viernes, 14 de diciembre de 2007

Carta del Fidel Castro Ruz a la Mesa Redonda

Querido Randy:

Me emocioné mucho con el extraordinario documental de la realizadora argentina Carolina Silvestre, en el que desmonta una por una las mentiras de la democracia y los derechos humanos del capitalismo desarrollado y globalizado.

Desde hace días, a partir del referendo venezolano del 2 de diciembre, trataba de recordar, entre los cientos de pronunciamientos emanados de mi tarea revolucionaria, uno de ellos en el que definía concretamente nuestra posición sobre los compromisos internacionales de Cuba.

Pedí copia de varios materiales en los que abordaba el tema. Quiso el azar que uno de los más precisos fuera en la Mesa Redonda. Es bastante reciente, tiene sólo un poco menos de siete años.

Estamos envueltos en un proceso electoral. Considero las ideas el punto de partida de mi vida política. A este material, que te envío textualmente, lo titularía hoy con su línea final: "La historia dirá quién tiene la razón." <http://granma.co.cu/2007/12/14/nacional/artic04.html>

Te ruego lo transmitas, de ser posible, mañana jueves.

Lo motivó unas palabras del entonces primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, en la III Cumbre de las Américas.

Mi declaración en aquel momento podía parecer intrascendente.

La historia dirá quién tiene la razón

Respuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Mesa Redonda Informativa del 25 de abril del 2001 a las declaraciones realizadas por el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, durante la III Cumbre de las Américas

Cmdte.- Muy bien, ya, ahora paciencia. Tal vez este material sea de interés, si es que tú me das la palabra.

Me parecía que valía la pena dedicar unos minutos a eso.

¿Vas a hablar de la sede?

Randy Alonso.-De la sede de la III Cumbre y las declaraciones que hizo su Primer Ministro... Hubo varias declaraciones del Primer Ministro, hubo declaraciones del Canciller también.

Cmdte.-Sí, yo escogí una, porque al que más conozco es al Primer Ministro y es con el que más amistad tengo.

Bueno, para que el pueblo comprenda de qué se trata:

"Quebec (Canadá), 19 de abril (EFE).-El primer ministro canadiense, Jean Chrétien, justificó hoy la exclusión de Cuba de la III Cumbre de las Américas por la falta de gestos del régimen cubano en temas de derechos humanos a pesar de 'pasar horas tratando de convencer' a Fidel Castro para que cambiase de política.

"A su llegada al centro de convenciones de Quebec donde se celebrará la Cumbre este fin de semana, Chrétien fue preguntado si había variado su posición sobre la inclusión de Cuba en el proceso de las Cumbres de las Américas, ya que en las anteriores reuniones en Miami y Santiago había solicitado la presencia del régimen de Castro.

"'No he cambiado de opinión', respondió Chrétien.

"El Primer Ministro canadiense se mostró seco cuando se le cuestionó si Cuba no estaba presente en Quebec por la negativa de Washington.

"Asimismo, cuando se le presionó para que indicase qué otro país del continente se había opuesto a la participación de Castro en la III Cumbre de las Américas, Chrétien respondió al periodista con 'pregúnteles a ellos'.

"El Primer Ministro canadiense añadió que había pasado 'horas y horas tratando de persuadir a Castro' para que firmase algunas convenciones sobre derechos humanos, pero que no obtuvo ningún gesto del régimen de La Habana.

"'Pasé horas con él (Fidel Castro) intentando que firmase algunas resoluciones de las Naciones Unidas', insistió Chrétien."

He meditado mucho sobre este pronunciamiento del señor Chrétien. No tenía necesidad alguna de emitir una valoración pública precipitada e improvisada de aquel encuentro.

He trabajado buscando datos y reconstruyendo con la mayor objetividad posible lo que allí conversamos y la atmósfera en que se llevaron a cabo nuestros intercambios.

Traigo aquí una reflexión escrita, dada la necesidad de precisión por la delicadeza de los temas.

Apenas comenzamos la reunión, de forma casi abrupta, puso sobre la mesa una pequeña lista de nombres evidentemente recién recibida por él. Casi adiviné de qué se trataba. Era lo habitual cada vez que nos visitaba una personalidad política de algún país aliado de Estados Unidos o algún político norteamericano: el Departamento de Estado le entregaba una lista de personas procesadas o sancionadas por actividades contrarrevolucionarias. Las listas siempre iban encabezadas por aquellas que eran de mayor importancia e interés para los servicios de inteligencia o el gobierno de Estados Unidos. Pedía el indulto o la puesta en libertad de los mismos. Era una táctica invariable del gobierno de Estados Unidos para presionar en favor de sus amigos, aprovechando cualquier visita amistosa a Cuba. Como en nuestro país suele ejercerse la mayor tolerancia posible, solo en casos excepcionales las autoridades proceden al arresto y procesamiento de los implicados cuando sus acciones provocadoras son graves y totalmente inadmisibles.

El Primer Ministro canadiense me recuerda que, con motivo de la visita del Papa, un número de sancionados por causas contrarrevolucionarias habían sido indultados y él se había comprometido a solicitar lo mismo para los incluidos en la lista.

Realmente el Papa nunca abordó este tema en la conversación conmigo, y lo había hecho a través de su Secretario de Estado en otra reunión con el Ministro de Relaciones Exteriores.

Sin esperar respuesta, plantea de inmediato que Cuba suscriba el Convenio de Naciones Unidas sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ya que Cuba en esa materia había hecho igual o más que cualquier otro país del mundo. Era sin duda una frase halagüeña y una forma más habilidosa y oportuna de plantear algo.

Recuerdo que, acto seguido, menciona el acuerdo de libre comercio entre Canadá, México y Estados Unidos, y los proyectos de hacerlo con el resto de América Latina, expresando su criterio de que Cuba podía hacer una importante contribución.

Y por último se refiere al tratado contra las minas antipersonales, lamentándose de que Cuba no lo había firmado y solicitando que lo suscribiera. Eran estos los cuatro puntos con los que inició sus conversaciones. Todos parecían muy sencillos; los cuatro, sin embargo, eran sumamente complicados.

Le pregunté si era habitual en los políticos canadienses comenzar por lo más difícil, y le añadí en tono de broma que si no salíamos bien de estas pruebas, habríamos de echar a perder la visita.

Me parece recordar que la reunión duró alrededor de dos horas, en tono cordial y respetuoso pero franco. Debo confesar que usé la mayor parte del tiempo porque era necesario argumentar con determinada profundidad la razón de nuestras posiciones, en especial sobre tres de los puntos.

Imposible repetir aquí cada uno de esos argumentos. Solo una brevísima síntesis, con las respuestas esenciales.

Le dije que yo no debía decidir personalmente y de inmediato, o comprometerme sobre algunas de las cuestiones, ni tampoco crear falsas esperanzas sobre las decisiones que adoptaríamos. Que la muy publicitada cuestión de supuestos presos de conciencia era una vieja historia después de casi 40 años de todo tipo de fechorías y crímenes por parte del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Los enumeré con amplitud y detalles, contrastándolos con la intachable conducta y la ética de nuestra Revolución pese al diluvio de infamias y calumnias vertidas contra Cuba. La hipocresía y doble moral de la política seguida contra ella. Las circunstancias que nos habían obligado a tener personas en prisión. Que solo en Girón habíamos hecho prisioneros a 1 200 invasores, y que la propia Revolución desde los primeros años había ido poniendo en libertad a los que, sirviendo los intereses de una potencia extranjera a lo largo de cuatro décadas, habían tratado de destruirla. Que ahora el tema de los que por esa causa estaban en prisión era constantemente utilizado para presionar a Cuba, el país que sufría la hostilidad y la agresión exterior. Las graves amenazas que todavía afrontábamos, como los actos terroristas organizados y pagados desde Estados Unidos.

En un momento me dijo que su deseo era superar esa situación para que regresáramos a la gran familia. Le dije que nosotros éramos latinoamericanos, y le pregunté si se trataba de que regresáramos a la gran familia o que la gran familia regresara a nosotros. Terminé el punto respondiéndole que él había traído una lista de personas que eran mercenarios al servicio de Estados Unidos y pagados por Estados Unidos, y que en complicidad con Estados Unidos trataban de destruir la Revolución. Que como amigo le debía decir que esa lista era humillante para Cuba. Se esmeró en explicar que esa no era su intención, y que quizás había presentado la lista demasiado temprano.

No todo fue dramático. Hubo bromas e incluso chistes intercalados. Esta parte, referida con cierta extensión, puede dar una idea de la intensidad de la primera hora de conversación.

Con relación a su énfasis en la familia hemisférica, le expresé que me alegraba mucho, pero que yo pensaba también en la familia universal: Europa, Asia y Africa.

Con relación al punto dos, el Convenio de Naciones Unidas sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, no vacilé en decirle que nosotros podíamos suscribir todos los artículos excepto dos, el 8 y el 13. Que el primero podría estar muy bien para un país capitalista como Canadá, Estados Unidos y los de América Latina, porque en unos gobernaban los empresarios o los oligarcas y en otros las grandes transnacionales. Allí dividían, fraccionaban y, cuando era posible, corrompían y enajenaban a los trabajadores, que muy poco podían hacer frente al poder político de los patronos. Se trataba de sistemas económicos diferentes al nuestro.

Con relación a ese artículo del Convenio, donde se habla de que cada persona tiene el derecho a fundar sindicatos y afiliarse a los de su elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización correspondiente, para promover y proteger sus intereses económicos y sociales, en un país socialista como Cuba, donde los trabajadores manuales e intelectuales están todos organizados en sus respectivos sindicatos y sólidamente unidos como clase revolucionaria que comparte el poder con el resto del pueblo, los campesinos, las mujeres, los estudiantes, los vecinos y la ciudadanía en general, tal precepto serviría de arma y de pretexto al imperialismo para tratar de dividir y fragmentar a los trabajadores, crear sindicatos artificiales, y reducir su fuerza e influencia política y social. En Estados Unidos y en muchos países de Europa y otras regiones, la estrategia del imperialismo es dividir, debilitar y corromper al movimiento sindical hasta situarlo en condiciones de indefensión total frente a los patronos. En Cuba el propósito sería fundamentalmente subversivo y desestabilizador, socavar el poder político, mermar la extraordinaria fuerza e influencia de nuestros trabajadores, y erosionar la heroica resistencia del único Estado socialista de Occidente frente a la superpotencia hegemónica.

El otro precepto tampoco podría suscribirse porque abriría las puertas a la privatización de la enseñanza, que en el pasado dio lugar a dolorosas diferencias e irritantes privilegios e injusticias, incluida la discriminación racial que nuestros niños no volverán a conocer jamás. Un país que logró erradicar en solo un año el analfabetismo, alcanzó niveles de nueve grados como promedio, y cuenta con un extraordinario y masivo contingente de profesores y maestros y el más sano y exitoso sistema de educación del mundo, no necesita comprometerse con tal precepto.

A Chrétien le dije que América Latina llevaba casi 200 años tratando de acabar con el analfabetismo y todavía no lo ha hecho.

Chrétien propuso que firmáramos el Convenio e hiciéramos la reserva con relación a los dos artículos. Le respondimos que después se habla de incumplimientos del Convenio y nadie sabe o se acuerda de las reservas con que se suscribió. ¡Con eso no se podía jugar!

Con relación al tratado sobre las minas no hablamos mucho en esa reunión. Le adelanté que no íbamos a firmarlo. Que teníamos incluso una base militar de Estados Unidos en nuestro propio territorio. Que entre el límite de la misma y el resto de nuestro territorio, era el único punto donde estaban instaladas. Que las minas constituían para nosotros un arma defensiva a la que no cometeríamos el error de renunciar; que no poseíamos armas nucleares, bombas o misiles inteligentes, ni otros muchos sofisticados medios que posee Estados Unidos. Que sobre nuestro país se cernía una amenaza real, y por esa razón no pensábamos firmarlo.

