten a las necesidades de la economía global del siglo XXI.”

“Nos comprometemos hoy a mantener nuestra respuesta vigorosa hasta que esté asegurada una recuperación duradera.”

“…nos comprometemos a adoptar las políticas necesarias para poner las bases de un crecimiento vigoroso, sostenido y equilibrado para el siglo XXI.”

“Queremos crecimiento sin ciclos extremos y mercados que fomenten la responsabilidad.”

“…trabajaremos juntos para generar un crecimiento global vigoroso, sostenible y equilibrado. Necesitamos una recuperación duradera que genere los empleos que nuestros pueblos necesitan.”

“Necesitamos crecimiento entre los países que sean más sostenibles y equilibrados, y reducir nuestros desequilibrios.”

“Nos comprometemos a evitar ciclos extremos de subidas y caídas de precios.”

“…daremos pasos decisivos hacia reformas estructurales que promuevan la demanda privada y fortalezcan el crecimiento potencial a largo plazo.”

“No permitiremos una vuelta al comportamiento habitual en el sector bancario, allí donde la temeridad y la ausencia de responsabilidad condujeron a la crisis.”

“Nos comprometemos a actuar de manera conjunta para poner fin a las prácticas que auspiciaron un exceso de asunción de riesgos.”

“Designamos al G-20 como el foro principal de nuestra cooperación económica internacional.”

“Estamos comprometidos (en el Fondo Monetario Internacional) a transferir como cuota a los mercados emergentes dinámicos y a países en desarrollo, al menos, un cinco por ciento…”

“Un desarrollo económico sostenible es esencial para reducir la pobreza.”

El G-20 está integrado por los siete países más industrializados y ricos: Estados Unidos, Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón, más Rusia; los 11 principales países emergentes: China, India, Corea del Sur, Indonesia, Sudáfrica, Brasil, Argentina, Australia, Arabia Saudita, Turquía, México y la Unión Europea, con varios de los cuales sostenemos excelentes relaciones económicas y políticas. Desde hace tres Cumbres, España y Holanda participan como invitados.

La idea de un desarrollo capitalista sin crisis es la gran ilusión que Estados Unidos y sus aliados tratan de vender a los países de economía emergente que participan en el G-20.

Casi la totalidad de los países del Tercer Mundo que no son aliados de Estados Unidos observan cómo este imprime monedas de papel que circulan por todo el planeta como divisas convertibles sin respaldo oro, compran acciones y empresas, recursos naturales, bienes muebles e inmuebles y bonos de la deuda pública, protegen sus productos, despojan a los pueblos de sus mejores cerebros y otorgan carácter extraterritorial a sus leyes. Esto se añade al poder avasallante de sus armas y el monopolio de los medios fundamentales de información.

Las sociedades de consumo son incompatibles con el ahorro de los recursos naturales y energéticos que el desarrollo y la preservación de nuestra especie requieren.

China, en un breve período histórico y gracias a la Revolución, dejó de ser un país semicolonial y semifeudal, creció al ritmo de más del 10% durante los últimos 20 años y se ha convertido en el principal motor de la economía mundial. Jamás un enorme Estado multinacional alcanzó semejante crecimiento. Hoy posee la más elevada reserva de divisas convertibles y es el mayor acreedor de Estados Unidos. La diferencia es abismal con respecto a los dos países capitalistas más desarrollados del mundo: Estados Unidos y Japón. Las deudas de ambos acumulan a su vez, la suma de 20 millones de millones de dólares.

Estados Unidos no puede ya constituir un modelo de desarrollo económico.

Partiendo del hecho de que en los últimos años la temperatura del planeta aumentó 0,8 grados Celsius, el mismo día que concluyó la Cumbre de Pittsburgh, la principal agencia noticiosa de Estados Unidos publicó que la temperatura aumentará “casi tres grados Celsius entre este año y el final del siglo, incluso si cada país reduce sus emisiones de gases de efecto invernadero como lo proponen, según un informe de Naciones Unidas.”

“Un grupo de científicos revisó los planes de emisiones de 192 países y calculó lo que podría pasar con el calentamiento global. Las proyecciones toman en cuenta 80% de los recortes a los contaminantes de Estados Unidos y Europa para el año 2050, que de por sí no son seguros.”

“El dióxido de carbono, derivado principalmente de la utilización de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, es la principal causa del calentamiento global, que atrapa la energía solar en la atmósfera (…) la temperatura mundial ya ha aumentado 0,8 grados C.”, reitera.

“Gran parte del aumento se debe a las naciones en desarrollo, que no han emprendido grandes medidas para reducir sus emisiones de gases, señalaron los científicos en una conferencia de prensa del jueves.”

“‘Nos dirigimos a una serie de cambios muy serios en nuestro planeta’, dijo Achim Steiner director del programa ambiental de la ONU.”

Por su parte Robert Corell, un importante especialista en el clima estadounidense destacó que:

“…si los países en desarrollo reducen sus emisiones un 80% y las llevan a la mitad en el 2050, el mundo tendrá aún un aumento de 1,7 grados C.”

