miércoles, 11 de marzo de 2009

La crítica justa y constructiva

 

Trato de seguir las incidencias del Clásico deportivo, gracias a los servicios de nuestra televisión nacional.

El juego entre los equipos de Japón y Corea del Sur, los dos más fuertes rivales de Cuba, que tuvo lugar hoy lunes por la mañana, estaba 1 a 0 a favor de éste, cuando a Japón le quedaban solo dos oportunidades al bate.

El peligroso y emblemático Ichiro, que había fallado tres veces, conecta un sencillo.

La dirección japonesa ordena un toque de bola al segundo bateador —sin duda bueno— del equipo, entregando así el out dos.

Estoy seguro de que a nuestra experimentada afición le pareció aquello un error, a partir de cualquier análisis elemental.

El equipo japonés es excelente, me gustaría que nuestra victoria en el Clásico se alcanzara a costa de ese conjunto de gran maestría técnica.

Ello no se logrará si caemos en descuidos como los que ayer domingo 8, observé por la tarde entre Cuba y Sudáfrica.

Olivera y Paret se dejaron sorprender los dos, en primera base, y Michel Enríquez regaló un out con el avance irracional a segunda, después de batear hit, agitado tal vez demasiado en el corrido de base por la dirección del equipo.

Como se pudo apreciar, ese juego se habría ganado por knockout en siete innings, con 6 jonrones, dos de Cepeda, un récord en los Clásicos. Eso habría elevado el merecido prestigio del deporte cubano.

Me permito hacer la crítica porque se trata de tres atletas extraordinarios, con enorme vergüenza y confianza en sí mismos.

Ellos saben que representan el deporte sano en esa lid mundial. Debo expresarlo con honestidad y admiración.



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