Más tarde abordó de nuevo el tema desde un ángulo que yo no habría podido sospechar en ese instante. Al concluir este primer encuentro me afirmó, con evidente satisfacción y sinceridad, que había sido una discusión excelente. La síntesis de lo esencial de lo abordado en nuestra primera reunión puede dar la impresión de que fue áspera. Nada más lejos de la realidad. En todo momento reinó una atmósfera cálida y amistosa.

Me pareció percibir con claridad -aunque no lo dijo, pero sí del conjunto de lo que dijo el señor Chrétien- que ante la presencia de un vecino tan poderoso con el cual comparte 8 644 kilómetros de frontera, experimentaba temor por el futuro de su país. Consciente de las dos fuertes culturas y tradiciones diferentes bien arraigadas, le inquieta el riesgo que para la unidad del Estado significa que cualquier ambición, un error, o una simple sacudida del vecino, deshaga el país. Para ese enorme y rico territorio, poblado por solo 32 millones de habitantes, donde entre otros recursos -como me dijo el propio Chrétien- se encuentra la cuarta parte de las reservas de agua potable del mundo, quizás aún más que para la propia Cuba, Estados Unidos constituye un gran dolor de cabeza.

En lo que tal vez fue el momento más interesante de la conversación, y en el que Chrétien expuso su idea más inteligente, capaz de provocar hasta en un interlocutor bastante distante de su ideología un sentimiento de solidaridad, fue cuando contó que él se había opuesto a la idea de un acuerdo de libre comercio únicamente con Estados Unidos. Había que buscar por lo menos un tercero, y apareció México, con el cual en muchas ocasiones compartía posiciones frente a los manejos de Estados Unidos. Que en el 2005 serían 34, y ojalá 35 (evidente alusión a Cuba), para balancear con los Estados Unidos.

En una ocasión me dijo que Canadá era un país muy celoso de su independencia con relación a Estados Unidos, que era de gran importancia mantener su independencia de Estados Unidos, y que su política era mantener relaciones estrechas y amistosas con ese país, pero muy independientes. Me afirmó orgulloso que ya Canadá competía con el valle de Silicona de California, donde se produce toda la alta tecnología.

La segunda reunión con Chrétien y su delegación tiene lugar por la noche. Hubo cena y un más amplio intercambio. En determinada ocasión, al mencionar el plan de atentado contra mí en la Isla de Margarita, organizado por la famosa Fundación, me señaló que a menudo esta era la causa de grandes dificultades, porque cuando ocurrió el incidente de los aviones fue para crear ese problema al gobierno de Estados Unidos que estaba listo para dar un paso positivo con relación a Cuba. Le hablé de la Ley de Ajuste Cubano, sus absurdas e irracionales consecuencias.

Hablamos también de la Ley Helms-Burton. Me dijo que con relación a esa ley Estados Unidos se encontraba aislado. Que él personalmente fue el primero en hacer una declaración cuando se aprobó. Que estando reunido con los Primeros Ministros del Caribe, juntos hicieron la primera declaración contra la Helms-Burton.

En relación con el incidente de los aviones en el año 1996, utilizado como pretexto para aprobar la Ley Helms-Burton, le dije que en The New Yorker del 26 de enero de 1998 estaba la historia casi completa del incidente.

Al preguntarme por el ALCA, le dije que había que tener paciencia, saber qué iba a pasar en América Latina con ese acuerdo de libre comercio, cuáles serían las consecuencias no solo para nuestros países sino también para el resto del mundo, así como las artimañas para imponer un acuerdo multilateral de inversiones, cuestiones que nos preocupaban mucho. Que era necesario estudiar a fondo esas cuestiones. Le hablé sobre aspectos concretos de nuestra economía, medidas adoptadas para enfrentar el período especial; la imposibilidad de prescindir de los aranceles para muchos países de América Latina y el Caribe, algunos de los cuales recibían por esa vía hasta el 80% de los ingresos presupuestarios. Al preguntarle si a Canadá le perjudicaba de alguna forma la integración de Europa y el surgimiento del euro, me respondió que no, que el 82% de su comercio era con Estados Unidos. Tenemos 1 000 millones de dólares diarios de comercio con Estados Unidos, nos dijo.

Por mi parte le dije francamente mi opinión de que a los países de América Latina les convendría el éxito de la integración Europea y que Europa compita con los Estados Unidos por los mercados e inversiones en América Latina. Es mejor que haya dos, tres, cuatro potencias económicas fuertes para que la economía mundial no dependa solo de un poderoso país y de una sola moneda.

Conversamos incluso sobre la tecnología canadiense en materia de energía nuclear y la posibilidad de que en el futuro nuestro país pudiera adquirir reactores canadienses, aunque por el momento no era para nosotros la mejor opción ni la más económica para el rápido crecimiento de la generación eléctrica que necesitamos con cierta urgencia.

Le hablé también de los mexicanos que estaban muriendo en la frontera con Estados Unidos, donde ya morían cada año muchos más que los que murieron durante casi 30 años de existencia del Muro de Berlín.

Pocos temas importantes estuvieron ausentes de nuestro intercambio.

En la atmósfera propicia que se había creado y tomando en cuenta la participación de Canadá en los acontecimientos políticos de Haití, ya en proceso de normalización, y su presencia en ese país, le dije que Haití era un vecino cercano y uno de los países más pobres del mundo, con índices terribles de salud, incluido el SIDA, que amenazaban con una catástrofe humana, y le pregunté por qué no dábamos un ejemplo de cooperación y elaborábamos un programa de salud para Haití. Cuba enviaría personal médico y Canadá suministraría los medicamentos y equipos necesarios.

Me preguntó si lo había discutido con el Presidente de Haití. Le respondí que no podía ofrecérselo si no coordinaba primero con el gobierno canadiense, expresándole mi convicción de que aceptarían.

Me habló de su interés especial por un país de lengua francesa, pues una parte importante de la población de Canadá es de esa lengua, y por tanto tenía interés en programas para Haití. Que analizaría la proposición. Le comuniqué que hablaría con el gobierno haitiano.

Al parecer aquella idea le sugirió de inmediato otra. Me dijo acto seguido que tenía una propuesta que hacer sobre un programa conjunto: un programa conjunto con Angola y Mozambique para eliminar las minas antipersonales. Ustedes pueden poner los trabajadores, nosotros el dinero, añadió. Que esos países ya habían firmado el convenio. Se le indicó por nuestra parte que los que podían realizar ese trabajo eran únicamente los militares. Respondió que nosotros los cubanos teníamos el personal experto y ellos suministrarían el dinero para el programa, pues ya tenían aprobado el presupuesto.

Que varios países habían comprometido fondos para la limpieza de los campos minados, entre ellos Japón, Suecia, Noruega, Dinamarca y otros, y como nosotros teníamos expertos pensaba que los cubanos podríamos realizar ese trabajo.

Es incuestionable que no se dio cuenta de cuán hiriente podía ser lo que estaba proponiendo. Una colaboración humanitaria en la que Canadá y otros países ricos ponían el dinero y nosotros los riesgos de mutilación y pérdidas de vidas de nuestros soldados. Tal vez no lo pensó nunca, o no estuviera consciente de lo que nos estaba proponiendo, pero sentí la fuerte impresión de que nos querían alquilar como mercenarios.

Experimenté por breves segundos una sensación de ultraje, recordando el desinteresado espíritu de sacrificio, la historia limpia y noble de un pueblo que se enfrentaba a una intensa guerra económica y al período especial dispuesto a morir por sus ideas. ¿Pretendería alguien valerse de esa situación para tentarnos con misiones de ese tipo?

Tomando en cuenta las características de mi interlocutor, y el tono amable, franco, confiado, e incluso el humor con que -recuerdo- se desarrollaron nuestros intercambios, aún pienso que lo que dijo y la forma en que lo dijo no fue un acto consciente de lo que objetivamente podía interpretarse de sus palabras.

Le expliqué que en Angola era todavía difícil desminar porque estaban las bandas armadas por Estados Unidos y Sudáfrica; que todas esas minas habían sido entregadas por Estados Unidos y la Sudáfrica del apartheid a Savimbi. Que eso podía costar mutilaciones y pérdida de vidas. ¿Cómo justificar ante nuestro pueblo la participación cubana?

Con la mayor ecuanimidad le propuse lo que califiqué de solución razonable: estábamos dispuestos a entrenar todo el personal necesario de Angola, Mozambique o cualquier otro país afectado por problemas de este tipo para realizar esa tarea en sus propios territorios.

Este tema ocupó casi el último tramo de la segunda conversación, aunque continuó durante varios minutos en el mismo tono amistoso y amable.

El desagradable punto había sido abordado por nuestra parte de forma serena y razonable, escuchado y al parecer comprendido y aceptado por la delegación canadiense.

Las bases de dos programas importantes de cooperación con terceros países habían sido acordadas en principio, sobre las cuales se continuaría trabajando.

Observé bien el carácter y la personalidad del Primer Ministro canadiense. Es un hombre de agradable conversación, buen humor, con el que se puede entablar un intercambio interesante sobre variados temas. Se preocupa por determinados problemas del mundo actual y se entusiasma con los proyectos de su preferencia, conoce a muchas personalidades políticas, sabe usar su experiencia y disfruta al contar anécdotas por lo general interesantes y oportunas. Me pareció sinceramente patriótico. Es muy leal a su país y siente orgullo por él. Un creyente fanático del modo capitalista de producción, cual si fuera una religión monoteísta, y de la ingenua idea de que esa es la única solución para todos los países por igual, en cualquier continente, época, clima o región del mundo. En esa filosofía se educó. No estoy seguro de que con ella pueda comprender cabalmente las realidades del mundo de hoy.

Conocí a Trudeau, un estadista excepcional, de gran modestia y humildad, pensamiento profundo y hombre de paz; estoy seguro de que comprendió bien al mundo y comprendió también a Cuba.

Hubo después otras actividades. Asistí a una recepción de Chrétien en el patio de la embajada de Canadá. Estaba alegre, conversador, de buen ánimo. Pronto se reuniría con Clinton. Lo acompañé hasta el aeropuerto. Ya próximo a Boyeros le pedí que transmitiera a Clinton un saludo y que no existían por nuestra parte sentimientos de hostilidad hacia él. Bien medidas las palabras. Más que otra cosa, una cortesía con el visitante. La pagué caro. Tiempo después recibo de Chrétien una carta de puño y letra contándome que había transmitido a Clinton mi deseo de mejores relaciones con él. No era exactamente eso lo que le dije. No es mi estilo; no se concilia con mi actitud durante toda la vida. Podía parecer un ridículo ruego al poderoso Presidente de Estados Unidos. Me puse a escribir también a mano una carta a Chrétien exponiéndole que ese mensaje no era mi mensaje. El asunto resultaba embarazoso. No era fácil conciliar el disgusto con los términos precisos con los cuales debía redactarla, y de cierta forma la aclaración se convertía, a la vez, en una especie de crítica a nuestro amigo. Casi pude lograrlo, pero finalmente abandoné la idea, guardé incluso el proyecto de carta, que tal vez sea posible encontrar en alguna vieja libreta de notas, y me olvidé del asunto hasta hoy. Ni siquiera su delicado gesto de escribirme de su puño y letra pude reciprocar. Posiblemente creyó que yo era un maleducado incorregible.

Pasaron los meses y no había noticia alguna del proyecto haitiano, que por nuestra parte solo esperaba una breve respuesta. Vino el huracán Georges. Asoló a Santo Domingo y golpeó a la vecina Haití, protegida solo por las montañas dominicanas de 3 000 metros, próximas a la frontera de este país, que actuaron como barreras rompevientos, y prosiguió después hacia Cuba.