“…será igual a un aumento de 2,7 grados C. en la temperatura mundial para finales del siglo, dijo Corell. Los mandatarios europeos y el presidente estadounidense Barack Obama establecieron la meta para limitar el calentamiento a un par de grados.”

Lo que no han explicado es cómo alcanzarán ese objetivo, ni tampoco el aporte del PIB para invertir en los países pobres y compensar el daño ocasionado por el volumen de gas contaminante que los más industrializados han lanzado a la atmósfera. La opinión pública mundial debe adquirir una sólida cultura sobre el cambio climático. Aun si no existiera el menor error de cálculo, la humanidad marchará al borde del abismo.

Cuando Obama se reunía en Pittsburgh con sus invitados del G-20 para hablar de las delicias de Capua, en la Isla Margarita de Venezuela se iniciaba la Cumbre de Jefes de Estados de UNASUR y la Organización de la Unidad Africana. Allí se reunieron más de 60 Presidentes, Primeros Ministros y altos representantes de países de Suramérica y África. Estaban también presentes Lula, Cristina Fernández y el Presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, procedentes de Pittsburgh, para disfrutar de una Cumbre más cálida y fraternal, donde se abordaron con gran franqueza los problemas del Tercer Mundo. El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez brilló y vibró en esa Cumbre. Tuve la agradable posibilidad de escuchar las voces de conocidos y probados amigos.

Cuba agradece el apoyo y la solidaridad que emergió de esa Cumbre, donde nada quedó en el olvido.

¡Pase lo que pase, los pueblos tomarán cada vez más conciencia de sus derechos y sus deberes!

¡Qué gran batalla se librará en Copenhague!

Fidel Castro Ruz
Septiembre 27 de 2009
6 y 14 p.m.

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Allí se engendra una revolución

El pasado 16 de julio dije textualmente que el golpe de Estado en Honduras “fue concebido y organizado por personajes inescrupulosos de la extrema derecha, que eran funcionarios de confianza de George W. Bush y habían sido promovidos por él.”

Cité los nombres de Hugo Llorens, Robert Blau, Stephen McFarland y Robert Callahan, embajadores yankis en Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, nombrados por Bush los meses de julio y agosto de 2008 y que los cuatro seguían la línea de John Negroponte y Otto Reich, de tenebrosa historia.

Señalé la base yanki de Soto Cano como punto de apoyo principal del golpe de Estado y que “la idea de una iniciativa de paz a partir de Costa Rica fue transmitida al Presidente de ese país desde el Departamento de Estado cuando Obama estaba en Moscú y declaraba, en una universidad rusa, que el único Presidente de Honduras era Manuel Zelaya”. Añadí que “con la reunión de Costa Rica se cuestionaba la autoridad de la ONU, la OEA y demás instituciones que comprometieron su apoyo al pueblo de Honduras y lo único correcto era demandar del Gobierno de Estados Unidos el cese de su intervención en Honduras y retirar de ese país la Fuerza de Tarea Conjunta.”

La respuesta de Estados Unidos, tras el golpe de Estado en ese país de Centroamérica, ha sido pactar con el Gobierno de Colombia un acuerdo para crear siete bases militares, como la de Soto Cano, en ese hermano país, que amenazan a Venezuela, Brasil y todos los demás pueblos de Suramérica.

En un momento crítico, cuando se discute en una reunión cumbre de Jefes de Estado en Naciones Unidas la tragedia del cambio climático y la crisis económica internacional, los golpistas en Honduras amenazan con violar la inmunidad de la Embajada de Brasil, donde se encuentra el presidente Manuel Zelaya, su familia y un grupo de sus seguidores que fueron obligados a protegerse en ese recinto.

Está probado que el gobierno de Brasil no tuvo absolutamente nada que ver con la situación que allí se ha creado.

Es por tanto inadmisible, más aún inconcebible, que la Embajada brasileña sea asaltada por el gobierno fascista, a no ser que pretenda instrumentar su propio suicidio, arrastrando el país a una intervención directa de fuerzas extranjeras como ocurrió en Haití, lo que significaría la intervención de tropas yankis bajo la bandera de Naciones Unidas. Honduras no es un país lejano y aislado en el Caribe. Una intervención de fuerzas extranjeras en Honduras desataría un conflicto en Centroamérica y crearía un caos político en toda América Latina.

La heroica lucha del pueblo hondureño, después de casi 90 días de incesante batallar, ha puesto en crisis al gobierno fascista y pro yanki que reprime a hombres y mujeres desarmados.

Hemos visto surgir una nueva conciencia en el pueblo hondureño. Toda una legión de luchadores sociales se ha curtido en esa batalla. Zelaya cumplió su promesa de regresar. Tiene derecho a que se le restablezca en el Gobierno y presidir las elecciones. De los combativos movimientos sociales están destacándose nuevos y admirables cuadros, capaces de conducir a ese pueblo por los difíciles caminos que les espera a los pueblos de Nuestra América. Allí se engendra una Revolución.

La Asamblea de Naciones Unidas puede ser histórica en dependencia de sus aciertos o errores.

Los líderes mundiales han expuesto temas de gran interés y complejidad. Ellos reflejaron la magnitud de las tareas que la humanidad tiene por delante y cuán escaso es el tiempo disponible.