Cuando todavía soplaban las últimas ráfagas del Georges, al norte del occidente del país, la noche lluviosa del 28 de septiembre, en un discurso que pronuncié en la clausura del V Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución, dije:

"Le pregunto a la comunidad internacional: ¿Quieren ayudar a ese país, invadido e intervenido militarmente no hace mucho tiempo? ¿Quieren salvar vidas? ¿Quieren dar una prueba de espíritu humanitario? Hablemos ahora del espíritu humanitario y hablemos de los derechos del ser humano.

" [...] Sabemos cómo se pueden salvar 25 000 vidas en Haití todos los años. Se conoce que cada año mueren 135 niños de 0 a 5 años por cada 1 000 nacidos vivos."

[...]

"Partiendo de la premisa de que el gobierno y el pueblo de Haití aceptarían gustosos una importante y vital ayuda en ese campo, proponemos que si un país como Canadá, que tiene estrechas relaciones con Haití, o un país como Francia, que tiene estrechas relaciones históricas y culturales con Haití, o los países de la Unión Europea, que están integrándose y ya tienen el euro, o Japón, suministrara los medicamentos, nosotros estamos dispuestos a enviar los médicos para ese programa, todos los médicos que hagan falta, aunque haya que enviar una graduación completa o el equivalente."

[...]

"Haití no necesita soldados, no necesita invasiones de soldados; lo que necesita Haití son invasiones de médicos para comenzar, lo que necesita Haití, además, son invasiones de millones de dólares para su desarrollo."

Noviembre de 1998. Han transcurrido siete meses y no hay noticias de Chrétien sobre los temas abordados. Visita a Cuba el ministro de Salud de Canadá, Alan Rock. Me reúno con él. Acababa de recibir en Canadá a la doctora Nkosazana Dlamini-Zuma, ministra de Salud de Sudáfrica. Venía sumamente impresionado por lo que ella le contó sobre el trabajo de los médicos cubanos en las aldeas de Sudáfrica.

Le explico en detalle el programa de cooperación conjunta que proponíamos. Percibí en él a un hombre sensible y capaz, que comprendía las posibilidades y la importancia de tales programas. Le pedí agilizara las gestiones relacionadas con el programa de cooperación conjunta en Haití, y una respuesta de Canadá a lo que había propuesto a su país no solo personalmente a su Primer Ministro sino también públicamente. Se comprometió a presentar un proyecto al Primer Ministro y al Gabinete.

El 4 de diciembre Cuba envía por su propia cuenta la primera brigada de emergencia para asistir a las víctimas del huracán Georges. Continuaron llegando las brigadas médicas en las semanas subsiguientes hasta alcanzar el número de 12 y un total de 388 cooperantes cubanos, y todavía nuestros amigos canadienses no habían dado señales de vida. El programa médico que habíamos propuesto realizar conjuntamente con Canadá estaba en marcha con el esfuerzo de Cuba, del gobierno de Haití y el apoyo de Organizaciones No Gubernamentales.

Ya a fines de febrero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba informa haber conocido por vía extraoficial que el gobierno de Canadá donaría 300 000 dólares para el programa médico de Haití, noticia que como es lógico nos satisfizo mucho.

El 4 de marzo habían transcurrido más de diez meses sin respuesta oficial de Canadá. Ese día, sin embargo, llegó una verdaderamente sorprendente. El ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, señor Lloyd Axworthy, envió una carta al ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Roberto Robaina, que entre otras cosas comunica:

"[...] he sido informado de una ley recientemente aprobada por la Asamblea Nacional cubana, el 16 de febrero de 1999, titulada 'Ley para la Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba', que está dirigida a contrarrestar el aumento de la delincuencia y las actividades subversivas."

[...]

"He pedido a mis funcionarios que preparen un análisis de las recientes medidas adoptadas por Cuba, incluida la próxima condena de los miembros del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, con vista a determinar su impacto en la gama de actividades que hemos emprendido a tenor de la Declaración Conjunta bilateral. Hasta tanto no se concluya esta valoración, he solicitado a mis funcionarios que se abstengan de realizar nuevas iniciativas conjuntas. Le escribiré a mis colegas del Gabinete para ponerles al corriente de esta situación para que reflexionen en sus propios programas de cooperación bilateral con Cuba. En el plazo inmediato, he detenido el análisis conjunto por parte de mi departamento, de CIDA (Agencia de Desarrollo Internacional de Canadá) y de Health Canada acerca de la solicitud de Cuba para llevar a vías de hecho la cooperación médica de un tercer país en Haití."

[...]

"Los días venideros serán importantes para analizar si Cuba escogerá la política de acercamiento e integración a la comunidad global o continuará en la dirección incierta de días recientes. Espero que sea usted capaz de brindar una señal que contribuya a aclarar las intenciones de Cuba. En particular, tal señal sería de gran utilidad para garantizar que los recientes acontecimientos no se conviertan en una preocupación infundada en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra."

¿Casualidad? ¿Pretexto para justificar fuertes presiones de sus vecinos del sur? ¿Insensibilidad total ante la tragedia haitiana? No deseo hacer afirmación alguna. Pero, ¿cómo explicar que transcurrieran diez meses y durante ese tiempo, cuando no habían ocurrido los hechos alegados que motivaron tan drástica decisión y tan insolente carta, no se diera respuesta oficial alguna?

Aun cuando no deseo ofender a nadie, ni siquiera al ilustre autor de la misiva, es imposible dejar de señalar el tono arrogante, prepotente, injerencista y vengativo con que está redactada esa carta.

Lo que a mí personalmente más me amargó no eran las medidas punitivas y amenazas contra Cuba -a esos castigos estamos ya acostumbrados desde hace 42 años-, sino el hecho de que los 300 000 dólares, los cuales ni siquiera sé si eran dólares norteamericanos o canadienses -0,64 centavos de dólar norteamericano en la cotización de ayer 24 de abril del 2001, ya que no he tenido tiempo para revisar a cuánto equivalía el 15 de marzo de aquel año-, no llegarían jamás a los enfermos haitianos. No podía concebir que se nos castigara a costa tal vez de miles de vidas de niños haitianos que habrían podido preservarse, ya que en ese país en ese momento estaban muriendo no menos de 25 000 por año, la mayor parte de cuyas muertes podrían evitarse con simples vacunas que podían adquirirse con aquellos dólares, fuesen norteamericanos o canadienses. Alguien, sin duda, cometió un gran error.

Como algo elementalmente lógico, yo había creído la información extraoficial que me comunicaron del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ni siquiera podría afirmar en este instante si fue o no cierto.

Ya no hay nada de qué lamentarse. En Haití laboran hoy 469 médicos y trabajadores de la Salud cubanos. En dos años y cinco meses, hasta el mes de abril, han pasado por allí 861 colaboradores sin cobrar por su servicio un solo centavo al pueblo haitiano. Atienden a 5 072 000 de los 7 803 230 habitantes que tiene el país; el 62% de la población haitiana. Han salvado muchos miles de vidas y aliviado el dolor o restablecido la salud de cientos de miles.

Se inició este año, con la entrega de todas las vacunas por parte de Japón con la participación de la UNICEF, la primera fase de la campaña masiva de vacunación contra ocho enfermedades inmunoprevenibles, donde Cuba asume la ejecución del programa con el personal de salud que se encuentra en ese país, los cuales ascenderán a 600 en el curso del presente año. Conocemos, además, que en el futuro, y con el esfuerzo combinado entre Francia, Japón, Cuba y Haití, se prepara una nueva campaña de vacunación que en cinco años propiciará que ese país sumamente pobre y del Tercer Mundo haya alcanzado un nivel inmunitario de un 95%.

Con la victoria obtenida por Brasil y Sudáfrica contra los precios inaccesibles de los medicamentos contra el SIDA, pienso que no está lejos el día en que los haitianos puedan ser protegidos también contra ese terrible flagelo mediante apoyo de gobiernos dispuestos a cooperar con recursos financieros, las instituciones de Naciones Unidas y Organizaciones No Gubernamentales.

Haití no es el único país con el cual el pueblo cubano está cooperando en programas de salud bajo el mismo principio. Son ya 15. En esos programas colaboran 61 Organizaciones No Gubernamentales con la participación de más de 2 272 trabajadores cubanos de la salud, de ellos 1 775 médicos.

Ya nadie podrá sabotear la cooperación de Cuba con otros países del Tercer Mundo. Hechos y no palabras. Acción rápida y no esperar para las calendas griegas cuando hay seres humanos de países pobres que están muriendo todos los días a todas horas. A la formación de médicos con espíritu de sacrificio, solidarios y abnegados, nuestro pequeño país presta igualmente un especial apoyo. Avanzar es posible, derrotar calamidades y aliviar la tragedia humana que abate a tantos cientos de millones de personas, no son metas inalcanzables.

Hoy agradezco las conversaciones que sostuve con Chrétien. Han servido para probar que las iniciativas son posibles y también las cooperaciones conjuntas con la participación de dos, tres o muchos países. También demuestra que las horas que invertimos tanto él como yo no fueron inútiles, y yo seguí sus consejos trabajando aún con mayor ahínco por los derechos humanos, por salvar vidas, y tratando de desarmar gigantescas minas antipersonales que están poniendo a nuestro mundo al borde de grandes explosiones.

Pequeños ejemplos de lo que cualquier pequeño país puede ofrecer, son hoy más importantes que grandes convenios que los poderosos convierten en letra muerta y grandes actos de demagogia y poses publicitarias en busca de satisfacer vanidades y ambiciones personales.

Estoy seguro de que Trudeau jamás habría dicho que pasó 4 horas dándole consejos a alguien que no los había solicitado, ni buscaría justificaciones para excluir de una reunión cumbre a un país digno, que tampoco ha solicitado nunca su inclusión, para firmar un acuerdo que no habría firmado nunca.
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domingo, 9 de diciembre de 2007

El Titán de Bronce, Antonio Maceo

Estoy en deuda con él. Ayer se cumplió otro aniversario de su muerte física. Existen más de cuarenta versiones diferentes del hecho, pero todas coinciden en varios detalles de gran interés.

A Maceo lo acompañaba el joven Francisco Gómez Toro, que había arribado a Cuba por el oeste de Pinar del Río con la expedición al mando del general Rius Rivera. Herido anteriormente en un brazo, Panchito viajó con Maceo de una orilla a otra de la entrada de la bahía de Mariel. Con ellos iban 17 aguerridos oficiales de su Estado Mayor, marinos del bote y un solo hombre de su escolta.

Ese día 7, en las proximidades de Punta Brava, en su improvisado campamento, Maceo y sus oficiales escucharon el relato del autor de Crónicas de la Guerra José Miró Argenter, sobre las acciones del combate de Coliseo, donde la columna invasora derrotó a las tropas del general Martínez Campos. Desde hacía varios días Maceo sufría de una fiebre epidémica alta y dolores en todas sus heridas.

Alrededor de las 3 de la tarde se oyeron fuertes disparos a unos 200 metros del campamento ubicado al oeste de la ciudad de La Habana, capital de la colonia española. Maceo se indigna por el sorpresivo ataque, ya que había ordenado la exploración constante, como era habitual en sus expertas tropas. Reclama un corneta para dar órdenes; no estaba disponible en ese instante.

Salta sobre el caballo y se dirige al enemigo. Da órdenes de abrir una brecha en la cerca de alambre que se interponía entre él y los atacantes. Ante la aparente retirada del enemigo, exclama "esto va bien" segundos antes de que una bala le cercenara la carótida.

Panchito Gómez Toro, al conocer la noticia, llega desde el campamento, dispuesto a morir junto al cadáver de Maceo. Intentó suicidarse cuando se vio cercado y a punto de caer prisionero. Antes escribe una brevísima y dramática nota de despedida a su familia. La pequeña daga, única arma que llevaba consigo a falta de revólver, no penetró lo suficiente con la fuerza de la mano disponible. Un soldado enemigo, al ver que alguien se movía entre varios muertos, casi le desprende la cabeza con un tajo de machete por el cuello.

Cunde la desmoralización con la muerte de Maceo en las fuerzas patrióticas, que eran en su mayoría soldados bisoños.

El coronel mambí Juan Delgado, del Regimiento de Santiago de las Vegas, al conocer lo ocurrido salió en busca de Maceo.

El enemigo había tenido en sus manos el cadáver, despojándolo de sus objetos personales sin darse cuenta de que era el de Maceo, conocido y admirado en el mundo por sus hazañas.

La tropa encabezada por Juan Delgado, en gesto valiente, rescató los cuerpos sin vida de El Titán y su joven ayudante, hijo del General en Jefe Máximo Gómez. Los enterraron después de largas horas de marcha en la altura dominante de El Cacahual. Los patriotas cubanos no dijeron entonces una palabra del valioso secreto.

El rostro ceñudo de Martí y la mirada fulminante de Maceo señalan a cada cubano el duro camino del deber y no de qué lado se vive mejor. Sobre estas ideas hay mucho que leer y meditar.

Fidel Castro Ruz

Diciembre 8 de 2007

8:05 p.m.
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viernes, 7 de diciembre de 2007

Mensaje de Elián González al Comandante

Abuelo Fidel:


Recibir los libros que me regalaste me provocó gran emoción y lo que sientes por mí me compromete a seguir tu ejemplo. Tú, que eres el verdadero héroe de cada una de las batallas que se han librado en nuestro país y que eres el símbolo de cada cubano digno.

Cuando visito con mis compañeros del proyecto Por los Caminos de la Historia lugares donde ocurrieron hechos importantes para el triunfo de esta Revolución, siempre pienso en ti y en los hombres que emprendieron esas luchas, y los respeto y admiro.

En este día, donde se conmemora un aniversario más de esta batalla que empezó nuestro pueblo bajo tu guía por mi liberación y por el bienestar de todos los niños y jóvenes cubanos, no puedo dejar de darte nuestro agradecimiento.

Para mí y para mis compañeros es importante tener un maestro que, cuando lo necesito, se convierte en mi amigo; una escuela donde podemos hacer todas las cosas que queremos, donde aprendemos y nos divertimos. En ella aprendo a bailar, canto en un coro, compito en diferentes deportes, acampo y me preparo para impartir clases en algunas de las asignaturas de las que soy monitor. He hecho amigos, me he ganado el respeto de mis compañeros y me siento feliz.

Para las personas en mi municipio, la Batalla de Ideas ha convertido a Cárdenas en una ciudad mejor; cada 6 de diciembre se reparan centros, se crean nuevos lugares para el beneficio de todos, se ha ampliado el servicio de salud, hay nuevos centros de enseñanza y lugares culturales.

Amigo, como una vez me llamaste y estoy orgulloso de eso, con nosotros puedes contar para siempre.

Gracias por el resto de los regalos para mí y para mis hermanos.

Saludos de toda la familia.

Un abrazo fuerte,

Elián González Brotons

6 de diciembre del 2007
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martes, 4 de diciembre de 2007

Mensaje de Fidel a Chavez

Querido Hugo:

Te felicito revolucionariamente por tu discurso en la madrugada de hoy. Fue un veni, vidi, vinci de dignidad y ética.

Fidel Castro Ruz

Diciembre 3 de 2007

10:00 a.m.
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Segundo mensaje

Querido Hugo:

Trato de ser lo más sintético posible en las reflexiones. Estas van dirigidas al público. Debo tomar en cuenta el espacio que las agencias noticiosas y la prensa internacional dedican a los sucesos que ocurren en el mundo cada 24 horas y el máximo de tiempo que cada persona presta a una idea entre miles de ellas. En su percepción influye, incluso, la velocidad con que un locutor lee en la radio o sigue el teleprompter de la televisión.

La cultura y el nivel de educación de cada país, así como su papel en la posible solución de los graves problemas que agobian al mundo, deben considerarse.

Se explica así que muchas veces escriba algo para informar a nuestro pueblo, que es también tuyo, como te demostró desde el primer contacto público.

Hoy lunes el pueblo cubano está ansioso de noticias sobre el de Venezuela y su líder, su destino y sus riesgos. Por ello, es mi deber recordar la reflexión "Un Pueblo bajo el Fuego", que contiene argumentos y frases que preveían los acontecimientos. Igualmente expresé un criterio que ratifico: "un magnicidio o una guerra civil en Venezuela, por sus enormes reservas de hidrocarburos, harían estallar la economía mundial globalizada."

Enviaré copia de este segundo mensaje, después de tu valiente y sabia decisión, a la Mesa Redonda de la Televisión nacional e internacional de Cuba.

¡Las ideas de Bolívar y Martí vencerán!

Un fuerte abrazo revolucionario,

Fidel Castro Ruz

3 de diciembre de 2007

2:37 p.m.
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viernes, 30 de noviembre de 2007

Un pueblo bajo el fuego

Venezuela, cuyo pueblo heredó de Bolívar ideas que trascienden su época, enfrenta hoy la tiranía mundial mil veces más poderosa que la fuerza colonial de España sumada a la de la República recién nacida de los Estados Unidos, que a través de Monroe proclamó el derecho a la riqueza natural del continente y al sudor de sus pueblos.

Martí denunció el brutal sistema y lo calificó de monstruo, en cuyas entrañas vivió. Su espíritu internacionalista brilló como nunca cuando, en carta inconclusa por su muerte en combate, develó públicamente el objetivo de su incesante batallar: "...ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber -puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América..."

No en vano, en un sencillo verso, expresó: "Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar". Más tarde proclamó con frase lapidaria: "Patria es humanidad". El Apóstol de nuestra independencia escribió un día: "Deme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo".

Los medios más sofisticados desarrollados por la tecnología, utilizados para matar seres humanos y someter a los pueblos o exterminarlos; la siembra masiva de reflejos condicionados en la mente; el consumismo y todos los recursos disponibles, se emplean hoy contra los venezolanos, pretendiendo hacer trizas las ideas de Bolívar y Martí.

El imperio ha creado las condiciones propicias para la violencia y los conflictos internos. Con Chávez hablé muy seriamente en su última visita el pasado 21 de noviembre sobre los riesgos de magnicidio a los que estaba exponiéndose constantemente en vehículos descubiertos. Lo hice a partir de mi experiencia como combatiente entrenado en el uso de la mirilla telescópica y el fusil automático y a la vez, después del triunfo, como blanco de planes de atentados directamente ordenados o inducidos por casi todas las administraciones de los Estados Unidos desde 1959.

El gobierno irresponsable del imperio no se detiene un minuto a pensar que un magnicidio o una guerra civil en Venezuela, por sus enormes reservas de hidrocarburos, harían estallar la economía mundial globalizada. Tales circunstancias no tienen precedente en la historia del hombre.

Cuba, en la fase más dura a que nos condujo la desaparición de la URSS y el recrudecimiento del bloqueo económico de los Estados Unidos, desarrolló estrechos vínculos con el gobierno bolivariano de Venezuela. El intercambio de bienes y servicios, de casi cero, se elevó a más de 7 000 millones de dólares anuales, con grandes beneficios económicos y sociales para ambos pueblos. De allí recibimos en la actualidad el suministro fundamental de combustible que consume el país, muy difícil de adquirir en otras fuentes dada la escasez de crudos ligeros, la insuficiente capacidad de refinación, el poder de Estados Unidos y las guerras que ha desatado para apropiarse de las reservas de petróleo y gas en el mundo.

A los elevados precios de la energía añádanse los de los alimentos, determinados por la política imperial de convertirlos en combustible para los voraces automóviles de Estados Unidos y otros países industrializados.

No bastaría el triunfo del Sí el 2 de diciembre. Las semanas y meses posteriores a esa fecha pueden llegar a ser sumamente duros para muchos pueblos, entre ellos el de Cuba, si es que antes las aventuras del imperio no conducen al planeta a una guerra atómica, como han confesado sus propios jefes.

Nuestros compatriotas pueden estar seguros de que he tenido tiempo para pensar y meditar mucho sobre estos problemas.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 29 del 2007

8 y 12 p.m.
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martes, 20 de noviembre de 2007

La factura petrolera y el desarrollo

Chávez lo dijo con toda claridad en Riad: la factura de petróleo y gas de los países en desarrollo alcanza el millón de millones de dólares. Propuso a la OPEP, que estuvo a punto de ser disuelta antes de la llegada al poder del gobierno bolivariano -que la presidió y preservó a lo largo de 8 años-, asumir el papel para el cual fue creado el Fondo Monetario Internacional y nunca cumplió.

El dólar está en caída libre, expresó. Nos pagan con papeles. Podemos y debemos garantizar el combustible tanto a los países desarrollados como a los que luchan por desarrollarse y necesitan importarlo. La OPEP puede dar créditos para el desarrollo con largo periodo de gracia y solo el 1 por ciento de interés anual, de modo que los países pobres paguen con los bienes y servicios que sean capaces de producir. Mencionó la cifra de 5 mil millones de dólares como ayuda al desarrollo que Venezuela presta a los países caribeños que necesitan desesperadamente importar esa esencial materia prima.

Chávez puede añadir un ejemplo ilustrativo que Cuba conoce bien: con lo que cuesta a fines del año 2007 importar un barril, en 1960 se podían adquirir 13,52 toneladas de petróleo ligero, incluido transporte, es decir, casi 50 veces más que ahora. En tales condiciones, un país como la República Bolivariana de Venezuela continuaría siendo un suministrador de combustible, un recurso no renovable, casi regalado a Estados Unidos. La tierra continuaría hundiéndose en algunas cuencas al faltar el subsuelo petrolero.

Comprendo cuánto tiene que romperse la cabeza sacando cuentas y cuán justos y nobles son sus sentimientos de igualdad y justicia para los pueblos de la que Martí llamó nuestra América y Bolívar, en la lucha contra el imperio español, calificó de una sola nación.

En aquella época se mantenía todavía el equilibrio. No existía la diabólica idea imperial de convertir los alimentos en combustible ni los cambios climáticos descubiertos y comprobados por las ciencias.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 19 del 2007

4 y 36 p.m.
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lunes, 19 de noviembre de 2007

El diálogo con Chávez

Hice referencia el pasado día 15 de noviembre a una tercera reflexión sobre la Cumbre Iberoamericana; dije textualmente "que por ahora no publico". Me parece, sin embargo, más conveniente hacerlo antes del referéndum del 2 de diciembre.

Señalaba en aquella reflexión, escrita el día 13, lo siguiente:

Ayer nuestra población pudo escuchar a Chávez en el programa de la Mesa Redonda. Lo llamé cuando afirmó que Fidel era un hombre de otro mundo, que el 11 de abril de 2002 habló con él, cuando sus comunicaciones oficiales estaban interceptadas, a través de un teléfono ubicado en la cocina.

Yo estaba reunido el día del golpe con el Presidente del Gobierno del País Vasco. Los hechos se sucedían uno tras otro. Aquella fatídica tarde, por esa misma vía habían llamado para despedirse varios de los que allí estaban dispuestos a morir junto a Chávez. Recuerdo con exactitud lo que le dije ya de noche cuando le pedí que no se inmolara: que Allende no disponía de un solo soldado para resistir y él en cambio contaba con miles.

En nuestro diálogo telefónico durante el acto de la Cumbre de los Pueblos, traté de añadirle que morir para no caer prisionero —como me ocurrió una vez y estuve a punto de serlo nuevamente antes de llegar a las montañas— era una forma de morir con dignidad. Yo había afirmado lo mismo que él dijo: que Allende murió combatiendo.