Fidel Castro Ruz
Septiembre 24 de 2009
1 y 23 p.m.

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El Obama serio

El presidente bolivariano Hugo Chávez fue realmente original cuando habló del “enigma de los dos Obamas”.

Hoy habló el Obama serio. Hace poco reconocí dos aspectos positivos de su conducta: el intento de llevar la salud a 47 millones de norteamericanos que carecen de ella, y su preocupación por el cambio climático.

Lo que ayer expresé sobre la amenaza inminente que se cierne sobre la especie humana, podría parecer pesimista, pero no se aleja de la realidad. Está por conocerse ahora la opinión de muchos Jefes de Estado sobre el tema ignorado y olvidado del cambio climático.

Obama fue el primero en emitir su opinión como país sede de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre ese tema.

¿Qué dijo? Transcribo las palabras esenciales de sus pronunciamientos:

“Reconocemos que la amenaza contra el planeta es seria y creciente.”

“La respuesta a este reto ambiental será juzgada por la historia.”

“No hay nación, por grande o pequeña que sea, que escape al impacto del cambio climático.”

“Cada día aumentan las mareas altas que azotan las líneas costeras, tormentas e inundaciones más fuertes amenazan nuestros continentes.”

“La seguridad y estabilidad de todas nuestras naciones peligran.”

“Hemos puesto el clima en el tope de las prioridades de nuestra agenda internacional, de China a Brasil, de India a México, África y Europa.”

“Uniéndonos, estos pasos son significativos.”

“Entendemos la gravedad de la situación y estamos determinados a actuar.”

“Pero no vinimos hoy aquí a celebrar progresos.”

“Queda mucho trabajo por hacer.”

“Y ese trabajo no será fácil.”

“Notamos que la parte más difícil del recorrido está frente a nosotros.”

“Esto ocurre en momentos en que la prioridad para muchos es revivir las economías.”

“Todos enfrentamos dudas en cuanto al desafío climático.”

“Las dificultades y las dudas no son excusas para no actuar.”

“Cada uno de nosotros debe hacer su parte para que nuestras economías crezcan sin poner en peligro el planeta.”

“Debemos hacer de Copenhague un paso significativo de avance en cuanto al debate climático.”

“Tampoco debemos permitir que viejas divisiones obstaculicen la búsqueda de soluciones, unidos.”

“Las naciones desarrolladas han causado la mayor parte del daño y deben asumir su responsabilidad.”

“No sobrepasaremos este reto a menos que nos unamos.”

“Sabemos que estas naciones, especialmente las más vulnerables, no tienen los mismos recursos para combatir los retos climáticos.”

“El futuro no es una opción entre crecimiento económico y planeta limpio, porque la supervivencia depende de ambos.”

“Tenemos la responsabilidad de proveer ayuda financiera y técnica a estas naciones.”

“Buscamos un pacto que permita aumentar la calidad de vida de los pueblos, sin afectar al planeta.”

“Sabemos que el futuro depende de un compromiso global.”

“Pero el camino es largo y duro y no tenemos tiempo para hacer el recorrido.”

El problema ahora es que todo lo que afirma está en contradicción con lo que Estados Unidos viene haciendo desde hace 150 años, particularmente desde que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, impuso al mundo el acuerdo de Bretton Woods y se convirtió en amo de la economía mundial.

Los cientos de bases militares instaladas en decenas de países de todos los continentes, sus portaaviones y sus flotas navales, sus miles de armas nucleares, sus guerras de conquista, su complejo militar industrial y su comercio de armas, son incompatibles con la supervivencia de nuestra especie. Las sociedades de consumo son igualmente incompatibles con la idea del crecimiento económico y un planeta limpio. El derroche ilimitado de recursos naturales no renovables, especialmente el petróleo y el gas, acumulados durante cientos de millones de años y que en apenas dos siglos se agotarán al ritmo actual de consumo, han sido las causas fundamentales del cambio climático. Aun cuando se reduzcan los gases contaminantes en los países industrializados, lo que sería loable, no es menos cierto que 5 mil 200 millones de habitantes del planeta Tierra, es decir, las tres cuartas partes de la población, viven en los países que en mayor o menor grado están por desarrollar, los cuales demandarán enormes consumos de carbón, petróleo, gas natural y otros recursos no renovables que, de acuerdo con patrones de consumo creados por la economía capitalista, son incompatibles con el objetivo de salvar la especie humana.

No sería justo culpar al Obama serio del mencionado enigma por lo ocurrido hasta hoy, pero es menos justo todavía que el otro Obama nos hiciera creer que la humanidad pueda preservarse bajo las normas que hoy prevalecen en la economía mundial.

El Presidente de Estados Unidos admitió que las naciones desarrolladas han causado la mayor parte del daño y deben asumir la responsabilidad. Fue sin dudas un gesto valiente.

Sería justo reconocer también que ningún otro Presidente de Estados Unidos habría tenido el valor de decir lo que él dijo.

Fidel Castro Ruz
Septiembre 22 de 2009
6 y 14 p.m.

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