De un balazo en la barbilla, dirigido al cráneo, sobrevivió uno de los generales más gloriosos de nuestras guerras de independencia, Calixto García Íñiguez. Su madre, que no creía la noticia de que su hijo estuviera prisionero, al conocer toda la verdad, exclamó con orgullo: ¡ese sí es mi hijo!

Tal idea quise transmitirle por el teléfono celular sin amplificador, que esta vez portaba Lage, Secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba. Chávez apenas podía oír mis palabras, como ocurrió también con la orden de callarse que le espetó el Rey de España.

En ese instante del acto llegó Evo, genuino indio aymara, que también habló, como lo hizo Daniel, en cuyo rostro Chávez observó, con razón, rasgos mayas.

Estoy de acuerdo con él cuando afirmó que soy una extraña mezcla de razas. Tengo sangre taína, canaria, celta y quién sabe cuántas más.

Estaba impaciente por escucharlos de nuevo a los tres. Antes dije: ¡Vivan los miles de chilenos que murieron combatiendo contra la tiranía impuesta por el imperialismo! Y concluí proclamando junto a Chávez la consigna bolivariana, guevarista y cubana de: "Patria, Socialismo o Muerte" ¡Venceremos!

Ayer lunes 12 escuché a través de una conocida emisora privada de televisión venezolana, al servicio del imperio, una declaración y un discurso elaborados de punta a cabo por la Embajada de Estados Unidos. ¡Qué hueco y ridículo sonaba todo frente al discurso vibrante de Chávez en el debate!

¡Gloria al Bravo Pueblo que el yugo lanzó!

¡Viva Hugo Rafael Chávez!

Fidel Castro Ruz

Noviembre 18 de 2007

3 y 16 p.m.
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sábado, 17 de noviembre de 2007

En Honor a Sergio del Valle

Sergio y yo tuvimos el privilegio de estar allí en el puesto de mando ubicado a la derecha de la desembocadura del río Almendares el amanecer del 15 de abril, cuando bombarderos B-26 de Estados Unidos con insignias cubanas y pilotos mercenarios atacaron las bases aéreas de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y el aeropuerto civil de Santiago de Cuba, hace 46 años.

Fue un ataque preventivo y sorpresivo contra este oscuro rincón del mundo.

Con Sergio me comunicaba por teléfono desde cualquier pueblo cercano a la Carretera Central cuando me dirigía hacia Girón el 17 de abril.

En medio de la batalla que allí libraban nuestra infantería y nuestros tanques, él desde el puesto de mando, me informó que el enemigo atacaba al oeste de la Capital. Se trataba de un simulacro ordenado por Estados Unidos para proteger a los invasores de Girón, que ellos conocen como Bahía de Cochinos.

Tú marchaste, Sergio, con Camilo hacia Pinar del Río en la Columna Invasora. Todavía yo no había aprendido que la guerra se gana cuando las fuerzas de operaciones enemigas han sido destruidas. Me guiaba en ese momento por la historia de Cuba sin advertir que en nuestra aislada isla no era posible un Ayacucho. Arriesgué las fuerzas de Camilo y las fuerzas del Che, con las cuales habríamos adelantado la caída de la tiranía.

Tú y yo nos encontrábamos también en el puesto de mando cuando en la Crisis de Octubre de 1962 estuvimos al borde de una guerra nuclear.

Hemos vivido tiempos excepcionales que se reiteran de forma cada vez más amenazante para la humanidad.

Tus lecciones y tu ejemplo perdurarán.

Rindo tributo a tu memoria.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 16 de 2007

2:15 p.m.
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viernes, 16 de noviembre de 2007

Waterloo ideológico

Tengo muchas reflexiones adelantadas en virtud de promesas. Una de ellas se relaciona con las ideas esenciales del libro de Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, utilizando sus propias palabras. En ese texto se puede percibir con claridad la pretensión imperialista de seguir comprando al mundo y sus recursos naturales y humanos pagando con billetes de papel perfumados.

Otra idea era la de obligar a determinados personajes a confesar la verdad sobre los planes de guerra de la OTAN. Emplazaba directamente al señor Aznar y presionaba a líderes norteamericanos para que admitieran abiertamente su responsabilidad en las guerras del imperio. Mostraba pruebas documentadas, algunas inéditas.

Vino la Cumbre Iberoamericana, y allí ardió Troya. El discurso adicional, invertebrado e inoportuno de Zapatero, su defensa de Aznar, la orden abrupta del Rey de España y la respuesta dignísima del Presidente de Venezuela, que por causas técnicas ni siquiera pudo oír con precisión lo que el Rey dijo, aportaron pruebas irrebatibles de las conductas y los métodos genocidas del imperio, sus cómplices y las anestesiadas víctimas del Tercer Mundo.

En aquel ambiente tenso brilló la inteligencia y la capacidad dialéctica de Chávez.

Una frase de Aznar sintetiza su alma celestina. Cuando Chávez le preguntó por la suerte que esperaba en el mundo neoliberal a los pueblos pobres como el de Haití, respondió textualmente: "Esos se jodieron".

Conozco bien al líder bolivariano: jamás olvida las frases que directamente escucha de sus interlocutores.

Escribí una tercera reflexión sobre la Cumbre Iberoamericana que por ahora no publico. Elaboré ésta, en víspera del viaje que inicia mañana rumbo a la Cumbre de la OPEP, en Riad, Arabia Saudita, el presidente Chávez.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 15 del 2007

6 y 32 p.m.
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martes, 13 de noviembre de 2007

El debate de la Cumbre

Las paredes, la distancia y el tiempo se redujeron a cero. Parecía irreal. Nunca había tenido lugar un diálogo parecido entre Jefes de Estado y de Gobierno, que en casi su totalidad representaban países saqueados durante siglos por el coloniaje y el imperialismo. Ningún hecho podía ser más didáctico.

El sábado 10 de noviembre de 2007 pasará a la historia de nuestra América como el día de la verdad.

El Waterloo ideológico ocurrió cuando el Rey de España le preguntó a Chávez de forma abrupta: "¿Por qué no te callas?". En ese instante todos los corazones de América Latina vibraron. El pueblo venezolano, que debe responder sí o no el próximo 2 de diciembre, se estremeció al vivir de nuevo los días gloriosos de Bolívar. Las traiciones y los golpes bajos que recibe diariamente nuestro entrañable hermano, no harán cambiar ese sentimiento de su pueblo bolivariano.

Al llegar Chávez al aeropuerto de Caracas, procedente de Chile, y escuchar directamente de su boca los planes de mezclarse con las multitudes, como lo ha hecho tantas veces, comprendí con absoluta claridad que, dadas las circunstancias actuales y la victoria ideológica de gran trascendencia obtenida por él, un asesino a sueldo del imperio, un oligarca envilecido por los reflejos que sembró la maquinaria de publicidad imperial, o un perturbado mental, podrían poner fin a su vida. Es imposible apartarse de la impresión de que el imperio y la oligarquía se esmeran por conducir a Chávez a un callejón sin salida poniéndolo fácilmente al alcance de un disparo.

En el caso de Venezuela, la victoria no se debe convertir en terrible revés sino en victoria mucho mayor, para evitar que el imperialismo conduzca al suicidio a nuestra especie. Hay que seguir luchando y corriendo riesgos, pero no jugar todos los días a la ruleta rusa o al cara o cruz de una moneda. Nadie escapa de los cálculos matemáticos.

En tales circunstancias deben usarse preferiblemente los medios modernos de comunicación que transmitieron al mundo en vivo y en directo los debates de la cumbre.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 12 de 2007

Hora: 4 y 45 p.m.
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lunes, 12 de noviembre de 2007

El valor de las ideas

Che era un hombre de ideas

Con dolor profundo escucharía los discursos que desde posiciones tradicionales de izquierda se pronunciaron en la Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile.

Los de la derecha asumieron las posiciones igualmente tradicionales haciendo inteligentes concesiones a la su-puesta izquierda.

Orgullo sentiría por los pronunciamientos de varios líderes, revolucionarios y valientes, con independencia de la poca o mucha experiencia política de cualquiera de ellos.

La experiencia es la madre de la ciencia y de las ideas.

De las batallas libradas por un puñado de combatientes cubanos en un fragmento de la Sierra Maestra contra fuerzas extraordinariamente superiores en número y en armas, elaboró el Che las ideas que después sintetizó en su libro La guerra de guerrillas.

La crítica de Chávez a Europa fue demoledora. La Europa que precisamente pretendió dar lecciones de rectoría en esa Cumbre Iberoamericana.

En las palabras de Daniel y Evo se escucharon las voces de Sandino y de las culturas milenarias de este hemisferio.

El discurso que en esa Cumbre pronunció el presidente de El Salvador provoca náuseas.

El capitalismo es un sistema regido por leyes ciegas, destructivas y tiránicas impuestas a la especie humana.

Dedicar la próxima Cumbre a la juventud latinoamericana es una mezcla indigerible de cinismo y de mentira para sembrar reflejos condicionados en la mente de los pueblos.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 10 del 2007

6 y 02 p.m.


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domingo, 28 de octubre de 2007

¿Bush, mambí?

¡Viva Cuba libre! era el grito de guerra con el que se identificaban en llanos y montañas, bosques y cañaverales, los que iniciaron el 10 de octubre de 1868 la primera guerra por la independencia de Cuba.

Nunca imaginé escucharlo 139 años después en boca de un presidente de Estados Unidos. Es como si un rey de entonces, o su regente, proclamase: ¡Viva Cuba Libre!

Por el contrario, un buque de guerra español se acercó a la costa y destruyó con sus cañones el pequeño central azucarero donde Carlos Manuel de Céspedes, a pocos kilómetros del mar, declaró la independencia de Cuba y puso en libertad a los esclavos que heredó.

Lincoln, hijo de un modesto productor de leña, luchó toda su vida contra la esclavitud, que estaba legalizada en su país casi cien años después de la Declaración de Independencia. Aferrado a la justa idea de que todos los ciudadanos nacían libres e iguales, haciendo uso de sus facultades legales y constitucionales, decretó la abolición de la esclavitud. Un incontable número de combatientes dieron su vida defendiendo esa idea frente a los Estados esclavistas sublevados en el sur del país.

Se le atribuye a Lincoln haber declarado: "Se puede engañar a parte del pueblo todo el tiempo, o a todo el pueblo parte del tiempo. Pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo."

Murió de un disparo magnicida cuando, imbatible electoralmente, aspiraba a un segundo mandato presidencial.

No olvido que mañana domingo se cumplen 48 años de la desaparición de Camilo Cienfuegos en el mar, el 28 de octubre de 1959, cuando regresaba a la Capital en una avioneta desde la provincia de Camagüey, donde días antes su sola presencia desarmó una guarnición de combatientes humildes del Ejército Rebelde, cuyos jefes, de ideología burguesa, pretendían hacer lo que casi medio siglo después demanda Bush: alzarse en armas contra la Revolución.

El Che, en una bella introducción a su libro La guerra de guerrillas, afirma: "Camilo fue el compañero de 100 batallas... el luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa... él le dio a la armazón de letras aquí expuesta la vitalidad esencial de su temperamento, de su inteligencia y de su audacia, que sólo se logran en tan exacta medida en ciertos personajes de la Historia."

"¿Quién lo mató?

"Podríamos mejor preguntarnos: ¿quién liquidó su ser físico? porque la vida de los hombres como él tiene su más allá en el pueblo... Lo mató el enemigo, lo mató porque quería su muerte, lo mató porque no hay aviones seguros, porque los pilotos no pueden adquirir toda la experiencia necesaria, porque, sobrecargado de trabajo, quería estar en pocas horas en La Habana... en su mentalidad de guerrillero no podía una nube detener o torcer una línea trazada... Camilo y los otros Camilos (los que no llegaron y los que vendrán) son el índice de las fuerzas del pueblo, son la expresión más alta de lo que puede llegar a dar una nación, en pie de guerra para la defensa de sus ideales más puros y con la fe puesta en la consecución de sus metas más nobles."

Por lo que simbolizan sus nombres, al falso mambí le respondemos:

¡Viva Lincoln!

¡Viva el Che!

¡Viva Camilo!

Fidel Castro Ruz

27 de octubre de 2007

7:36 p.m.
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sábado, 27 de octubre de 2007

Condecoran a Fidel Castro pacifistas rusos

La distinción fue entregada al Embajador cubano en Moscú.

El Presidente Fidel Castro es un custodio celoso de la libertad de su pueblo, por eso merece la Estrella de Rubí de los Hacedores de la Paz, expresó Yuri Safronov, secretario general de la Alianza Mundial Caritativa Forjadores de la Paz.

Safronov entregó la máxima distinción de esa organización al embajador cubano Jorge Martí, en una velada celebrada en la legación de la Isla en Moscú.

El Presidente de la Mayor de las Antillas ha dedicado su vida al bienestar y la seguridad de su país, y a la paz y al desarrollo del continente americano y de otros pueblos del mundo, añadió el pacifista durante su intervención.

Safronov resaltó enfático que tras largos años de resistencia al frente de su pueblo, Fidel Castro continúa influyendo de manera brillante en la política internacional, mientras Cuba conserva la soberanía y el derecho a un modelo basado en la justicia social.


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martes, 23 de octubre de 2007

Bush, el hambre y la muerte

Por primera vez, antes de que como cada año se discuta en la ONU el proyecto de resolución cubano de condena al bloqueo, el Presidente de Estados Unidos anuncia que adoptará nuevas medidas para acelerar el "periodo de transición" en nuestro país, que equivale a la reconquista de Cuba por la fuerza.

Por otro lado, el peligro de una hambruna mundial en masa se agrava con la iniciativa reciente del señor Bush de convertir los alimentos en combustible mientras, invocando principios estratégicos de seguridad, amenaza a la humanidad con una Tercera Guerra Mundial, que esta vez sería con armas atómicas.

Tales temas de importancia vital son los que interesan a los representantes de los países que estarán reunidos el martes 30 de octubre para discutir el proyecto cubano de condena al bloqueo.

En unas elecciones donde el ejercicio del voto no es obligatorio, nuestro pueblo acaba de pronunciar su veredicto mediante la participación de más del 95 por ciento de los electores en 37 749 puntos de votación, en urnas custodiadas por colegiales. Ese es el ejemplo que Cuba ofrece.

Fidel Castro Ruz

Octubre 22 del 2007

5 y 48 p.m.


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domingo, 21 de octubre de 2007

Fidel Castro participa en las elecciones

El presidente Fidel Castro dio a conocer, tras ejercer su derecho al voto en las elecciones que se desarrollan hoy en Cuba, la siguiente Declaración, leída por Migdalia García, presidenta del Colegio electoral uno, circunscripción 13, del municipio de Plaza

Bush está obsesionado con Cuba. Ayer se recibieron noticias de que un portavoz de la Casa Blanca anunció que el Presidente presentaría nuevas iniciativas para el período de transición ya iniciado. Otro portavoz del Departamento de Estado ratificó después lo mismo reiterando el tono exigente y amenazante de Bush.

Como afirma Ricardo Alarcón, presidente de nuestra Asamblea Nacional, compañero bien informado sobre los manejos e intenciones de Bush, detrás vendrían los pelotones de fusilamiento de la mafia cubanoamericana con permiso para matar a todo el que huela a militante consecuente del Partido, la Juventud y las organizaciones de masas.

Sr Bush: Su bloqueo genocida, su apoyo al terrorismo, su Ley asesina de Ajuste cubano, su política de pies secos y pies mojados, su protección a los mayores terroristas de este hemisferio, su injusto castigo a los Cinco Héroes Cubanos que denunciaron el peligro que corrían ciudadanos norteamericanos y de otros países de morir en pleno vuelo deben cesar.

La soberanía no se negocia.

Deben cesar igualmente las torturas bochornosas que se llevan a cabo en el territorio ocupado de Guantánamo.

Nunca nos intimidaron sus amenazas de atacar preventiva y sorpresivamente sesenta o más oscuros rincones del mundo. Ha podido ya apreciar sus frutos en un solo país: Iraq.

No ataque a otros, no amenace la humanidad con una guerra nuclear. Los pueblos se defenderán y en esa hoguera perecerían todos.

Gracias por su atención,

Fidel Castro Ruz
21 de octubre de 2007
Hora: 6 y 12 a.m.


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sábado, 20 de octubre de 2007

Las elecciones

Nuestras elecciones son la antítesis de las que tienen lugar en Estados Unidos, no un domingo, sino el primer martes de noviembre. Allí lo primero es ser muy rico, o contar con el apoyo de mucho dinero. Después, invertir sumas enormes en publicidad, que es experta en lavado de cerebros y reflejos condicionados. Aunque hay honrosas excepciones, nadie puede aspirar a ningún cargo importante si no dispone de millones de dólares.


Para ser electo Presidente, se necesitan cientos de millones, que salen de las arcas de los grandes monopolios. Puede triunfar el candidato con una minoría de los votos nacionales.

A las urnas acuden cada vez menos ciudadanos, ya que muchos prefieren laborar o dedicar el tiempo a otra cosa. Hay fraudes, trucos, discriminación étnica y hasta violencia.

El hecho de que vote más del 90% de los ciudadanos y los escolares custodien las urnas es algo inusitado, no puede ser creído si se trata de un "oscuro rincón del mundo", agredido y bloqueado, que se llama Cuba. Así ejercitamos los músculos vigorosos de nuestra conciencia.

Fidel Castro Ruz

19 de octubre de 2007

Hora: 6:12 p.m.


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domingo, 14 de octubre de 2007

Recibe Fidel al Presidente Hugo Chávez

Un nuevo encuentro sostuvieron en la tarde de ayer el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías.

Durante más de cuatro horas los dos líderes revolucionarios intercambiaron sobre la historia de nuestros pueblos, las sólidas y crecientes relaciones bilaterales, la situación latinoamericana y los más graves problemas que enfrenta la humanidad.

Momento especial de su conversación lo dedicaron a evocar al Che, su vida heroica y su estatura revolucionaria.

Hoy el Presidente Chávez desarrollará su programa Aló, Presidente desde Santa Clara, Villa Clara, donde rendirá homenaje al Guerrillero Heroico.


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jueves, 11 de octubre de 2007

El silencio cómplice

El mundo no puede darse el lujo de permitir que el drama de la guerra de la OTAN contra Yugoslavia sea olvidado por el silencio de quienes fueron actores y cómplices importantes de aquel brutal genocidio.

En la reunión de Clinton con Aznar el 13 de abril de 1999 en la Casa Blanca, donde se tomó la decisión de intensificar los bombardeos y se sugirió por Aznar atacar la televisión, la radio y otros puntos que costarían la vida a incontables civiles indefensos, estaban el presidente Clinton, el Consejero de Seguridad Nacional Sandy Berger, la Secretaria de Estado Madeleine Albright y otros colaboradores cercanos al Presidente, entre ellos el que recibió de Berger la orden de no tomar nota cuando se hablaba de Cuba.

Tal vez en declaraciones de prensa o en algún libro o memoria, algunos de ellos escribiera aisladamente sobre la aventura, pero no en el contexto de la situación de peligro real y guerras suicidas hacia los que Estados Unidos conduce a la humanidad. Existen documentos secretos para ser publicados dentro de 200 años como legado histórico de algún Presidente, cuando al paso que vamos ya no habrá publicidad ni lectores.

Han transcurrido menos de diez años desde entonces.

En Europa y en otras partes tienen muchos cómplices que guardan silencio.

Después del tercer mensaje a Milosevic, visitó Cuba el Ministro de Transporte de Italia, a quien recibí y con el que abordé directamente el asunto de la guerra contra Yugoslavia el 30 de marzo de 1999.

A continuación lo que le dije, según notas tomadas de nuestra conversación en presencia del personal de mi Oficina y del Ministerio de Relaciones Exteriores:

"Comencé preguntándole por qué habían invadido a Serbia. Cómo iban a encontrar una solución. Que en mi opinión era un gran error y los conduciría a un callejón sin salida si los serbios resistían. ¿Qué necesidad tenía Europa de desintegrar a Yugoslavia, que había llevado a cabo muchas reformas y que, estrictamente hablando, finalizada la Guerra Fría, no podía ser calificada como un Estado comunista ni mucho menos enemiga de Europa? Que Europa, por satisfacer la demanda del gobierno alemán, había promovido y apoyado la separación de Croacia, donde en realidad, durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi organizó los temibles grupos chetniks que cometieron infinidad de crímenes y masacres contra los serbios y el movimiento de liberación dirigido por Tito.

"Por esta complacencia y falta de previsión política, en medio de la euforia de los días de crisis del campo socialista y de la URSS, Europa de-sintegró a Yugoslavia, lo que condujo a episodios sangrientos y de modo especial a la larga y cruenta guerra de Bosnia y finalmente a la actual guerra de la OTAN contra Serbia. Como se había producido también la separación de Macedonia, que significó la mutilación de la mayor parte de la República Federativa de Yugoslavia. De este modo solo restaban Serbia, Montenegro y Kosovo.

"Como se conoce, durante decenas de años la población de origen albanés de Kosovo no cesó de crecer hasta constituir una amplia mayoría. Que en vida de Tito, bastante antes de su muerte, muchas familias serbias abandonaron Kosovo buscando seguridad ante numerosos actos de violencia que grupos extremistas de Kosovo cometían contra ellas. Se produjo en aquella época contra los serbios que vivían en Kosovo lo que hoy se califica como limpieza étnica.

"La innecesaria y sangrienta desintegración de Yugoslavia estimuló y desató los conflictos latentes entre la mayoría de origen albanés y la minoría serbia de Kosovo, que están en la base del problema actual.

"El pueblo serbio constituye el núcleo fundamental de lo que resta de la antigua Yugoslavia. Es un pueblo combativo y valiente que ha sido extraordinariamente humillado. Tenía la convicción de que Serbia habría aceptado una solución honorable y pacífica al problema de Kosovo sobre la base de una amplia autonomía.

"Los grupos moderados de Kosovo, actuando de forma inteligente y constructiva, apoyaban esa solución puesto que la presencia de una gran mayoría de población de origen albanés haría posible más tarde o más temprano el surgimiento de un Estado independiente por vías pacíficas. Europa sabe perfectamente que los grupos extremistas de Kosovo no querían esa solución; exigían la inmediata independencia y para ello deseaban la intervención de las fuerzas de la OTAN.

"Es injusto cargar toda la responsabilidad sobre Serbia. Serbia no ha invadido ningún país soberano. Se ha opuesto, en esencia, a la presencia militar de tropas extranjeras en su territorio. A lo largo de meses, especialmente en las últimas semanas, no se hizo otra cosa que amenazarla constantemente. Se le exigía la rendición incondicional. A ningún país se le puede tratar de esa forma, y menos aún al pueblo que en los tiempos de la Europa ocupada luchó con más heroísmo contra los nazis y tiene gran experiencia en la guerra irregular.

"Si los serbios resisten -y tengo la convicción de que van a resistir-, a la OTAN no le quedaría otra alternativa que un genocidio; pero un genocidio que no tendría éxito por dos razones:

"Primero: no podrían derrotar al pueblo serbio si aplica toda su experiencia y su doctrina de lucha irregular.

"Segundo: La opinión pública de los propios países de la OTAN no lo permitiría.

"No es cuestión de divisiones acorazadas, bombarderos invisibles, misiles Tomahawks y Cruceros o cualquier otra arma de las llamadas inteligentes. Tendría que lanzarse un misil o una bomba por cada hombre capaz de portar un fusil, una bazuka o un arma antiaérea portátil. Todo el poder de la OTAN en ese caso estaría de más. Hay guerras de las galaxias y guerras en tierra. Pese a todos los adelantos tecnológicos, el combatiente individual tendría el peso principal en ese tipo de lucha.

"Aparte de Kosovo, un problema mucho más grande se está gestando en perjuicio de los intereses de Europa y del mundo. A Rusia se le ha humillado terriblemente. La OTAN avanzó ya hasta las fronteras de lo que fue la URSS. Promete incluir a otros Estados del antiguo campo socialista, e incluso a los países bálticos que fueron parte de la Unión Soviética. Los rusos tienen toda la razón para pensar que no se detendrían hasta las murallas del Kremlin.

"Los rusos son eslavos al igual que los serbios, y este sentimiento es muy fuerte entre esos pueblos. Los ataques contra Serbia constituyen para ellos una enorme humillación, y han provocado, más que ningún otro hecho, profundos y justificados sentimientos de inseguridad no solo para ellos sino también para otros países como la India y China, que lógicamente tratarán de unirse a Rusia para garantizar su seguridad. No creo que los rusos dejen de hacer todo lo que sea necesario para preservar una capacidad de respuesta como única garantía ante lo que está ocurriendo.

"Ni Europa ni el mundo, con sus actuales y agobiantes problemas económicos, ganarían absolutamente nada con este curso de los acontecimientos.

"Hace breves días, en la madrugada del viernes 26 de marzo, al regresar anticipadamente de Colombia hacia la URSS, hizo escala en el Aeropuerto de La Habana, el Presidente de la DUMA del Estado de la Federación Rusa, Guennadi Selezniov. Por mi propia iniciativa abordé estos problemas. Le dije que no había ninguna solución militar posible, que sin duda cualquier esfuerzo por apoyar militarmente a Serbia conduciría inevitablemente a una guerra general, por cuanto los únicos medios con que cuentan hoy para hacerla no son los convencionales; que la batalla era de carácter político y no militar.

"El propio Selezniov informó públicamente sobre este punto de vista que le comuniqué.

"Tanto Europa como el mundo tienen el deber de buscar esa solución que, aunque difícil y compleja, es perfectamente posible. Si en vez de dedicarse por entero a amenazar a Serbia con terribles bombardeos hubiesen presionado a los extremistas de Kosovo, se habría podido encontrar esa solución. Solo la OTAN puede frenar a los extremistas de Kosovo si lo hace de forma franca y categórica. No se trata de utilizar las armas para ello, sino de advertirlo de tal forma que no les quepa la menor duda de que no contarán con su apoyo. Indiscutiblemente que las bombas que se lanzan sobre Serbia desde hace una semana no contribuirán jamás a ese esfuerzo disuasivo.

"Por otro lado, considero un grave error de la política que tanto Estados Unidos como Europa están siguiendo de mantener a Rusia al borde del abismo en el campo económico, tratando de imponerle las fórmulas imposibles del Fondo Monetario Internacional.

"Occidente no habla de los 300 000 millones de dólares que han sido robados en Rusia y trasladados a Portugal, España, Francia, Italia, Austria y otros países. Quince veces más que la mísera suma de 20 000 millones que lleva ya meses discutiéndose como préstamo del Fondo Monetario Internacional. De ese saqueo despiadado de las riquezas rusas, Occidente no está exento de culpa con los métodos y modelos de políticas económicas que recomendó o impuso a Rusia.

"Una explosión interna en Rusia sería catastrófica. A esto se añade el avance de la OTAN que ya mencioné, el proyecto de cancelar el Acuerdo sobre Defensa Antimisiles Estratégicos, y ahora la increíble humillación del ataque lanzado por las poderosas fuerzas de la OTAN contra un pequeño país como Serbia.

"Que estaba contra todo tipo de genocidio o de matanza, vengan de donde vengan, y que todas las etnias y religiones deben ser acreedoras, sin excepción alguna, al respeto de su derecho a la vida, la cultura y la paz.

"Si me he tomado la libertad de explicar esto es porque pienso en el deber de advertir estos peligros y la necesidad de solucionarlos. Exponerlo no perjudica absolutamente a nadie y puede beneficiar, en cambio, a todos. Reiteré mi convicción de que los serbios resistirán, y que aunque no resulta nada fácil negociar con un país sobre el que se han lanzado miles de bombas y cuyo honor, dignidad y economía han sido duramente golpeados, una solución pacífica es a mi juicio posible.

"A la OTAN ya no le quedan prácticamente objetivos militares que golpear, tal vez solo tropas concentradas o en movimiento, y nada es más fácil en el mundo que dispersarlas para desarrollar otro tipo de guerra sin que puedan destruirlas con golpes aéreos.

"Europa sabe que la lucha por tierra sería muy costosa en vidas humanas y además inútil. Que si los serbios aplican la propia concepción que nosotros aplicaríamos en nuestro país en caso de una invasión de Estados Unidos, en lo cual demostraron ya extraordinaria experiencia, la guerra desatada por la OTAN sería inútil y repulsiva, destinada a la condena universal contra un genocidio en pleno corazón de Europa."

Hoy es un glorioso día patrio, la fecha en que Carlos Manuel de Céspedes inició la guerra de independencia contra la metrópoli española.

En su ejemplo se inspiraron las generaciones posteriores de cubanos. La lección que nos impone es el deber de pensar y luchar contra los peligros que amenazan en la actualidad a la especie humana.

Fidel Castro Ruz

10 de octubre del 2007

7:55 p.m.


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lunes, 8 de octubre de 2007

El Che

Hago un alto en el combate diario para inclinar mi frente, con respeto y gratitud, ante el combatiente excepcional que cayó un 8 de octubre hace 40 años. Por el ejemplo que nos legó con su Columna Invasora, que atravesó los terrenos pantanosos al sur de las antiguas provincias de Oriente y Camagüey perseguido por fuerzas enemigas, libertador de la ciudad de Santa Clara, creador del trabajo voluntario, cumplidor de honrosas misiones políticas en el exterior, mensajero del internacionalismo militante en el este del Congo y en Bolivia, sembrador de conciencias en nuestra América y en el mundo.

Le doy las gracias por lo que trató de hacer y no pudo en su país de nacimiento, porque fue como una flor arrancada prematuramente de su tallo.

Nos dejó su estilo inconfundible de escribir, con elegancia, brevedad y veracidad, cada detalle de lo que pasaba por su mente. Era un predestinado, pero él no lo sabía. Combate con nosotros y por nosotros.

Ayer se cumplió el 31 aniversario de la matanza de los pasajeros y tripulantes del avión cubano hecho estallar en pleno vuelo, y nos adentramos en el décimo aniversario del cruel e injusto encarcelamiento de los cinco héroes antiterroristas cubanos. Ante todos ellos inclinamos igualmente nuestras frentes.

Con mucha emoción vi y escuché por la televisión el acto conmemorativo.

Fidel Castro Ruz

7 de octubre de 2007

3:17 p.m.


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viernes, 5 de octubre de 2007

Mensajes 2 y 3 a Milosevic y su respuesta

El 2 de abril de 1999 envié a través de nuestra Misión en ONU el segundo mensaje a Milosevic:

"Sería aconsejable no enjuiciaran a los tres prisioneros norteamericanos. La opinión pública internacional está muy sensibilizada y se generaría un fuerte movimiento en contra de los serbios."

El 5 de abril de 1999 le transmití un tercer mensaje a través de nuestras Misiones en ONU y Yugoslavia:

"Los felicitamos por la decisión tomada con los tres prisioneros según informan las agencias de prensa. Es muy inteligente y correcta la promesa de tratarlos bien y liberarlos cuando cesen los bombardeos. Ha destruido la maniobra que venía realizando Estados Unidos para sensibilizar contra Serbia a la opinión pública interna que está muy dividida en relación con la agresión. Los despiadados bombardeos contra objetivos civiles y la heroica resistencia del pueblo serbio están causando impacto dentro y fuera de Europa incluso en el seno de la propia OTAN."

El propio día 5 se recibe la respuesta oficial de Milosevic a través de su Embajador en la ONU:

"Deseo extender mi gratitud al Presidente y al pueblo de la República de Cuba por su simpatía y solidaridad con nuestro pueblo y país, víctimas de la agresión Estados Unidos-OTAN.

"Espero la continuación de sus muy útiles esfuerzos con líderes de los estados, especialmente con los líderes de los países No Alineados para que comprendan el peligro extremo que se deriva del precedente creado con la agresión Estados Unidos-OTAN contra la soberanía y la independencia de un pequeño país, para las relaciones internacionales en su conjunto. Quiero invitarlo y pedirle que envíe un mensaje personal a los presidentes Mandela, Nujoma, Mugabe, Obasanjo, Rawlings y Vajpayee para pedirles que condenen la agresión, y si ya lo han hecho, pedirles que repitan esa condena porque la agresión sigue rechazándose, a fin de movilizar el apoyo más amplio posible de los No Alineados a Yugoslavia en este momento tan importante. Reciba mis más cálidos sentimientos y saludos. Con relación a los 3 militares norteamericanos prisioneros, aprecio mucho su amistosa sugerencia y deseo informarle que estos soldados penetraron fuertemente armados en el territorio yugoslavo en profundidad utilizando algunos vehículos blindados. Las investigaciones sobre este hecho están en marcha. Ellos están siendo tratados de forma humana y seria. Su sugerencia ha sido entendida y prácticamente aceptada. No tenemos apuro en llevar a los soldados ante la justicia. No lo haremos ahora. Quizás luego, o quizás no lo hagamos. No lo haremos con apuro."

Fidel Castro Ruz

4 de octubre de 2007

6:23 p.m.


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miércoles, 3 de octubre de 2007

La respuesta de Milosevic

En la reflexión del lunes 1º de octubre les hablé del mensaje que envié a Milosevic el 25 de marzo de 1999.

El 30 de marzo recibí de Milosevic las siguientes palabras:

"Excelentísimo Señor Presidente:

"Con atención y sincero agradecimiento recibí su mensaje del 25 de marzo de 1999. Agradezco sus fuertes palabras de apoyo y estímulo a Yugoslavia, también la condena a la agresión de la OTAN expresada por Cuba y sus representantes, especialmente en los foros de Naciones Unidas. La República Federal de Yugoslavia (RFY) está expuesta a una agresión de Estados Unidos y la OTAN, la mayor en el mundo desde los tiempos de las agresiones de Hitler. Se ha cometido crimen no solo contra la República Federal de Yugoslavia como un Estado pacífico, soberano e independiente, sino también una agresión contra todo lo que tiene valor en el mundo a las puertas del siglo XXI: al sistema de Naciones Unidas, al Movimiento de Países No Alineados, a las bases del orden de legalidad, a los derechos humanos y a la civilización en general. Me siento orgulloso de poder comunicarle que la agresión solo ha homogeneizado y fortalecido la decisión de los pueblos de Yugoslavia de resistir y defender la libertad, soberanía e integridad territorial. Nuestras fuerzas armadas y el pueblo están decididos y dispuestos a cumplir su tarea. Por ello para nosotros es bienvenida y además necesaria la solidaridad y ayuda de los amigos en todo el mundo, de la forma más amplia y fuerte posible.

"El comportamiento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respecto a la agresión de la OTAN a la RFY es una derrota para las Naciones Unidas. Es un signo muy malo y una gran advertencia para todo el mundo, en especial para países medianos y pequeños, aunque no solo para ellos. Estoy seguro que usted conoce que la RFY y la República Serbia continuadamente y de forma sincera se empeñaron en buscar una solución política para Kosovo y Metohja y en interés de todas las comunidades nacionales que viven allí y que respetan nuestro orden constitucional. Le ruego, señor Presidente, que la amistad de Cuba continúe con su acción en el seno del Movimiento para convocar al Buró de Coordinación de los No Alineados y que el grupo de amigos condene resueltamente la agresión de la OTAN a la República Federal de Yugoslavia. Estoy convencido también de que su prestigio personal sería de gran utilidad para estimular a países de América Central y del Sur, así como a los países No Alineados en general, a que levanten su voz en una fuerte condena a esta agresión vandálica. Una vez más, en agradecimiento a la solidaridad y apoyo a la RFY, expreso la esperanza de que permaneceremos en contacto cercano. Reciba, señor Presidente, la expresión del más profundo respeto.

"Firma Slobodan Milosevic."

Hubo en realidad dos guerras, una de las cuales no ha concluido, y dos fatídicos encuentros de Aznar, uno con Clinton y otro con Bush. Dos recorridos idénticos del primero vía Ciudad México-Washington y vía Ciudad México-Texas con el mismo objetivo e igual falta de principios éticos, en los que Aznar se autoasigna el papel de coordinador bélico de los mutables presidentes de Estados Unidos.

Fidel Castro Ruz

2 de octubre del 2007

5:32 p.m.


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martes, 2 de octubre de 2007

Las guerras ilegales del imperio

Cuando se inicia la guerra de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Kosovo, Cuba definió de inmediato su posición en la primera página del periódico Granma, el 26 de marzo de 1999. Lo hizo a través de una Declaración de su Ministerio de Relaciones Exteriores con el título de "Cuba convoca a poner fin a la injustificada agresión de la OTAN contra Yugoslavia."

Tomo párrafos esenciales de aquella Declaración:

"Después de un conjunto de dolorosos y muy manipulados sucesos políticos, prolongados enfrentamientos armados y complejas y poco transparentes negociaciones en torno a la cuestión de Kosovo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte lanzó al fin su anunciado y brutal ataque aéreo contra la República Federativa de Yugoslavia, cuyos pueblos fueron los que más heroicamente lucharon en Europa contra las hordas nazis en la Segunda Guerra Mundial.

"Esta acción, concebida como ´castigo al gobierno yugoslavo´, se realiza al margen del Consejo de Seguridad de la ONU.

[...]

"La guerra lanzada por la OTAN reaviva los justos temores de la humanidad por la conformación de un unipolarismo insultante, regido por un imperio guerrerista, erigido a sí mismo en policía mundial y capaz de arrastrar a las acciones más descabelladas a sus aliados políticos y militares, de manera similar a como ocurriera a principios y en la primera mitad de este siglo con la creación de bloques belicistas que cubrieron de destrucción, muerte y miseria a Europa, dividiéndola y debilitándola, en tanto los Estados Unidos fortalecían su poderío económico, político y militar.

"Cabe preguntarse si el uso y el abuso de la fuerza solucionarán los problemas del mundo y defenderán los derechos humanos de las personas inocentes que hoy mueren bajo los misiles y las bombas que están cayendo sobre un pequeño país de esa culta y civilizada Europa.

"El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba condena enérgicamente esta agresión de la OTAN contra Yugoslavia, liderada por los Estados Unidos.

[...]

"En estos momentos de sufrimiento y dolor para los pueblos de Yugoslavia, Cuba convoca a la comunidad internacional a movilizar sus esfuerzos para poner inmediato fin a esta injustificada agresión, evitar nuevas y aún más lamentables pérdidas de vidas inocentes y permitirle a esta nación retomar la vía pacífica de las negociaciones para la solución de sus problemas internos, asunto que depende única y exclusivamente de la voluntad soberana y la libre determinación de los pueblos yugoslavos.

[...]

"La ridícula pretensión de imponer soluciones por la fuerza es incompatible con todo razonamiento civilizado y los principios esenciales del derecho internacional. [...] De continuarse por este camino, las consecuencias podrían ser impredecibles para Europa y para toda la humanidad."

Con motivo de estos hechos, había enviado el día anterior un mensaje al presidente Milosevic, a través del embajador yugoslavo en La Habana y de nuestro embajador en Belgrado.

"Le ruego comunique al presidente Milosevic lo siguiente:

"Después de analizar cuidadosamente todo lo que está sucediendo y los orígenes del actual y peligroso conflicto, nuestro punto de vista es que se está cometiendo un gran crimen contra el pueblo serbio y, a la vez, un enorme error de los agresores, que no podrán sostener, si el pueblo serbio, como en su heroica lucha contra las hordas nazis, es capaz de resistir.

"De no cesar tan brutales e injustificables ataques en pleno corazón de Europa, la reacción mundial será aún mayor y mucho más rápida que la que desató la guerra en Vietnam.

"Como en ninguna otra ocasión en los últimos tiempos, poderosas fuerzas e intereses mundiales están conscientes de que tal conducta en las relaciones internacionales no puede continuar.

"Aunque no tengo relación personal con él, he meditado mucho sobre los problemas del mundo actual, creo tener un sentido de la historia, un concepto de la táctica y la estrategia en la lucha de un pequeño país contra una gran superpotencia y siento un odio profundo hacia la injusticia, por lo que me atrevo a transmitirle una idea en tres palabras:

"Resistir, resistir y resistir.

"25 de marzo de 1999."

Fidel Castro Ruz.

1º de octubre de 2007

6:14 p.m.


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domingo, 30 de septiembre de 2007

Un argumento más para la ONU

Mientras trabajo con el ya famoso libro de Greenspan, leo un artículo publicado por El País, órgano español de prensa con más de 500 mil ejemplares según se afirma, que deseo transmitir a los lectores. Está firmado por Ernesto Ekaizer, y dice textualmente:

"Cuatro semanas antes de la invasión de Irak, que se produjo en la noche del 19 al 20 de marzo de 2003, George W. Bush mantenía en público su exigencia a Sadam Hussein en los siguientes términos: desarme o guerra. A puerta cerrada, Bush reconocía que la guerra era inevitable. Durante una larga conversación privada con el entonces presidente español, José María Aznar, celebrada el sábado 22 de febrero de 2003 en el rancho de Crawford, Tejas, Bush dejó claro que había llegado el momento de deshacerse de Sadam. 'Quedan dos semanas. En dos semanas estaremos militarmente listos. Estaremos en Bagdad a finales de marzo', le dijo a Aznar.

"Llegó el momento de deshacerse de Sadam.

"Dentro de este plan, Bush había terminado por aceptar, el 31 de enero de 2003 -tras una entrevista con el primer ministro británico, Tony Blair-, introducir una última maniobra diplomática: la propuesta de una segunda resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su objetivo: abrir la puerta legal a la guerra unilateral que Estados Unidos se aprestaba a desencadenar con más de 200 000 soldados preparados en la región para atacar.

"Bush era consciente de las dificultades internas de Blair y no desconocía las de Aznar. Sólo siete días antes de esa reunión en el rancho de Crawford, tres millones de personas se manifestaban en varias ciudades de España contra la guerra inminente. 'Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública', pide Aznar. Bush le explica el alcance de la nueva resolución que piensa presentar: 'La resolución estará hecha a la medida de lo que pueda ayudarte. Me da un poco lo mismo el contenido'. A lo que Aznar responde: 'Nos ayudaría ese texto para ser capaces de copatrocinarlo y ser sus coautores y conseguir que mucha gente lo patrocine'. Aznar, pues, se ofrece a dar cobertura política europea a Bush, en unión con Blair. El sueño de Aznar de cimentar una relación con Estados Unidos, siguiendo el ejemplo del Reino Unido, estaba a punto de hacerse realidad.

"Aznar había viajado el 20 de febrero con su esposa, Ana Botella, a Estados Unidos haciendo una escala en México para persuadir -infructuosamente- al presidente Vicente Fox de la necesidad de apoyar a Bush. El 21, la pareja, acompañada por los colaboradores del presidente, llegó a Tejas. Aznar y su esposa se alojaron en la casa de invitados del rancho.

"En la reunión del día siguiente, sábado, participaron el presidente Bush, su entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y el responsable de asuntos europeos del Consejo de Seguridad Nacional, Daniel Fried. Por su parte, acompañan a Aznar su asesor de política internacional, Alberto Carnero, y el embajador de España en Washington, Javier Rupérez. Bush y Aznar mantuvieron, como parte del encuentro, una conversación telefónica a cuatro bandas con el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi.

"El embajador Rupérez tradujo del inglés para Aznar y también del italiano para Condoleezza Rice; otras dos intérpretes hicieron su trabajo para Bush y sus colaboradores. Fue Rupérez quien se encargó de elaborar el acta-resumen de la conversación en un memorándum que ha permanecido secreto hasta hoy.

"La conversación impresiona por su tono directo, amigable y hasta amenazador, cuando, por ejemplo, se refiere a la necesidad de que países como México, Chile, Angola, Camerún y Rusia, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, voten la nueva resolución como una muestra de amistad hacia Estados Unidos o se atengan a las consecuencias.

"Se advierte la nula expectativa en el trabajo de los inspectores, cuyo jefe, Hans Blix, había desmontado hacía solo una semana, el 14 de febrero, los argumentos expuestos por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad el 5 de febrero de 2003, con 'datos sólidos' apoyados calurosamente por la ministra de Exteriores española, Ana Palacio. Unos datos que el propio Powell calificó, más tarde, como un conjunto de falsedades.

"El informe de Blix

"Según Blix, Irak estaba dando pasos hacia una cooperación activa para resolver los temas de desarme pendientes. Su tono había sido menos crítico que el de su informe del 27 de enero de 2003. 'Desde que llegamos a Irak hace tres meses hemos realizado más de 400 inspecciones sin previo aviso en unos 300 lugares. Hasta ahora, los inspectores no han encontrado ninguna de las armas prohibidas... Si Irak se decide a cooperar todavía más estrechamente el periodo de desarme a través de las inspecciones puede todavía ser breve', señalaba el jefe de inspectores.

"El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei, informó el 14 de febrero de que todavía quedaban por aclarar algunas cuestiones técnicas; pero, añadió, 'no quedan ya problemas de desarme por resolver'. Según dijo, no se había hallado prueba alguna de que en Irak se estuvieran llevando a cabo actividades nucleares o relativas a la energía nuclear, otro claro mentís de lo que afirmó Powell sobre el programa nuclear iraquí.

"Tanto los primeros frutos de la labor de inspección como la finalización de los preparativos de Estados Unidos llevaron a Bush a fijar el comienzo de la operación militar hacia la fecha del 10 de marzo de 2003, a la cual se añadieron nueve días para obtener la segunda resolución. El proceso de persuasión moral al cual se abocaron Aznar y Palacio a golpe de teléfono y en reuniones bilaterales no logró reunir más que cuatro votos: los tres promotores y Bulgaria. Eran necesarios 9 votos.

"El fracaso de esta cobertura legal de la guerra inminente llevó a Bush a acordar con Blair y Aznar la celebración, el 16 de marzo de 2003, de una cumbre en las Islas Azores, lugar sugerido por Aznar como alternativa a las islas Bermudas por una razón que él mismo explicó a Bush: 'El solo nombre de esas islas va asociado a una prenda de vestir que no es precisamente la más adecuada para la gravedad del momento en que nos encontramos'. Allí, ese 16 de marzo, Bush, Blair y Aznar decidieron sustituir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y usurparon sus funciones para declarar por su cuenta y riesgo la guerra contra Irak. En la mañana del 17 de marzo, el embajador del Reino Unido ante la ONU anunciaba en Nueva York la retirada de la segunda resolución. Una derrota en la votación hubiera complicado más la carrera hacia la guerra."

Fidel Castro Ruz

Septiembre 27 del 2007

7:25 p.m


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